La llegada de la nueva Ford Bronco V6 al mercado argentino representa mucho más que la aparición de uno de los jugadores más fuertes en el segmento de los vehículos off-road. Es también el primero de dos lanzamientos muy especiales que tendrán lugar este año, y que se completarán en septiembre con la llegada del nuevo Mustang V8, que representan la vigencia de un compromiso inalterable a través del tiempo.
“Mientras haya un cliente que quiera un Mustang, fabricaremos Mustang”, dijo Martín Galdeano, Presidente de Ford Sudamérica en Brasil a comienzos de junio, cuando presentaron oficialmente la séptima generación del famoso “Pony Car” que llega a nuestra región con la misma huella digital de siempre, adaptada a los tiempos actuales de la industria automotriz mundial.
Bronco representa exactamente lo mismo. Un vehículo extremo, pensado para un público específico, que mantiene vivo el espíritu del modelo original, incorporando la tecnología más avanzada disponible en la actualidad.
La versión que ya se vende en la red de concesionarios Ford es la denominada Wildtrack V6 Ecoboost con paquete Sasquatch, que no es otra cosa que la versión más sofisticada de la Bronco fabricada en Michigan, Estados Unidos.
Aunque parezcan completamente distintos, el Bronco y Mustang tiene una conexión entre sí. Para Ford, este vehículo todo terreno extremo tiene la robustez de la serie de F de camionetas de la marca, y la rebeldía del Mustang con su tracción trasera y el potente motor Coyote de casi 500 CV.
El lanzamiento de Bronco fue en la geografía de la Puna Argentina, en la provincia de Jujuy, alternando recorridos por caminos de diversa exigencia de Humahuaca y Purmamarca, con una pista off-road diseñada en la Pollera de la Coya, por un equipo de expertos de la marca.
“Se puede manejar a la vieja usanza, administrando con el acelerador y la potencia en base a la sensibilidad que se sienta en la cola, o usarla con todas las asistencias electrónicas, que permiten atravesar cualquier dificultad. Son libres de manejar como quieran. En ambos casos, van a pasar sin problemas por todos los obstáculos”, dijo Eduardo Babbicola, el responsable de elegir y crear los recorridos de la travesía.
Y en verdad, no podía elegirse una mejor combinación de superficies para poner a prueba la capacidad de este emblemático 4×4, porque hubo que atravesar caminos de ripio de distinto tamaño, cortes abruptos que entraban a lechos de ríos, algunos secos y otros con un buen caudal de agua, pasar sobre grandes rocas completamente lisas, y recorrer largos tramos con tierra roja muy fina, donde aunque no se sintiera, las cuatro ruedas patinaban constantemente.
El motor Ecoboost de 6 cilindros en V tiene 2.7 litros y entrega 334 CV de potencia con un torque de 560 Nm que se transmite a las ruedas a través de una caja automática de 10 velocidades, la misma de Ranger y de F-150, con dos diferenciales electrónico que se pueden bloquear alternativamente según la necesidad del terreno que se debe superar.
El paquete Sasquatch lleva la capacidad off-road al nivel más alto, con un gestor de terrenos llamado GOAT (Go over any Type of Terrain) que cuenta con siete distintos tipos de opciones de puesta a punto para seleccionar, y cuatro modos de tracción que van desde la 4×2 hasta la 4×4 baja, pasando por un modo automático y la 4×4 alta.
A nivel estructural, más allá de sus dimensiones, que destacan un largo de 4.8 metros con un ancho de 2.2 metros, la capacidad de Bronco tiene que ver con sus alturas del piso. Tiene un despeje de 29 cm, una capacidad de vadeo de 85 cm, un ángulo de ataque de 43,2°, uno de salida de 37° y un ángulo ventral de 26,3°. La distancia entre ejes es casi la de una pick-up, con 2.94 metros entre ruedas delanteras y traseras, y pesa 2.348 kg en vacío.
Con una simple operación de 15 minutos se pueden desmontar el techo completo sin herramienta alguna, y las cuatro puertas con una llave cricket de simple funcionamiento, lo que convierte a la Bronco en un 4×4 que también se puede disfrutar con mayor contacto con el exterior.
Pero lo que complementa sus especificaciones es la electrónica. El paquete Ford CoPilot 360 pone a disposición del conductor todas las asistencias a la conducción habituales de los modelos de la marca para su uso en rutas y ciudad, pero ampliado con dos funciones adicionales y únicas que hacen mucho más interesante el uso off-road.
La primera se acciona con un botón físico que está sobre el tablero, junto a los bloqueos de diferencial trasero y delantero. Es el Trail Turn Assist, que traducido viene a ser un asistente de giros cerrados, cuya función es bloquear el giro de la rueda trasera interna cuando hay que hacer una curva muy cerrada, de modo que al girar las otras tres, el vehículo hace una especie de pivote sobre un eje vertical. Probarlo es muy interesante. El Bronco, parado frente a un obstáculo a menos de dos metros, gira y lo esquiva sin problemas.
La otra función es el Trail Control, una suerte de control de crucero adaptativo 4×4, que permite enfrentar una pendiente muy pronunciada sin usar el acelerador ni el freno. Se setea la velocidad a la que se quiere trepar, y que debe ser muy baja por la inclinación de la subida, y una vez que se ha activado se sueltan los pedales y el vehículo sube autónomamente. La subida que estaba disponible en la pista diseñada por Ford, se hizo a una velocidad de 3,5 km/h y tanto para subir como para bajar, en ningún momento hubo patinamiento alguno.
Bronco Wildtrack V6 se vende en cuatro colores, blanco, dos distintos grises y un azul eléctrico, su precio es de $148.786.800 y tiene una garantía de 3 años o 100.000 kilómetros.
La decisión de ofrecer todas las opciones posibles
Aunque fue una de las primeras marcas del mundo en lanzar un SUV 100% eléctrico como el Mustang Mach-E y poco después la versión a batería de su emblemática F150 con la versión Lightning, Ford parece estar adaptándose a la realidad del mundo del automóvil mucho más rápido que gran parte de sus competidores.
Adaptarse significa desarrollar vehículos con la tecnología eléctrica, pero también extender la propuesta de híbridos a más modelos, y finalmente, seguir fabricando vehículos con motores de combustión interna al mismo ritmo de siempre.
Hace tres años, la decisión global de la marca fue dejar de producir autos chicos y medianos, y concentrarse únicamente en SUV, utilitarios y pick-ups. Así, como un reflejo de la nueva Ford a nivel mundial, desaparecieron de los concesionarios de Argentina el Ka, el Fiesta, el Focus, el Mondeo y el exitoso EcoSport, mientras lentamente empezaron a aparecer el nuevo Territory, el nuevo Kuga híbrido, llegó la pick-up compacta Maverick con versiones nafteras e híbridas también, y ya en el último año, completando una batería de lanzamientos, aparecieron la séptima generación de Ford Ranger, el Mustang eléctrico y furgón Transit también 100% eléctrico.
Este año, quedaban estos dos desafíos pendientes que completaban ese portafolio de multiplataformas de movilidad con dos vehículos tan icónicos como emblemáticos, que llegan para mantener el equilibrio entre electricidad y gasolina. Casualmente o no tanto, ambos se representan con un caballo salvaje, que perfectamente podría ser un caballo de fuerza.