La subregión de América llamada Cono Sur, que está integrada por la Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay, está sufriendo cifras récord en lo ya es considerado como la peor epidemia de dengue: con más de 3,7 millones de casos reportados, desde enero pasado, a la Organización Panamericana de la Salud.
En Brasil ya fallecieron 1.078 personas durante 2024. En la Argentina, 151, y en Paraguay 80, según las autoridades nacionales de esos países. En ese contexto de alta transmisión de la enfermedad, las personas que ya tuvieron la infección en el pasado podrían correr más riesgo de desarrollar más síntomas y cuadros de dengue grave si vuelven a contagiarse el virus.
El patógeno se transmite a través de las picaduras de hembras de mosquitos Aedes aegypti que estén infectadas. En general, el sistema inmune de cada ser humano tiene memoria para recordar las infecciones que ha enfrentado. Una vez que se desarrollan anticuerpos contra un germen, las células inmunitarias de memoria hacen que el cuerpo pueda volver a activarlos rápidamente cuando se expone al patógeno por segunda vez.
Pero en el caso de las infecciones por dengue hay diferencias. El virus del dengue tiene cuatro serotipos (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4). En Brasil están circulando los 4 serotipos. En la Argentina, en cambio, hay un predominio de DEN-2, seguido de DEN-1 y algunos pocos casos de DEN-3, según el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación.
Cuando una persona se infecta por primera vez, desarrolla inmunidad de por vida frente a ese serotipo concreto. Pero la inmunidad frente a otros tres serotipos puede durar hasta 6 meses, explicó a Infobae la científica Andrea Gamarnik, viróloga molecular, directora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas del Conicet y la Fundación Instituto Leloir y ganadora de uno de los Premios de Platino Konex 2023.
Cuando una persona es picada por una hembra de mosquito que tiene el virus del dengue, puede infectarse. Eso depende de la carga viral -es decir, de la cantidad de virus- que tenga el insecto en sus glándulas salivales, comentó.
“Los mosquitos no solo son los vectores que transmiten al virus del dengue sino que también son hospedadores. El virus debe infectar al mosquito pasando desde el sistema digestivo a las glándulas salivales del insecto”, precisó la investigadora.
“Después de la primera infección, las personas pueden volver a contagiarse el virus. Porque ya puede haber perdido la protección para los otros serotipos. Aunque queda la protección contra el serotipo de la primera infección. El riesgo de infectarse no depende de la primera infección”, aclaró Gamarnik.
Cuando se tiene dengue por segunda vez, la persona afectada no padece un cuadro grave inexorablemente, pero hay un riesgo mayor. “No siempre la segunda infección desencadena un dengue grave. Pero estadísticamente hay más casos de hospitalizaciones por infecciones secundarias”, comentó.
La reinfección sube el riesgo de padecer dengue grave por un fenómeno que se llama “enfermedad amplificada por anticuerpos (ADE)”. Sucede cuando los anticuerpos generados contra un primer serotipos no son capaces de neutralizar al virus que ocasiona la segunda infección. Al unirse los anticuerpos al virus de la segunda infección pueden empeorar el desenlace.
También en el dengue se da la particularidad de que la mayoría de las personas que tienen la infección no manifiestan síntomas. Son asintomáticos.
Eso significa que los casos reportados por las autoridades sanitarias son solo la porción de personas que desarrollan la infección con síntomas. “Si una persona tuvo una primera infección asintomática, también puede correr más riesgo de un cuadro grave en una segunda infección”, enfatizó Gamarnik.
El domingo pasado, la cartera de salud nacional de Argentina informó que, en lo que va de la temporada 2023/2024 (desde la última semana de julio hasta la última semana de marzo), se registraron 232.996 casos de dengue (90% autóctonos, 7% en investigación y 3% importados). Dentro de ese total, 215.885 se registraron durante 2024.
En diálogo con Infobae, el médico infectólogo Juan Carlos Cisneros, subdirector del Hospital Muñiz en ciudad de Buenos Aires, comentó: “El riesgo de re-infectarse tiene que ver con los serotipos que circulan en la comunidad. En este momento, el problema en la Argentina es que circulan principalmente el DEN-2 y el DEN-1. Mientras haya más de un serotipo circulante, hay riesgo de contagiarse dos veces. Por supuesto, también hay un riesgo personal que depende de la actividad de cada persona, de la existencia de criaderos de mosquitos en la zona en que habita, entre otros factores”.
El experto señaló también que la segunda infección puede dar lugar a casos de dengue grave. Pero no siempre sucede. Existe la posibilidad de que ya la primera infección genere un dengue grave. Un reciente estudio, que fue publicado en la revista Nature Medicine, sugirió que la primera infección por el virus en niños también puede desencadenar infección grave.
Como informó Infobae el 2 de marzo pasado, la investigación consistió en estudiar a 619 niños con dengue que fueron atendidos en tres hospitales de diferentes regiones de la India. Fue llevada a cabo por científicos de ese país y de los Estados Unidos, quienes clasificaron a los participantes según testeos que siguen pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Siempre se ha considerado que la primera infección no puede generar un caso grave. Sin embargo, el estudio en la India planteó lo contrario. Hay que considerar que se trata de un estudio con una muestra chica y en población pediátrica. Es necesario que haya más investigación sobre este tema”, afirmó el doctor Cisneros.
Al tener en cuenta las particularidades de la infección por el dengue y la respuesta del sistema inmune, la doctora Gamarnik consideró que se debe poner en marcha en la Argentina una campaña focalizada de vacunación en el sector público, tal como recomendó la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn). Las provincias de Misiones, Salta y Corrientes decidieron compras vacunas para aplicarlas en grupos específicos en vacunatorios públicos.
“Hay dos razones por las cuales se recomienda vacunar a personas que han tenido una infección previa de dengue. Por un lado, están en mayor riesgo de tener un cuadro con más síntomas si se vuelven a contagiar. La otra razón es que los ensayos clínicos que evaluaron la eficacia y la seguridad de la vacuna demuestran que protege mejor a personas que ya tuvieron una infección”, señaló Gamarnik.
La Autoridad Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó en abril de 2023 el uso de la vacuna Qdenga® contra el dengue, que fue desarrollada por el laboratorio Takeda. Se basó en datos de seguridad y eficacia demostrados en un ensayo clínico de fase 3, doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo, en regiones endémicas de Asia y América Latina, realizado en más de 20.000 niños y adolescentes.
En septiembre del año pasado el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre inmunización de la OMS recomendó a los países que se considere la introducción de la vacuna en entornos con alta carga de morbilidad por dengue y alta intensidad de transmisión.