Días antes del comienzo del juicio por la muerte de Alejandro Cohn, que arranca este martes y que tiene a nueve médicos imputados por homicidio culposo, el pasado 8 de abril se estrenó Hermanos, una historia de sangre (Flow), el documental dirigido por Carlos De Elía que cuenta el trágico final del menor de los Cohn en testimonios de su familia, testigos, médicos, peritos y abogados.
El docuthriller de 77 minutos, cuyo tráiler encabeza esta nota, busca reconstruir lo ocurrido con la muerte de Alejandro que, casi nueve años después, sigue siendo un misterio. Además, aborda la posterior e incansable lucha de Mariano, su hermano cinco años mayor, por la búsqueda de “Justicia”.
“Lo que le hicieron fue una salvajada médica, jamás vista. Alejandro entró al hospital caminando y se fue dos días después con muerte cerebral y cuatro fracturas”, sostuvo el reconocido cineasta, a horas de presentarse en el Juzgado Correccional N°4 de San Isidro, en diálogo con Teleshow.
Y agregó: “Hace una semana miré la película y fue una piña en el estómago. Hasta ahora siempre había estado detrás de cámara: ser espectador fue muy fuerte y movilizante. No hice más que corroborar la salvajada de esos médicos hacia mi hermano y la impunidad de la Municipalidad San Isidro, por aquel entonces a cargo de Gustavo Posse, que los encubrió. Por suerte, todas esas cosas se terminaron: empieza el juicio y confío en que los imputados van a tener la pena que merecen”.
La película, que además se estrenará el próximo martes 23 de abril en Max y el viernes 26 a las 22 en TNT, tiene el relato en off de actores como Oscar Martínez, Antonio Banderas, Luis Brandoni, Guillermo Francella, quienes trabajaron con Mariano en distintos films y vivieron en primera persona el sufrimiento por la muerte de su hermano.
“Yo participé en la película, grabé en Madrid, porque lo que le hicieron al hermano de Mariano es un asesinato”, dijo Oscar Martínez en declaraciones a TN. “Trabajé mucho con Mariano y Gastón (Duprat), nos conocemos bien, como un equipo, y siempre hablamos de lo que le habían hecho a Alejandro. Por eso no dudé un segundo en colaborar y acompañarlo. Ojalá esto sirva para condenar a los responsables en este país, donde ya sabemos los problemas que tiene la justicia y sus vínculos con el poder político”, sostuvo el actor.
El director del film, Carlos De Elía, contó que fue él quien le pidió a Cohn contar la historia de su hermano, “para visibilizarla”. “Creo que en este punto fue necesario que Mariano confiara en mí. Tan es así que él mismo fue quien convenció a sus padres para que hablaran. Ellos nunca antes lo habían hecho. Lo mismo que todos los que aparecen en la película”, dijo De Elía a CNN Radio y destacó que, en medio del rodaje, fue anunciada la fecha del juicio oral.
“Acá hay dos puntos importantes para tener en cuenta. Por un lado, cómo puede ser que esta familia lleve nueve años sin saber qué pasó; por el otro, cómo puede ser que haya nueve médicos que estén imputados, sigan atendiendo y la Justicia los deje a ellos, y sobre todo a sus pacientes, en una situación de tanta orfandad. Por eso digo que la Justicia, como institución rectora, tiene en sus manos una enorme decisión”, sostuvo.
El caso
Alejandro Cohn murió el 29 de julio de 2015, 48 horas después de ingresar al Hospital Municipal Melchor Posse, de la localidad bonaerense de San Isidro. Iba camino a un partido de fútbol, se sintió mal y se fue a hacer ver. Entró a la institución médica consciente, pero horas más tarde y sin explicaciones, la familia fue informada de que se debatía entre la vida y la muerte. Falleció a causa de una hipoxia.
Casi nueve años después, a Mariano Cohn le carcome la misma duda: ¿Cómo es que un joven de 35 años que entra caminando por sus propios medios a una guardia por una caída de azúcar termina dos días después siendo trasladado a otro hospital con muerte cerebral y cuatro huesos fracturados?
“Yo creo que mi hermano fue expuesto a prácticas salvajes porque lo abandonaron: no sabían qué era lo que le pasaba. Se dieron cuenta cuando su cerebro ya estaba funcionando sin oxígeno, o sea cuando estaba muerto. Ahí lo que hicieron fue un desastre y, para taparlo, intentaron dibujar una muerte”, asegura Mariano y no exagera.
Es que, misteriosamente, el Hospital de San Isidro, perdió desde la continuidad descriptiva en la historia clínica de Alejandro, pasando por las cámaras de seguridad de aquellos días, hasta el libro de reporte del shock room. Como si fuera poco, las hojas de enfermería del sábado 27 de julio estaban arrancadas.
Alejandro murió en el Hospital Italiano, donde lo trasladaron de urgencia por pedido de su familia. Tras recibirlo, la institución médica inició una denuncia porque las condiciones del paciente no eran compatibles con la documentación que lo acompañaba.
En el documental, Mariano dice que no busca dinero. “Quiero que vayan presos los médicos que mataron a mi hermano, que le saquen la licencia para curar, que no puedan atender a nadie más ni hacerle lo que le hicieron”, afirma el realizador quien, además, busca elevar la denuncia a exfuncionarios municipales por encubrimiento.
“Lo que le sucedió a Alejandro es una radiografía de lo que es la Argentina: un país con un sistema de salud en malas condiciones; un poder político inescrupuloso, que esperó hasta que Gustavo Posse dejara de ser Intendente; y un sistema judicial que tomó el caso nueve años después. Confío en que el juez va a obrar de manera humana y los imputados van a tener la pena que merecen”, se despide Mariano de Teleshow.
La última audiencia del juicio, por el que se espera que pasen alrededor de 25 testigos, tiene fecha para el 24 de mayo próximo. Un día antes, el 23, Alejandro hubiera celebrado su cumpleaños número 44.
