A sabiendas de que el blanqueo de capitales inyectó muchos dólares en el mercado financiero local, las compañías buscan aprovechar el momento para captar parte de ese dinero y financiar sus proyectos con tasas más bajas que en el mercado internacional. Es por eso que estas semanas, empresas que van desde el sector energético hasta el de desarrollos inmobiliarios anunciaron la emisión de nuevas obligaciones negociables.
A diferencias de otros programas de regularización de activos, en esta ocasión el Ministerio de Economía habilitó que la plata blanqueada pueda utilizarse para comprar bonos, acciones argentinas, obligaciones negociables y fondos comunes de inversión sin pagar la alícuota del 5% que rige para montos mayores a US$100.000. La única condición es que el dinero se invierta hasta diciembre 2025, aunque no necesariamente en el mismo activo (se puede vender y comprar otra acción, por ejemplo, pero el dinero tiene que quedar en la cuenta comitente).
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“Las compañías están aprovechando esta entrada de dólares mediante la emisión de bonos elegibles para apalancarse en el capital disponible. El Gobierno señaló que no intentarán captar estos fondos e impulsarán el crecimiento del crédito al sector privado para fomentar la recuperación económica”, explicó Javier Casabal, estratega de renta fija de AdCap Grupo Financiero. Al momento, el Régimen de Regularización de Activos atrajo unos US$12.369 millones.
Con muchos dólares dando vueltas en el mercado local, a comienzos de octubre Pampa Energía emitió una obligación negociable con una tasa del 5,75% anual en dólares. La noticia la celebró el ministro de Economía, Luis Caputo, quien señaló que la tasa fue “más baja aún de la que se podría conseguir en el mercado externo” y remarcó que la finalidad del blanqueo es “reactivadora de la economía y de la inversión privada”.
Por esos días, Visa Energy emitió una obligación negociable de US$150 millones al 7,65%; Compañía General de Combustibles (CGC) recaudó US$68,3 millones con cupón del 6,5%; Genneia emitió US$60 millones al 6,2%; Transportadora de Gas del Sur se hizo de US$490 millones con cupón del 8,5%; Petrolera Aconcagua emitió US$20,3 millones con cupón del 8%; y John Deere lanzó otra obligación negociable con tasa del 6,5%.
“Desde el mercado se pudo apreciar la integración de las cuentas CERA principalmente a obligaciones negociables, donde los perfiles más conservadores eligieron destinar sus colocaciones. Este comportamiento tuvo efecto sobre los rendimientos de los créditos corporativos, sobre todo los de legislación extranjera y aquellos con buenas calificaciones de riesgo (A, AA, AAA), ofreciendo tasas de retorno (TIR) similares a créditos de investment grade o treasuries estadounidense. Esto les permitió financiar proyectos, mejorar sus posiciones financieras a mediano plazo y extender la duration de sus créditos a tasas competitivas”, dijo Mariano Meza, analista de research y estrategia de MM Investments.
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Las emisiones que se vienen
Más compañías decidieron subirse a esta ola. Este viernes 18 de octubre, habrá dos licitaciones. Por un lado, Edenor saldrá a buscar US$150 millones a una tasa del 9,75% con vencimiento a seis años. Por el otro, Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR) emitirá US$30 millones (ampliable a US$70 millones) con vencimiento a 48 meses y tasa a licitar durante la jornada.
En tanto, el próximo lunes 21 de octubre, la desarrolla inmobiliaria Irsa emitirá una obligación negociable por US$40 millones, con una tasa de interés que se licitará durante la jornada. La emisión se dividirá en dos tramos: uno con vencimiento a tres años y otra a cinco años, aunque ambas estarán denominadas en dólares, con repago total del capital a su vencimiento y un monto mínimo de inversión de US$100.
”La idea es ofrecer una alternativa para los pequeños inversores que tienen sus ahorros en dólares depositados en sus cuentas corrientes o en cajas de seguridad. Lo que se obtenga de esta emisión será destinado a financiar, en parte, el ambicioso plan de obras para viviendas que está encarando la empresa”, dijo Matías Gaivironski, CFO de IRSA.
Para Ezequiel Fernández, director de research corporativo de Balanz, en la mayoría de los casos las empresas buscan refinanciarse porque lo ven como una buena oportunidad para obtener “fondos baratos” y, además, empujar las amortizaciones de deuda para más adelante.
“Nos parecen opciones atractivas para los minoristas, aunque depende de la calidad crediticia y la tasa a la que emite el bono. A veces hay que contemplar si los bonos nuevos no están un poco ‘apretados’ con las tasas que ofrecen, y puede que haya mejores oportunidades en el mercado secundario, con los bonos ya existentes. Sin embargo, son una opción válida para el blanqueo”, cerró.