El enfrentamiento entre Sabrina Rojas y Flor Vigna, recién comienza; al parecer, no fue todo color de rosa cuando las mujeres compartían de alguna manera la familia. La actriz se mostraba con sus hijos, el padre, Luciano Castro y su novia, pero las rispideces no tardaron en aparecer, y mucho más después de la separación de Vigna y Castro. Muy despacito, la cantante empezó a deslizar que su noviazgo con el actor se desgastó por la interferencia de Rojas.
“Muchos actos que fueron feos”, dice Vigna sobre las actitudes de Sabrina y que ella lo habría influenciado para que la pareja terminara separándose. Hace muy pocas horas, la actriz se conectó nuevamente a su Instagram y dejó un mensajito que claramente tiene una destinataria, y se llama Flor la ex de Luciano Castro.
“Cuando una mujer se pelea con una, con dos, con tres, con cuatro… siempre mujeres. Habla mucho de ella… ¿no?”, se preguntó. Y cerró diciendo: “Me quedo tranquila porque todo está a la vista, o casi todo”, haciendo referencia a los distintos enfrentamientos de la cantante con otras figuras del espectáculo. La semana pasada había subido otra historia que se decía así misma: “Respiro profundo”. Según cuentan a Teleshow algunas de las amigas de Sabrina, que ella seguramente de a poco además de dejar mensajes en las redes, va a estallar, y va contar abiertamente sobre lo que pasó entre ellas, y por obvias razones con Luciano Castro.
La distancia entre las ex de Luciano, se profundizó en el verano cuando Sabrina hizo público su enojo y lo relató a Teleshow, desde Villa Carlos donde estaba trabajando:
—¿Estás enojada porque son cosas que también tienen que ver con tu trabajo?
—Y en un punto, sí. Estoy trabajando, sé que él también, pero en el medio hay que ponerse de acuerdo, o no, con los temas referidos a los chicos. Es un tema de prioridades y de trabajo extra que tenemos las madres, que a veces no lo tienen los padres. No quiero generalizar. Si bien hay muchos hombres que paternan a la par de la mujer, en general las mujeres trabajamos y también estamos pendientes de cada detalle de los niños. Pedir el turno al médico, ir a la librería a comprar el mapa, juntar la plata para el cumpleaños del amiguito. Hasta cuando están con el padre, una chequea si está todo resuelto. El hombre solo se dedica a trabajar. Cuando me voy de viaje, estoy pendiente de si todo marcha bien. Y tal vez el padre, cuando se va de viaje, llama para saber cómo están y nada más.
—¿Finalmente fue al cumpleaños de Fausto?
-Sí fue. Ahí, en el posteo, pasó algo que se malinterpretó y también admito que yo hice una pequeña catarsis tonta. Nada grave. Pero es la dinámica que cada uno tiene. Una pretende que después de 20 días sin ver a los niños se movilice un poco. Que su único día libre lo tenga dedicado a sus niños. Si yo no veo a mis hijos hace 20 días, estoy el lunes con todo un plan preparado para recibirlos.