Nada más ni nada menos que en el día de la primavera, en un ambiente cargado de flores amarillas, Flor Bertotti tuvo su regreso triunfal a los escenarios con el primer show en el Movistar Arena. En medio de un clima que desbordaba alegría y ansiedad, los fans de Flor comenzaron a llegar al estadio en un cálido sábado en la ciudad de Buenos Aires. El dress code elegido para esta noche inolvidable estuvo unificado en diferentes tonos de amarillo, en guiño a la mítica canción que representa a la exitosa tira. Esta esperada vuelta se da 20 años después del estreno de Floricienta, la telenovela que catapultó a la actriz a la fama.
Bertotti tiene planeados una serie de 12 conciertos en el miniestadio de Villa Crespo: todos y cada uno de ellos con las localidades agotadas, tanto por los fanáticos de la época de Floricienta como por las nuevas generaciones, que no tuvieron dudas en expresar su amor a la protagonista con exclamaciones y aplausos en todo momento.
Así fue como este sábado a la noche, el tranquilo barrio porteño se vio completamente revolucionado por la gran cantidad de fans que se acercaron al lugar. Como no podía ser de otra manera, los vendedores ambulantes se destacaron entre la multitud con una gran selección de accesorios y souvenirs, que incluyeron vinchas llenas de flores, carteles, posters, stickers, remeras con la cara de la cantante, vasos de plástico. Otro detalle fue el maquillaje express, que fue furor en cada una de las esquinas del lugar.
Desde el primer momento, las miles de personas que asistieron a esta primera fecha se vieron rodeadas por una atmósfera afectuosa, llena de buena energía y, en muchos casos, plagada de nostalgia. La atención de todos estaba puesta en el escenario que, dividido en dos pisos, estuvo unido por dos escaleras a cada lado. A los costados, dos pantallas gigantes y una en el centro garantizó que todos los espectadores pudieran ver cada uno de los detalles del show, llenos de colores.
Ya desde minutos antes de que arranque el concierto comenzaron a advertirse los primeros signos de ansiedad por parte del público. El estadio entero pedía por la presencia de Bertotti en el escenario.
A las nueve de la noche en punto, las luces del lugar se apagaron, las pantallas cobraron vida con una cuenta regresiva, que logró acentuar la exaltación de todos los presentes. En medio de ese profundo clima de emoción, Flor subió al escenario con un look impactante, que incluyó un abrigo de lentejuelas, unas botas cortas de color negro y una cartera plateada. Con micrófono en mano, la artista abrió el concierto al ritmo de “Arriba las ilusiones”, la canción que fue parte de Niní, la novela que protagonizó luego del éxito de Cris Morena. “Hola, Buenos Aires”, fueron sus primeras palabras que hicieron estallar los gritos en todos y cada uno de los rincones del recinto.
“Feliz primavera, ¿cómo están? Estoy tan emocionada, no les puedo explicar, no lo puedo creer, 20 años después… ¿Qué nos pasó? ¿Cómo puede ser? No soltamos”, dijo luego del primer tema, lo que provocó la risa de todos los presentes y el grito a coro de “No”, dando indicios de la fuerte marca que dejó su personaje en la vida de sus fans. “Preparamos un show único y estamos todos muy emocionados de estar acá, tocando en casa, venimos de estar en todos lados, pero nada nos emocionaba como estar acá”, sentenció, para luego continuar con el concierto.
Desde el primer momento, la cantante le pidió al público que cante a todo pulmón y este no tuvo reparos en hacerlo. Sin bajar el nivel de energía, la siguiente canción en la lista fue “Hay un cuento”, que provocó un momento único. Bertotti confesó que se trataba de una de las favoritas de toda la telenovela y las estrofas generaron la emoción de todos, en especial de ella, que dejó de cantar, se quitó el micrófono del oído y se quedó escuchando atentamente a sus fans cantar a grito pelado.
Hay cuatro canciones que se pueden marcar como las más esperadas de la noche y la primera en llegar fue “Por Qué”. Esta no solo estuvo acompañada por la banda de Florencia, sino que también subieron al escenario dos violinistas, creando una atmósfera de amor, dolor y emoción. La canción llegó a su fin, Flor salió del escenario, y regresó a los pocos minutos con su tercer cambio de outfit. Ahí dio inicio a una versión pop de “Por Qué”, lo que causó una gran excitación en el público, que arrancó a saltar en el lugar y el pogo no tardó en formarse.
Cada vez que Bertotti desaparecía del escenario para un nuevo cambio de look, en las pantallas se mostraba un video en el que se exhibía el trabajo del detrás de escena y algunas de las entrevistas que la cantante realizó para su canal de streaming. Una de las que hizo estallar al público fue la de Juan Gil Navarro. “Está vivo, fueron años sufriendo, se ve que lo querían mucho”, lanzó Florencia apenas lo vio, lo que hizo que corearan el nombre del personaje, Federico.
Al momento de cantar “Qué lindo” se tomó el tiempo para una dedicatoria. A lo largo de su carrera escribió muchas canciones, pero tan solo una de ellas estuvo dedicada a Federico Amador, su excompañero, y con quien está en pareja desde el año 2010. “A él le compuse esta canción hace un par de años. Cuando uno dice que es perfecto, que no tiene defectos, pero que después se los encontrás, decís: ‘Qué lindo, qué lindo, qué lindo’”, contó, mientras la batería comenzaba a sonar y estallaba el tema de fondo.
Es imposible negar que “Un enorme dragón” es uno de los grandes temas que se escribieron para la novela, y el segundo más esperado. En el primer recital se volvió el protagonista de una fanaction. En cada uno de los asientos se levantaron unos carteles que decían: “Gracias por llenar nuestros días con tu luz”, que se reflejaron en las grandes pantallas y Bertotti no pudo contener la emoción ante el gran gesto de sus fanáticos.
Una noche, ya de por sí cargada de emociones, se potenció en un ciento por ciento en el momento en el que recibió una camiseta del seleccionado argentino e hizo un anuncio que descolocó a todos: “Ustedes nos piden qué canciones quieren que nosotros cantemos y nosotros lo hacemos, así de sencillo”. “Qué esconde el Conde”; “Odio de vos”; “Kikiriki”; “Chaval chulito”; “Y la vida”; “Corazones al viento”; “A bailar”, fueron las canciones más pedidas que logró llevar a cabo.
Cuando comenzaron los acordes de “Mi vestido azul”, las lágrimas estaban a flor de piel. Los fans cantaron a todo pulmón, enseguida encendieron las linternas de los celulares y se generó una ocasión especial con una gran sorpresa para el público cuando el tema se reversionó al ritmo de una cumbia. Minutos después, Amador se animó al gran desafío de cantar ”Te Amo más” junto a su pareja, en un momento lleno de miradas cómplices y caricias, que terminó con un gran beso en el centro del escenario.
Luego de la balada con Federico, Flor abandonó el escenario. En las pantallas aparecieron imágenes de flores, ella volvió con un vestido dorado, lleno de brillo, que solo podía significar una cosa: era el turno de “Flores amarillas”. Quizás porque era el día de la primavera o por el significado de la canción, esta fue recibida con exclamaciones que superaron el sonido de los micrófonos.
Luego de esta canción, llegó el momento más emocionante de la noche. Cuando el público empezó a cantar “Olé Olé Olé” fue lo que finalmente quebró a la cantante. “Dije que iba a llorar la final, me estaba aguantando la emoción de esta noche con ustedes”, expresó con la voz entrecortada para luego agregar: “Estoy tan agradecida”. A modo de apoyo, los fans corearon su nombre.
Para un cierre mágico, la cantante se bajó del escenario y los gritos de “una más, una más”, hicieron eco por todos lados. Entonces, ella hizo caso al pedido y finalmente el broche de oro del concierto fue con “Tic Tac”. “Feliz primavera para todos, nos vemos la próxima”, fueron sus palabras de despedida, mientras le lanzaba besos al público.
Esta tan solo fue la primera noche de 12 shows. La actriz va por más: 22, 24 y 25 de septiembre se vuelve a presentar, luego hace una pausa para regresar al escenario con nuevas fechas: 15, 16, 22, 23 de noviembre, 8, 9, 25 y 26 de noviembre. El año lo cierra con un concierto en el estadio Uno de La Plata el 7 de diciembre.