Estaba prófugo por el crimen de un policía en Rosario y lo encontraron sentado en una plaza

detenido por homicidio del policía en el Hospital de Rosario
Mauricio Ezequiel Bustos, detenido por el homicidio del subinspector Leoncio Bermúdez

Mauricio Ezequiel Bustos, de 31 años, con pedido de captura por el asesinato del policía Leoncio Bermúdez en el Hospital Provincial de Rosario, cayó este martes por la noche, mientras estaba sentado en una plaza en la zona noroeste de la ciudad.

La investigación de la fiscal Gisela Paolicelli señala a Bustos como una pieza clave en el plan para liberar a un preso, el 14 de noviembre pasado, en el hospital Provincial, que terminó con la ejecución del subinspector, en la puerta de la guardia del sanatorio.

Sospechan que el hombre capturado fue uno de los dos gatilleros que irrumpió en la guardia para sacar del edificio al recluso Gabriel Guillermo Lencina, que por entonces estaba internado por la realización de un tratamiento por tuberculosis.

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Leoncio Bermúdez, el policía asesinado

Bustos fue localizado por el Comando Radioeléctrico y cuando los agentes pidieron su documentación se puso nervioso. Primero, dijo llamarse Brandon G. y luego dio el nombre de su madre biológica. La Policía lo mantuvo demorado y se dirigió a entrevistar a una familiar que vive a pocos metros, quien en definitiva lo puso en evidencia al dar su verdadera identidad.

El nombre del sospechoso había sido ventilado en dos audiencias imputativas en diciembre pasado. La primera fue el 18 de diciembre, cuando el fiscal Pablo Socca lo acusó por haber protagonizado un violento asalto, tres días antes, en inmediaciones de Provincias Unidas y Cerrito, en la zona noroeste.

De acuerdo a la imputación, Bustos vio que una mujer se había bajado de su Renault Sandero y se metió en el vehículo. Sin embargo, arriba del vehículo estacionado había quedado el hijo de la automovilista, un adolescente de 12 años al que el delincuente apuntó con un revólver para obligarlo a descender.

Inmediatamente después, intentó escapar a toda velocidad, chocó contra el cantero central de la avenida Provincias Unidas y reventó tres neumáticos.

“Le puso el arma en la cabeza a mi hijo de 12 años. Se robaron el auto, pero no pasa nada, el tema es que la familia está bien”, expresó a Canal 3 el padre del adolescente, pareja de la automovilista.

Cuando lo acusaron por el robo, la defensa de Bustos pidió que se considerara internarlo en una clínica psiquiátrica, ya que el sospechoso adujo problemas de salud mental. Fue derivado por ese motivo hasta la colonia psiquiátrica de Oliveros, de donde se fugó.

Ya con Bustos prófugo, otra fiscal llegó a su nombre. Gisela Paolicelli, a cargo de la causa por el homicidio del subinspector Leoncio Bermúdez, lo ubicó en la audiencia del 28 de diciembre pasado como uno de los dos hombres que mataron al policía cuando escapan del centro de salud. La secuencia quedó registrada por cámaras de seguridad.

Por el crimen del policía ya fue detenido e imputado el ladero de Bustos, que es Pablo Cristian Gastón Sosa (22), el presunto autor material del asesinato de Bermúdez.

También fueron acusados los presuntos instigadores del plan criminal, que son los presos del pabellón 9 de Piñero Joel Gabriel Ibarra y Lautaro Román Núñez, quienes de acuerdo a los indicios recolectados en el expediente, ofrecieron un pago de dos millones de pesos a quienes lograran liberar a su compañero de alojamiento internado.

En la causa también fueron identificados dos adolescentes de 14 y 15 años que quedaron filmados mientras hacían de “campana” de Sosa y Bustos en la puerta de la guardia del Hospital Provincial. Después de que la fiscal Paolicelli girara sus nombres a la Justicia de Menores, los sospechosos se presentaron en los Tribunales provinciales, pero debido a su edad no son punibles.