La radio sos vos. Así se llama el nuevo programa que Julio Lagos y parece que estuviera hablándole al espejo. O mejor, cerrando los ojos, acercando la voz al micrófono y dejándose llevar por lo que percibe en los auriculares. Julio Lagos es la radio, al menos desde hace más de medio siglo. Y es también las radios. Porque ya tenía un largo recorrido cuando irrumpió Internet para amenazar el romanticismo de las Spikas y las 7 mares. Y en vez de anclarse a aquel pasado de gloria, fue punta de lanza de la adaptación. Y llegaron las apps, Facebook, los podcasts, Instagram. Y él siempre estuvo allí.
“Esto es milagroso. Voy a cumplir 77 el lunes 3 de enero, y en general a esa edad, no se empieza algo, no se inicia una aventura y a mí me pasa algo extraordinario que me regala la vida”, dice Julio a Teleshow, tachando los días del almanaque. Como locutor de raza y comunicador apasionado, los años le brindan aplomo y sapiencia pero no funcionan como antídoto contra los nervios. ”Me transpiran las manos, escribo, tacho, borro”, asegura.
El 3 de enero entonces, en pleno cumpleaños, Julio nos regalará su vuelta y saludará desde los micrófonos de Radio Rivadavia a las 21 horas en una nueva aventura en el éter y en las plataformas de la histórica emisora de la calle Arenales. Durante dos horas, el periodista hablará de todo, -en rigor, de casi todo-; y buscará hacerlo para todos. Con la pasión, y los nervios del primer día.
—¿Cuál es el desafío luego de tanto tiempo?
—Para mí, la radio es un arte y en consecuencia, tengo una mirada de artista. El público, con todo derecho, asocia la radio con su propia vida: cuando estudiaba, cuando estaba de novio, cuando nació el primer hijo, cuando sufrió alguna operación. Cada oyente asocia esas circunstancias con gratitud y hay sectores del público que esperan que vos vuelvas a hacer aquello que hiciste con lo cual se identifican. Esto está muy bien desde el punto de vista del público, pero desde el punto de vista del artista no es así. Por eso a partir del 3 de enero, seguramente van a estar la personalidad, la impronta, el sello, pero yo pretendo que sea totalmente distinto y novedoso. Si será mejor o peor, lo decidirá el público.
—¿Cómo hace para no repetirse en aquél que el público espera pero que usted desea no ser?
—La curiosidad, que es el motor de nuestra actividad junto a las ganas de contar historias, siempre es lo que te permite encontrar nuevos estímulos. Nos proponemos tender puentes hacia todos los sectores de la audiencia tanto del encendido existente como del apagado ausente, porque esto es lo que a mí más me atrae. En definitiva, las mediciones de audiencia se hacen sobre el encendido. ¿Y el apagado?
—¿Cree que la gente dejó de escuchar radio?
—Hay gente que no escucha radio porque dejó de escuchar, y hay gente que pertenece a un grupo etario que nació sin escuchar la radio. Y ese es uno de los desafíos que yo me planteo: que encuentren en nosotros un motivo para escucharla. Por supuesto vamos a darle muchísima importancia a las redes, tanto como a la transmisión convencional de AM y ahí está la posibilidad de hacer una especie de interfaz. Porque si la gente hoy usa el teléfono, vamos a tratar de conquistar al que tiene teléfono para que escuche radio.
—¿De qué hablará el programa?
—Los contenidos se han puesto un poco monótonos. Quizá por eso hay una audiencia que no está, y nosotros pretendemos a hacer un programa muy atractivo, pero que no hable de política. Hay otras cuestiones en la vida.
Con esa exclusión sine qua non, el temario de La radio sos vos promete acercarse a la cotidianeidad de los escuchas. A las historias que contará el anfitrión –la personalidad, la impronta, el sello- se sumará un variado staff de columnistas para desandar los caminos más diversos. Desde las bicicletas hasta las plantas de balcón; desde la historia hasta el cuidado físico; desde las recetas de cocina al mundo de las mascotas.
“Me imagino que para algunos, esto comparado con los grandes temas de los pregoneros políticos puede ser secundario, pero me parece más importante que una elección interna en un partido político”, asegura Lagos en defensa de su equipo y su propuesta. Con un espíritu históricamente federal –Rivadavia cuenta con 81 emisoras adheridas en todo el país- Julio se propone llegar a cada rincón de la geografía. Y las economías regionales tendrán también su lugar, como el tango, el folklore y los diversos sonidos del país. “El contacto con los oyentes es algo fundamental, por eso se llama La radio sos vos. Es la base del programa y aquí también vamos a contar con todas las posibilidades técnicas”, se entusiama
—Siempre estuvo atento a los avances tecnológicos vinculados a la radiofonía ¿Qué opinión tiene de los podcasts?
—La radio es un arte y se vale de todos los instrumentos posibles. El podcast se parece mucho a la radio porque está bien realizado, tiene separadores, tiene trabajo de investigación, pero no es radio porque no es en vivo. Es una consecuencia de la imposibilidad de que alguien en un programa de radio tengo un espacio para hablar de historietas, o de plantas o de fitness o de la bici por la sencilla razón de que lo único que se habla de política entonces. El podcast es como una embajada donde se han asilado todos aquellos que querían hablar de alguna otra cosa que no fuera política. El tipo de programa que yo intentaré hacer es como un una serie de podcast en vivo.
—¿Cree que la radio en su formato tradicional está en vías de extinción?
—En mi casa tengo un micrófono de la década de 1920, que en su momento funcionó y en el que quizás haya cantado Gardel. Hoy se usan otros micrófonos, pero el asunto es que comunique. Yo tampoco encuentro mucha diferencia entre la AM y la FM más allá de la cuestión física. Hay quienes dicen que la AM ha muerto porque leyeron que en Bélgica desactivaron las AM, pero en Argentina caben diez Bélgicas, y la radio, junto al ferrocarril, fueron los dos grandes factores de civilización de progreso y cultura en nuestro país. Ahora, además de AM, tenés Internet. Fantástico. ¿Quién hubiera pensado que un oyente podía mandar fotos a un programa? El problema es que nos enredamos mucho con las palabras.
-Entonces, vayamos a lo simple. ¿Qué es la radio?
–Un tipo una vez dijo radio es uno que habla y otro te escucha. Si te llega, si comunica, es radio y no hay que renegar de los formatos por más que siempre hay resistencia al cambio. Y eso no tiene que ver solo con nuestro tema. La gente más grande recordará el Simulcop era un sistema de adherir dibujos que venían en una planchuela al cuaderno del colegio. Bueno, hubo maestros que se negaban al uso. Lo mismo pasó con calculadora. ¡El salto de la pluma cucharita, a la lapicera fuente fue una batalla! Pero lo importante no es con qué escribían los genios de la literatura, sino el contenido de su obra.
—¿Ese cosquilleo que siente todavía por la radio lo tiene con otras áreas del periodismo?
—En un sentido sí, cuando escribo las notas para Infobae, espero al domingo, a ver cómo quedó el título, que fotos le pusieron. Pero el tema de la radio es que tiene más facetas. Uno se imagina como un director de orquesta. Acá va la música; acá, el separador; después hablamos de las plantas. A lo mejor, y se puede ir modificando con el tiempo, pero mientras tanto, estás escuchando antes de que salga el aire. Porque siempre hay alguien dispuesto a contar una historia y siempre hay alguien dispuesto a escucharla. La maravilla de esta actividad que ha pasado por todas las etapas es que hoy florece, y si nosotros sumamos todas las posibilidades de comunicación que tenemos, la radio es extraordinaria.
—¿Cómo enfrenta el desafío de llegar al público de las plataformas, que probablemente no lo escuchó nunca o no tiene la referencia de su trayectoria?
—Es un regalo del cielo a esta altura del campeonato enfrentar este desafío como si fuera la primera vez. Digamos que la exageración del almanaque determina eso y a mí me fascina la posibilidad de sumar nuevos oyentes, por eso hablo del apagado. Algo que tengo siempre muy presente es que cuando yo era chico, en la radio, por ejemplo, estaba Niní Marshall, que hacían de tantos personajes uno que era Cándida que era una gallega; cantaba Nicola Paone en italiano; Tomás Samari encarnaba a una familia de catalanes, los Rampullet. La radio estaba reflejando la realidad social de la Argentina de entonces, que eran los inmigrantes, que ante el temor encuentran en la radio un reparo. Actualmente es tan grande el fenómeno de la inmigración actual como lo fue el de hace varias décadas y para mí es un desafío, pues también me planteo incorporar a esos sectores al programa.
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