A partir de imponentes perfiles de acero se erigen algunas de las estructuras más destacadas de la ciudad de Buenos Aires. Este producto siderúrgico, aleación de hierro y carbono, no solo sostiene edificaciones, sino que planteó el paradigma en el sector de la construcción y redefinió cómo se construye el mundo actualmente.
Caracterizado como “noble y robusto”, el acero experimentó un papel transformador. Su implementación en megaobras permitió construir rascacielos imponentes y desafiar las alturas con la resistencia necesaria para soportar edificios de cientos de pisos. Además de su función estructural, su majestuosidad visual lo convirtió en estandarte para estructuras de gran envergadura y lo consolidó como protagonista de la construcción industrializada.
En CABA, cinco obras icónicas se estructuraron sobre la base de este material clave. Sin embargo, fue Estados Unidos quien marcó el rumbo del uso del acero con el emblemático edificio Chrysler: un rascacielos de estilo Art Déco ubicado en Midtown Manhattan, Nueva York. Con 77 plantas y 319 metros de altura, ostentó el título del edificio más alto del mundo durante once meses, hasta ser superado por el icónico Empire State Building de Chicago en 1931.
Argentina no fue la excepción en ese sentido. Desde 1900 comenzaron a llegar cubiertas figurativas con estructuras de acero y mampuesto traídas de Estados Unidos, de ciudades como Nueva York y Chicago. De a poco se le fue dando forma a algunas edificaciones que hoy son un atractivo arquitectónico único para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aunque a veces pasan desapercibidas.
“El acero es un recurso noble y robusto que nutre a varios edificios emblemáticos”, explicó Juan Ignacio Virga, ingeniero de Gerdau, siderúrgica especializada en la producción de aceros largos.
Sin embargo, no cualquier acero puede soportar grandes estructuras.
Según explicó Virga, “los perfiles estructurales son la respuesta constructiva a la mayoría de las grandes megatorres, que luego combinan una variedad de sistemas y materiales para lo referido a cerramientos y terminaciones. Pero sin duda el perfil de acero representa el alma de la obra”.
A mediados del siglo XX quizás no se lo veía aún de esta manera, pero hoy el acero representa también una oportunidad de renovación sustentable en el sector de la construcción y hasta se implementa en construcciones domésticas. Desde la Cámara Argentina de Acero (CAA) explicaron que este sistema es desarrollado en acero de alta resistencia, que, mediante la industrialización y uso de tecnología, optimiza los procesos, disminuyendo los costos y logrando tiempos de ejecución hasta 40% más bajos que la construcción tradicional.
Virga detalló: “La posibilidad de reciclado infinito que tiene el acero y la alternativa que brinda el sistema, permite reutilizar los recursos y transformarlos a las distintas necesidades”.
Las construcciones con acero, ya sean viviendas u oficinas, se caracterizan por su sostenibilidad. Los costos varían entre USD 700 y USD 900 por metro cuadrado
“Es común que veamos viejos galpones con cubiertas metálicas que cambian su función, se reciclan, y vuelven a la vida como espacios para otros usos. El acero es el mejor ejemplo de la economía circular”, añadió el experto.
Los más emblemáticos del paisaje porteño
Ese estilo de producción de metal le dio forma a algunas de las edificaciones más solemnes de CABA. Una de ellas es el Centro Cultural Kirchner (ex Correo Central). Fue diseñado por el arquitecto francés Norbert Auguste Maillart, en 1888, y el presidente Miguel Juárez Celman aprobó el proyecto para su construcción.
Con muchas variaciones de su proyección original, el emblemático edificio fue inaugurado en 1928.
El Palacio Barolo, diseñado por el italiano Mario Palanti e inaugurado en 1923 (cumplió sus 100 años recientemente), utilizó para su construcción 650.000 kilos de acero, complementado por hormigón armado, ladrillos y cemento. Llegó a ser el edificio más alto de la ciudad, hasta que fue desplazado del primer puesto cuando se construyó el Kavanagh. La colosal infraestructura del Barolo fue inspirada en la obra de Dante Alighieri, cuenta con 22 pisos y su alucinante torre aún deslumbra a los turistas.
Mariana Stange, de Mariana Stange Real Estate, expresó: “Trabajar en el Barolo es algo emblemático, como en el Comega o Safico para oficinas, o el Kavanagh en el ámbito residencial. El simple hecho de decir estoy en el Barolo es como presentar una tarjeta de presentación. Las oficinas allí son pequeñas, entre 10 y 15 metros m2, como habitaciones de 3×4 , metros. Los baños son compartidos y hay muy pocos propietarios. Ingresas más por recomendación que por encontrar un aviso publicado del Barolo; hay toda una mística en el lugar. Es encantador, y los alquileres no son muy altos en comparación con una oficina estándar de referencia”.
Allí los precios oscilan entre USD 5 y USD 10 por m2, son ideales hoy para recibir clientes porque los despachos son únicos y confortables.
Otra obra icónica del modernismo argentino de fines del siglo XIX es el Palacio de las Aguas Corrientes, que en su interior lleva la primera mole de acero de la sanidad porteña, un símbolo de la prosperidad de la época. Es una de las mayores estructuras de hierro que se construyó en el siglo XIX fuera de Europa y demandó 7 años levantar el esqueleto, desde 1887 a 1894.
En la esquina de Diagonal Julio A. Roca y la avenida Belgrano, aparece el Edificio SOMISA. Su nombre original fue “Teniente general Pedro Castiñeiras”, en homenaje al presidente que tenía la empresa en 1966, cuando se licitó el proyecto y comenzó su construcción.
La monumental obra conserva una distinción especial: no sólo está hecho estrictamente de acero, es el primero en el mundo en haber sido armado íntegramente con soldaduras.
También destaca en Puerto Madero la Torre Bouchard. Su diseño es reconocible a la distancia por su remate piramidal que culmina con, nada más y nada menos, que 115 metros de altura.
La obra fue inaugurada en 1994, y en la actualidad alberga la sede de Aerolíneas Argentinas, la Embajada de Japón y oficinas del Banco Mundial.
“Tiene unas vistas únicas, categoría y está a mano de todo. Es una torre premium que se alquila a razón de USD 24/USD 26 por m2″, concluyó Stange.