NAFTA, una banda argentina nacida en el 2016, es la protagonista de esta nueva entrega de Playlist, el ciclo audiovisual en el que Infobae busca darle espacio a los artistas emergentes. Con un sonido muy cuidado y refinado, el grupo propone una sutil mezcla de soul, R&B y pop.
El líder de Nafta es Magamo, cantante, guitarrista y compositor. El resto del grupo está conformado por Abril Olivera y An Espil en coros, Simón G. en teclados, Tomás Sánchez en batería y Bryan Vainberg en el bajo. Su primer álbum, titulado NAFTA, vio la luz en octubre de 2019.
A partir de allí, fueron creciendo en convocatoria y se subieron a los escenarios de los festivales más importantes del país, como Cosquín Rock, Rock en Baradero y Futurock, entre otros. En julio del año pasado editaron el álbum Nafta II, el cual presentaron en el estadio Luna Park. El disco, además, se quedó este año con la estatuilla del Premio Gardel correspondiente al Mejor álbum pop alternativo.
María Figueiras: —Todavía son independientes, incluso, en varias entrevistas dijiste: “La libertad no se negocia”. ¿Cuáles son los pros y las contras de ser independientes?
NAFTA: —Justo “libertad” es una palabra que hoy en día está bastante pisoteada, pero creo que desde la independencia tiene un pro y es que vos hacés las cosas a tu forma. La contra es que ocupás mil puestos. En cambio, una banda que se maneja con una productora, tiene gente que se encarga de determinadas cosas y de cumplir determinadas funciones. Cuando una banda es independiente, todos hacemos un poco todo. Se reparten las tareas y muchas veces, terminás haciendo cosas que preferirías no hacer.
María Figueiras: —¿Cómo lidiás con la frustración cuando sacan un disco?
NAFTA: —Nosotros hacemos las cosas apuntando a lo más alto, dejando todo y diciendo: “Esto es lo mejor que hicimos, es lo más alto a lo que pudimos llegar laburando en equipo”. Y después, pase lo que pase, si quedás atado a lo que la gente espera, nunca vas a satisfacer a todo el mundo. Y ahí quedás preso de lo que esperan de vos y te alejás más de lo que podés llegar a lograr siendo auténtico. Quizás la frustración está más en el proceso de la composición, que es parte de cualquier proceso creativo. Y el oficio te va haciendo saber lidiar con eso. La frustración es una parte fundamental del proceso creativo, porque está al lado tuyo, todo el tiempo, diciéndote: “Esto es malísimo, esto es malísimo… Bueno, esto no”. Afortunadamente, nuestros dos discos fueron muy bien recibidos y fue hermoso.
María Figueiras: —¿De qué forman manejan las críticas? ¿Se blindan como grupo, se cuidan entre todos?
NAFTA: —Sí, la verdad que por el nivel de agresión, violencia y crueldad que se vive en las redes en la actualidad, nos bardean bastante poco. Cuando a veces leés alguna bardeada, tenés que ponerte a hacer el ejercicio mental de decir: “Tengo 10 mil mensajes de gente que dice que le cambió la vida y me estoy obsesionando con uno…”. Y a veces, de loco, entrás a ver su perfil y ves qué le gusta a la persona, lo que él o ella considera, y decís: “Cómo me estoy enroscando con este salame”. Eso pasa con las redes, el anonimato y una envalentonada de ser lo más sanguinario, cruel y lastimoso posible, que me repugna. Pero bueno, es como está el mundo hoy en día. Nadie está acostumbrado a que lo ataquen o lo bardeen, y eso lleva a un proceso de ir fortaleciéndote para que eso no te afecte negativamente.
María Figueiras: —¿Cuál es la fórmula para no caer en las tendencias musicales o lo que está de moda?
NAFTA: —No tenemos que hacer un esfuerzo por eso, porque siempre hicimos las cosas así. Y es el camino natural de las cosas. A veces se te van presentando situaciones nuevas u ofertas de cosas. Y decís: “¿Por qué iríamos a tocar acá?”. Y ahí vas un poco perfilándote en qué cosas decir que “Sí” y en qué cosas decir que “No”. Y eso te va armando una personalidad del proyecto que se va haciendo a medida que se van presentando las cosas.
María Figueiras: —¿Alguna anécdota para compartir de la banda o de algo que les haya pasado en alguna gira?
NAFTA: —Con Tony, el baterista, nos conocemos desde muy chicos, desde el jardín. En 6° o 7° organicé una colecta en la clase para comprarle una batería, porque necesitábamos un baterista. Él no sabía nada, yo tampoco, no sabíamos ni como se tocaba. En ese momento nos gustaba mucho el punk, entonces tocábamos sin saber nada. Pasamos de año, y a los meses, entraron dos pibes nuevos al colegio, los dos eran bateristas, los dos la mataban. Y fue gracioso porque estábamos preparando a un baterista, cayeron dos cracks que terminaron enseñándole. Y Tony terminó siendo un gran batero y un hermano de la vida.
María Figueiras: —¿Cómo se van preparando para sus próximos shows en el Movistar Arena?
NAFTA: —Bien, increíble. Ya estamos ensayando y armando unas cositas sorpresa. Y después, es lo mismo de siempre: tocar, hacer música y compartir con la gente, sin mucho fuego artificial. Es vernos a nosotros tocando los temas, compartiendo lo que pasa entre la gente y la banda es increíble. NAFTA en vivo suena muy bien y ver a una banda en vivo siempre es muy superior a cualquier grabación, a cualquier disco… Lo que te pasa en vivo, no se compara con nada. Incluso, los errores que puedan surgir, la imperfección del vivo. Hoy en día que los discos están hechos tan perfectos, el vivo tiene algo que es único. Y ahora que está pasando esto, no sabemos cuánto va a durar, porque nada es para siempre. Por eso hay que disfrutarlo.