En la cancha, con una derrota ante un Perú que no había ganado en las ocho fechas anteriores y estaba último en las eliminatorias, Uruguay no consiguió apaciguar el clima convulsionado que se desencadenó desde hace más de una semana con las declaraciones de Luis Suárez, secundado por otros compañeros, sobre el clima tóxico que se respira en la concentración por los modos de Marcelo Bielsa para relacionarse con el plantel y algunos empleados.
Los duros cuestionamientos de varios futbolistas al Loco coinciden con el momento más bajo en lo deportivo de la Celeste. Entre la recta final de la Copa América y la clasificación al Mundial 2026 suma seis encuentros sin triunfos, maquillados por dos éxitos por penales frente a Brasil y Canadá, y tres consecutivos sin marcar goles. Una actualidad que contrasta con las resonantes victorias ante Brasil y la Argentina en la Bombonera. “Tuvimos más la pelota que el rival, pero no creamos peligro. Nos faltó cambiarle la velocidad a la jugada, poder generar asociaciones, desequilibrios. No hay muchos equipos con los jugadores de ataque que tiene Uruguay. Siento que no di las respuestas para el funcionamiento, de articulación y ensamble entre los jugadores para materializar un grupo humano tan rico”, expresó Bielsa en la conferencia de prensa, tras el cotejo disputado en Lima.
Más allá de su análisis futbolístico, la expectativa estaba puesta en la primera declaración pública de Bielsa tras las reuniones que mantuvo con los referentes del plantel (José María Giménez, Federico Valverde, Nahitan Nández) y los principales dirigentes de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para considerar las tensiones de un vínculo en el que los jugadores se sienten víctimas de un destrato.
"NO IGNORO TODO LO QUE PASÓ EN LA SEMANA Y SÉ QUE MI AUTORIDAD QUEDA AFECTADA"
Marcelo Bielsa, tras el escándalo que sacudió a la Celeste a raíz de las explosivas declaraciones de Suárez. pic.twitter.com/q8euUSpaXA
— TyC Sports (@TyCSports) October 12, 2024
Bielsa hizo un reconocimiento que pocas veces se le escuchó en su carrera, si bien protagonizó situaciones conflictivas en otros lugares (Athletic Bilbao, Lille, Lazio –no llegó a asumir- y Leeds). En los clubes citados, las crisis terminaron en ruptura, de un lado o del otro. En Uruguay, por ahora, la sangre no llegó al río. “Sé que mi autoridad queda afectada. Quien está en entredicho soy yo. (En la reunión con los referentes) claramente se evaluó la forma en que ejerzo la conducción del grupo”, expresó. Llegó hasta ahí, no quiso entrar en pormenores o detalles del cónclave: “El contenido y los temas que se revisaron corresponden al ámbito privado. Más no puedo decir porque estaría hablando de cuestiones que pertenecen a la intimidad del grupo y se revisan internamente, no difundiéndolas”.
Ignacio Alonso, presidente de la AUF, también se refugió en la discreción sobre lo conversado, pero se puso del lado de Suárez en cuanto al tenor de las acusaciones del máximo goleador histórico del seleccionado: “Lo que dijo Luis es verdad”.
Dentro de un hermetismo en el que cuesta distinguir claramente si hay principio de solución, tregua o un camino sin retorno entre Bielsa y el frente charrúa, un dirigente, que pidió no ser identificado, le comentó a La Nación: “Desde el punto de vista de la interna, las reuniones con los jugadores y la AUF ayudaron a recomponer la situación. Se podría decir que está bien. El técnico entiende que hay un principio de autoridad que se socava a partir de las declaraciones de Suárez. Ahora hay que recuperarse y trabajar en lo futbolístico para sacar un buen resultado contra Ecuador. Fue una lástima la derrota en Perú, una distracción sobre el final nos costó el gol. Hay mucho por trabajar”.
A la consulta de si se respira un clima de portazo de Bielsa, nadie responde, ni siquiera de manera anónima. El Loco debe medir hasta qué punto su investidura dañada le permite seguir adelante sin traicionar sus convicciones y valores. Ni en broma se le escuchará a Bielsa la célebre sentencia de Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”. Así como en su doctrina futbolística siempre descartó el plan B -todo lo que no sea asumir el control del partido y ser ofensivo-, sus valores nunca lo situaron en posturas tibias o complacientes. Este cisma que le llegó a los pies coincide con su profundo anhelo de volver a dirigir en un Mundial a un seleccionado histórico en un momento en el que estará cumpliendo 71 años, edad en la que empiezan a retirarse muchos técnicos.
Por lo pronto, Bielsa no relacionó en lo más mínimo la caída 1-0 en Perú con la volcánica semana: “Lo ocurrido no tuvo ninguna influencia en el partido. Lo que pasó en una semana con mucha efervescencia no explica la derrota. No lo vinculo a cómo jugamos ni creo que haya tenido algún efecto. La preparación del partido la hice con máxima seriedad y la respuesta que tuve de los jugadores fue la misma desde que empecé a trabajar. El funcionamiento del grupo y del cuerpo técnico fue igual que siempre.”.
El martes, frente a Ecuador, el Centenario brindará una buena medida de la temperatura ambiente. Hasta qué punto Bielsa sigue contando con un respaldo que hasta aquí fue de respetuoso reconocimiento. Uruguay, en los mejores pasajes del ciclo del argentino, desplegó un juego más ambicioso y ofensivo que su promedio histórico.
Hasta tanto se pueda medir el pronunciamiento en el estadio, en las redes sociales y foros de hinchas uruguayos se instaló la figura de que el equipo “le hizo la cama a Bielsa” en la derrota ante Perú. Impresión que muchos reforzaron con la débil respuesta del arquero Sergio Rochet en el gol de cabeza de Miguel Araujo, a dos minutos del final, en un desarrollo con escasas situaciones de ambos lados. Nicolás Fonseca, volante de River y titular en Lima, calificó de “ridícula” cualquier sospecha. “Somos una selección seria, con jugadores serios, de élite”, agregó. Bielsa no puso reparos a la actitud de sus dirigidos: “La entrega del equipo me pareció muy generosa, más allá de cómo hayamos jugado”.
Tampoco contribuyó la gran cantidad de bajas, entre lesionados y suspendidos, que Uruguay sufrió en la anterior y actual doble fecha de las eliminatorias. Frente a Ecuador podrán reaparecer Giménez, Nicolás de la Cruz y Mathias Olivera.
Valverde corroboró cada una de las palabras de Suárez, pero en una reciente entrevista con France Football rescató lo mismo que otros jugadores que fueron dirigidos por el Loco: “Con Bielsa trabajás mucho más. Física y mentalmente, te mata, pero cuando se ve la recompensa en el partido da placer. Todo lo que sale de la boca de Bielsa es bueno para aprenderlo”. En la próxima fecha de las eliminatorias, Uruguay pondrá a prueba si es capaz de dejar atrás las divisiones para salir adelante entre todos.