Se estima que más de USD 75.000 millones han sido robados a víctimas en todo el mundo mediante la estafa conocida como pig butchering, mucho más de lo que se calculaba anteriormente, según un nuevo estudio.
El pig butchering (matanza del cerdo) es una estafa que recibe su nombre de la práctica de los granjeros de engordar a los cerdos antes de sacrificarlos. Suele comenzar con lo que parece ser un mensaje de texto con un número equivocado. Las personas que responden son atraídas hacia inversiones en criptomonedas. Pero las inversiones son falsas y, una vez que las víctimas envían fondos suficientes, los estafadores desaparecen. Por inverosímil que parezca, las víctimas suelen perder cientos de miles o incluso millones de dólares.
Un banquero de Kansas fue acusado este mes de malversar USD 47,1 millones de su banco como parte de una estafa de pig butchering.
Las personas que envían los mensajes suelen ser víctimas de trata de personas en el sudeste asiático. Son atraídos a centros en países como Camboya y Birmania con ofertas de trabajos bien remunerados, luego son atrapados, obligados a estafar y, en ocasiones, son golpeados y torturados. Las Naciones Unidas han estimado que más de 200.000 personas están detenidas en centros de estafa.
John Griffin, profesor de finanzas de la Universidad de Texas en Austin, y el estudiante de posgrado Kevin Mei recopilaron direcciones criptográficas de más de 4.000 víctimas de este tipo de fraude, cuya popularidad se ha disparado desde la pandemia. Con herramientas de seguimiento de cadena de bloques, rastrearon el flujo de fondos desde las víctimas a los estafadores, que en su mayoría están ubicados en el sudeste asiático.
En cuatro años, desde enero de 2020 hasta febrero de 2024, las redes criminales trasladaron más de USD 75.000 millones a bolsas de criptomonedas, según Griffin, que ha escrito sobre esta forma de fraude financiero. Parte del total podría representar ingresos de otras actividades delictivas, explicó.
“Estas son grandes redes criminales organizadas, que operan en gran medida indemnes”, dijo Griffin en una entrevista.
El estudio, titulado How Do Crypto Flows Finance Slavery? The Economics of Pig Butchering (¿Cómo financian los flujos cripto la esclavitud? La economía de la matanza de cerdos), se publicó la semana pasada. Griffin y Mei descubrieron que USD 15.000 millones procedían de cinco exchanges, incluida Coinbase, eran utilizadas habitualmente por las víctimas en los países occidentales. Según el estudio, una vez que los estafadores recaudaban los fondos, la mayoría de las veces los convertían en tether, una popular stablecoin, o moneda digital estable atada a la cotización de dólar. De las direcciones a las que tuvieron acceso los delincuentes, el 84% del volumen de transacciones se realizó en tether.
“Antiguamente, era muy difícil mover tanto dinero a través del sistema financiero”, afirma Griffin. “Había que pasar por los bancos y seguir los procedimientos de ‘conozca a su cliente’. O se tendría que poner el dinero en bolsas”.
Paolo Ardoino, director ejecutivo de Tether, calificó el informe de falso y engañoso.
“Con Tether, cada acción está en línea, cada acción es rastreable, cada activo puede ser incautado y cada criminal puede ser atrapado”, dijo Ardoino en un comunicado. “Trabajamos con las autoridades para hacer exactamente eso”.
Tether ha cooperado con las autoridades en algunos casos para congelar cuentas vinculadas al fraude. Pero a menudo, cuando se denuncia el delito, los estafadores ya tienen el dinero.
“Nuestro estudio muestra que es la moneda elegida por las redes delictivas”, dijo Griffin.
Amor, también
Un informe de EuropaPress, en tanto, destacó que la modalidad también se usa para las llamadas “estafas románticas”, junto a otros métodos, como el “catfishing”, que consiste en usurpar la identidad de otra persona hasta que, una vez se ha logrado que la víctima deposite en él su confianza, el estafador le solicita fotografías íntimas (también conocido como ‘sexting’) o dinero.
“Una vez que han agotado todos los fondos disponibles de la víctima, los estafadores desaparecen, dejando a sus objetivos sin poder recuperar sus inversiones”, ha explicado la directora global de Inteligencia e Investigaciones de Binance, Erin Fracolli, que insiste en que estas tácticas “no son exclusivas de las criptomonedas”, sino que se han empleado en varias estafas.
Conviene destacar que la Inteligencia Artificial (IA) también se ha convertido en la herramienta preferida de estos ciberdelincuentes, que emplean ‘deepfakes’ para hacerse pasar por otras personas y comenzar presuntas relaciones amorosas. El ‘deepfake’ es una manipulación de contenidos audiovisuales (imágenes, vídeos, audios) con IA, que se usa para suplantar la imagen y la voz de otra persona que ya existe o bien para inventarse una nueva.
Si se aplica al texto, la IA no solo imita la interacción humana, sino que también la elabora para hablar con las víctimas sobre sus películas favoritas e incluso sentir empatía con sus problemas o compartir recuerdos ficticios, tal y como hace LoveGPT. Aquí las víctimas no saben que en realidad están chateando con una cuenta automatizada.
Existe una serie de señales e indicios que pueden alertar a los usuarios de que la persona con la que está interactuando realmente no es quien dice ser y que, por tanto, podría ser víctima de un fraude romántico. Una de ellas guarda relación con la velocidad a la que se “enamoran” los estafadores de sus víctimas, un término que se conoce como ‘love bombing’, esto es, un constante envío de muestras de cariño y afecto que resultan poco creíbles debido al poco tiempo que ha pasado desde el comienzo de la presunta relación.
Con información de Bloomberg y EuroPress