El “veranito financiero” hizo que los economistas reajusten a la baja sus estimaciones sobre las cotizaciones futuras del dólar y la inflación. Entre la suba controlada del 2% mensual que mantiene el Banco Central (BCRA) sobre el tipo de cambio oficial, la reducción de la alícuota del impuesto PAIS a las importaciones en septiembre y la firmeza del Gobierno sobre el mantenimiento del superávit fiscal, los economistas esperan que en lo que resta del año sigan desacelerándose los precios y descartan una devaluación.
Los datos surgen del último LatinFocus Consensus Forecast, informe que reúne las estimaciones de más de 50 consultoras y bancos privados, tanto de la Argentina como del exterior. “En septiembre, el presidente Javier Milei presentó el presupuesto para 2025, que apunta a que los ingresos superen ligeramente los gastos el próximo año gracias a la continua moderación del gasto. Sin embargo, las suposiciones del gobierno para el crecimiento del PBI están notablemente por encima de las previsiones de nuestros panelistas, mientras que las proyecciones de inflación y tipo de cambio del gobierno son inferiores”, comparó.
Para finales de diciembre de este año, los analistas esperan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumule una suba del 131,4% interanual. Esta cifra tuvo una corrección de 10,3 puntos porcentuales con respecto a la encuesta previa (141,7%). A modo de comparación, el Gobierno estimó en el Presupuesto 2025 que la inflación sea del 104,4%. No obstante, ayer por la tarde el Indec informó que hasta septiembre los precios acumularon un aumento del 101,6%.
“En septiembre, el gobierno redujo el impuesto PAÍS del 17,5% al 7,5% para las importaciones de bienes y fletes, lo que contribuyó a cierta desaceleración de ciertos precios específicos para ese mes. Además, el gobierno no ha indicado ningún cambio en el esquema actual de ajuste del tipo de cambio del 2% mes a mes en el corto plazo. Considerando esto, hemos revisado a la baja nuestra previsión de inflación anual para 2024 del 135% al 130%”, explicaron los analistas del BBVA Research.
Una visión similar compartieron los analistas del Itaú Unibanco, quienes estimaron que la inflación seguirá desacelerándose en los próximos meses, como resultado de la dinámica del tipo de cambio, la reducción de los aranceles a las importaciones y las presiones moderadas por parte de la demanda. “Por lo tanto, nuestra previsión de inflación es del 130% para finales de 2024″, completaron.
Las únicas consultoras que prevén un dato mucho más pesimista fueron MAPFRE Economics (190,9%), EMFI (168,5%), Moody’s Analytics (163,7%), Santander (150,5%) y UBS (150,3%). En cambio, las cifras más bajas las arrojaron Quantum Finanzas (116%), Econométrica (117%) y OJF & Asociados (117,5%).
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“La inflación debería seguir disminuyendo en el futuro sobre la base de una alta base de comparación, un gasto público restringido y una reciente reducción de un arancel de importación clave. Sin embargo, la depreciación de la moneda y los recortes de subsidios mantendrán la inflación alta según los estándares de América Latina”, resumió el informe.
El dólar fue otra de las variables de análisis, mientras que el Gobierno evita dar precisiones de cuándo será la salida del cepo y cómo seguirá la política cambiaria hacia fin de año. De acuerdo con el promedio de las respuestas del LatinFocus, el tipo de cambio oficial mayorista cerrará a $1135,3 en 2024, una corrección a la baja de $97,9 con respeto a la encuesta pasada.
Actualmente, el dólar mayorista se negocia a $979, por lo que las estimaciones prevén que el ritmo de crawling peg se acelere y que la cotización suba $156,3 en los próximos dos meses (+15,9%). En cambio, el dólar paralelo terminaría el año a $1311, cuando un mes atrás esperaban que se ubique en torno a los $1446. “Se prevé que tanto el tipo de cambio oficial como el paralelo se debiliten en el futuro”, remarcó el informe.
Por último, LatinFocus explicó que la inflación de tres dígitos y la fuerte consolidación fiscal estuvieron detrás de la caída de la actividad económica, a pesar de que en los últimos meses repuntaron el sector agrícola y hubo un aumento de la producción energética. Los analistas prevén que el año cierre con una contracción del PBI del 3,6% (una baja de 0,1 puntos porcentuales respecto de hace un mes), pero que rebote un 3,4% en 2025.
“El crecimiento positivo de los salarios reales a medida que la inflación se modera debería brindar cierto apoyo al consumo y la actividad en el segundo semestre de 2024. Los indicadores de actividad de alta frecuencia ya mostraron un aumento significativo de la actividad industrial y de la construcción en julio. En general, dejamos sin cambios nuestra previsión de crecimiento del PIB real para 2024 en -4,1% y aumentamos nuestra previsión para 2025 a 2,2% desde 1,7% antes”, dijo por su parte Sergio Armella, de Goldman Sachs.