Al cumplirse 20 años de su fallecimiento, una de sus compañeras, María Julia Oliván, en un video exclusivo para Teleshow lo recordó como “increíble, único, distinto, que hacía la diferencia. y con quien tuve el honor de trabajar”. Según detalló: “En su exitoso ciclo Kaos tuve el gusto de divertirme de reírme, y todos recuerdos hermosos y con mucha nostalgia, obviamente”.
“Me parece genial esto de recordarlo siempre y saber reconocer a esas personas que dejaron una huella en nuestras vidas, sino en el periodismo, en el periodismo de televisión al que queremos tanto y donde Juan va a ser siempre recordando como un precursor, como un distinto, como un vanguardista”, cerró.
También lo hizo Carla Czudnowsky, con quien tenía una relación sumamente especial, además de que Juan, le presentó a su actual espeso, conversó con Teleshow y se sumó al recuerdo.
En lo que resultó ser una conmoción para la comunidad, la inesperada muerte de Juan Castro, a los 33 años, sacudió los cimientos del periodismo: en el apogeo de su carrera y en medio de una intensa campaña publicitaria, donde su imagen dominaba la ciudad promocionando la nueva programación de Canal 13. Su rostro se había convertido en un símbolo de frescura y dinamismo para la pantalla, destacando entre las multitudes por sus penetrantes ojos claros en los carteles distribuidos por toda la Capital.
Su fallecimiento, en tanto, dejó más preguntas que respuestas en el aire, rodeada de misterio y especulaciones, noticia que no solo impactó al ámbito periodístico sino también a la sociedad, que lo veía como una de las descollantes figuras periodismo contemporáneo. Detrás de su exitosa imagen de presentador y periodista, se encontraba inmerso en una serie de proyectos profesionales que prometían elevar aún más su carrera, a la vez que su vida personal nadaba en un mar de incertidumbres, adicciones, tratamientos y recaídas.
El 2 de marzo de 2004 ingresó con severo politraumatismo de cráneo y fractura expuesta de miembro inferior izquierdo al Hospital Juan Fernández de la ciudad de Buenos Aires. Instantes antes, había caído del balcón de su departamento, ubicado en el primer piso de un edificio del barrio porteño de Palermo. Tras permanecer internado por tres días, falleció el 5 de marzo, debido a un paro cardíaco derivado de una falla multiorgánica.
Nacido el 13 de enero de 1971 en el barrio Parque Patricios, eran tres hermanos Hugo Castro, hoy dedicado a la producción de cine, y su hermano gemelo Mariano, Juan, dio sus primeros pasos profesionales como asistente de producción en el programa de radio Feedback, bajo la conducción de Mario Pergolini y Ari Paluch, lo que serían solo el comienzo de una larga y fructífera trayectoria en la que su capacidad para conectar con la audiencia y su polifacética carrera se hicieron evidentes.
Además de lanzarse al campo de la producción de medios, expandió sus horizontes al incursionar en el modelaje publicitario, período en el que trabajó con Ricardo Ceppi, un destacado fotógrafo, y junto a su amiga Karin Cohen. Este camino en el modelaje demostró ser un aspecto fundamental de su desarrollo profesional, mostrando su versatilidad y compromiso con diversas facetas del espectáculo y la comunicación.
Luego de romper con Ari Paluch, Pergolini se armó dupla con Eduardo de la Puente y crearon Malas compañías, cuyo debut fue el 1 de abril de 1987, programa que cautivó al 78% de la audiencia de la FM de la época, en la franja nocturna. Entrevistaban a políticos, figuras de la cultura y músicos, pero después de las 10 de la noche le daban lugar al lado b: prostitutas, taxistas y colectiveros. Allí, Castro fue productor y musicalizador.
Sólo un año después, en 1988 y con 17 años cumplidos, sufriría la pérdida de su madre, víctima de cáncer, lo que impactó de tal forma que lo llevó a un estado de profundo dolor que intentó mitigar, como él mismo declarara en alguna oportunidad, al consumo de cocaína y otros estupefacientes.
A los 18 años, finalizó su educación secundaria en el Colegio Sarmiento y dio inicio a sus estudios en el campo de la locución en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), teniendo la oportunidad de ser alumno de la renombrada periodista Fanny Mandelbaum. Este acontecimiento marcó el principio de su carrera en los medios de comunicación, un sector que siempre había despertado su interés y pasión.
Adicionalmente, expandió su formación académica al inscribirse en las carreras de Traductor Público en Idioma Inglés y Comunicación Social en la UBA, lo que demuestra su compromiso con la educación y el deseo de multidisciplinariedad en su preparación profesional. A pesar de su entusiasmo inicial, la carrera de Comunicación Social no fue culminada, decisión que refleja la complejidad de balancear múltiples compromisos académicos y profesionales.
Su trayectoria tomaría un giro significativo en diciembre de 1991, cuando fue seleccionado para co-conducir Crema Americana, un programa estival de América. Junto a él, figuras con las que ya había trabajado como Ari Paluch y su compañero de estudios, “Pato” Galván, aportaron sus talentos a este proyecto televisivo. Esta oportunidad no solo le permitió poner en práctica sus habilidades comunicativas, sino también le abrió puertas en la industria televisiva, marcando el comienzo de una carrera llena de potencial en los medios.
Para 1993, Telefé Noticias se benefició de la incorporación del periodista, cuyo enfoque único marcó una diferencia en la producción de contenido de actualidad. Destacó en su cobertura informativa entre otros la ceremonia de los Premios Óscar en 1994 y el ataque al edificio Alfred Murrah en Oklahoma City, Estados Unidos, en 1995.
Em esa temporada trabó una amistad significativa con Dolores Cahen D’Anvers, con quien más tarde colaboraría en Zoo, las fieras están sueltas, el programa que comenzaría a emitirse por América en 1997, en el que se abordaban temas de drogas, marginalidad, discriminación y sexualidad. Este espacio, conocido por sus temáticas controvertidas, se mantuvo en el aire durante tres años, generando debates y polémicas.
En un giro inesperado en su carrera, en septiembre de 2001, compartió detalles personales sobre su vida en una entrevista con El Planeta Urbano, donde habló abiertamente sobre su homosexualidad. Este acto de valentía fue seguido por una confirmación en el programa Sábado Bus, lo que generó una considerable atención mediática. No mucho después, regresó a la pantalla para conducir Confianza Ciega, un reality show éxito en el mundo que aquí no tuvo mucha repercusión.
El 7 de marzo de 2002, en el contexto de crisis económica y social que atravesaba la Argentina, estrenó Kaos en la Ciudad por Canal 13, un proyecto desarrollado en colaboración con Endemol. Este programa, que demandaba altos niveles de audiencia para su permanencia, logró superar las expectativas con un promedio de 23 puntos de rating en sus iniciales emisiones, pese a que en la vereda de enfrente tenía a Videomatch, al que llegó a superar en varias ocasiones.
En lo que respecta a su vida personal, los fantasmas continuaban acechándolo: en julio de 2003, fue ingresado durante dos semanas en el Sanatorio Otamendi a causa de lo que inicialmente se reportó como un “pico de estrés”. No obstante, la verdadera razón detrás de su hospitalización fue una severa crisis desencadenada por su adicción a la cocaína, lo que conllevó a que iniciara un tratamiento para su rehabilitación, el cual incluyó su estancia en una clínica psiquiátrica. Esta información fue confirmada por el propio comunicador una vez que se reintegró a sus actividades laborales, compartiendo su experiencia ante las cámaras.
Después de dos años de emisión, el programa concluyó en diciembre de 2003, aunque ya se contemplaba una nueva temporada para el 2004. Posteriormente, Castro retomó su carrera en Endemol como Director Creativo, instante en que comenzó a preparar material para una futura temporada de su programa.
El 1 de marzo de 2004 por la noche, el presentador se había embarcado en una exploración nocturna de la ciudad, captando historias junto a un camarógrafo para el nuevo segmento “Sonámbulos” de Kaos, mostrando su dedicación y pasión por contar relatos humanos desde ángulos únicos. Así, para el día siguiente, continuó con responsabilidades en la productora, para luego dejar las instalaciones de la productora alrededor de las 17.45, dirigiéndose a pie hacia su domicilio.
Los detalles sobre lo que sucedió después de su llegada a casa permanecen velados en misterio. Reportes indican que, tras entrar en un estado de crisis y causar destrozos en su hogar, se precipitó por el balcón de su departamento, lo que resultó en graves heridas que demandaron atención médica inmediata. Un vecino fue quien alertó a las autoridades sobre el suceso. El cabo 1º José Zayas, a cargo de la seguridad en la zona, fue la primera persona en asistir al comunicador, encontrándolo inconsciente y gravemente herido. La rapidez de la respuesta policial y los esfuerzos por brindarle los primeros auxilios fueron cruciales en los momentos siguientes al accidente. Tres días después, moriría.