Los bonos argentinos abrieron este miércoles con alzas generalizadas y el riesgo país cayó por debajo de los 1500 puntos, tras conocerse el resultado fiscal y el superávit comercial de febrero.
Entre las mayores subas se encuentra el AE38 con el 5,51%, AE38D, 4,12%; AL39, 4,29%; AL29D, 4,48% y AL30, 2,38%.
Esto se da “luego de conocerse el resultado fiscal superavitario de febrero (tanto primario como financiero), y ante la expectativa por el tratamiento del DNU en Cámara de Diputados, los bonos soberanos en dólares iniciaron la semana con subas generalizadas, en línea con la operatoria de mercados emergentes y el mundial”, aseguran los analistas de Puente.
En tanto, según el Indice que elabora JP Morgan, el riesgo país cae a 1496 puntos. Este mide la brecha de las tasas de retorno de los bonos del Tesoro de Estados Unidos con emisiones soberanas similares de los países emergentes, entre ellos Argentina. Esa brecha de tasas se está reduciendo y hoy está en su nivel más bajo desde septiembre de 2021.
Por su parte, Javier Casabal, Estratega de Renta Fija de Adcap Grupo Financiero, aseguró: “Principalmente la caída del riesgo país como consecuencia de la suba de los bonos está más vinculado a lo político. El mercado se está volviendo muy optimista sobre los planes de Javier Milei. Es un cambio real que vale la pena celebrar, dado que la mayoría de los inversores no confiaban en su capacidad para reducir el déficit hace apenas unas semanas”.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, dijo que el rally alcista se debe “a la continuidad de un mayor apetito inversor ante el entusiasmo que genera la política económica de los primeros meses de gestión. Ocurre que dicha “hoja de ruta” económica viene recibiendo positivas lecturas de inversores del exterior, que se complementan a las apuestas de operadores locales”.
Sobre estos últimos, señaló: “Mientras se siguen de cerca las señales políticas frente a la nueva Ley Ómnibus y el DNU, dado que requerirá de negociaciones, los activos domésticos se presentan aún firmes dado que los inversores se ven entusiasmados por la continuidad de la ‘hoja de ruta’ económica del superávit fiscal, el apretón monetario y la acumulación de reservas”.
“Ocurre que dichos pilares han sido cruciales para sostener las positivas expectativas que la nueva administración despertó entre los operadores desde el comienzo, y será clave que así continúe en busca de contrarrestar la estanflación aún a transitar frente a un humor social que debe acompañar apostando a un mejor horizonte tras el sacrificio”, agregó.
Acerca de los datos económicos que están motivando el buen desempeño de los activos argentinos en el exterior, se encuentra que este martes el Indec difundió el intercambio comercial de febrero que marcó un superávit de USD 1.438 millones, lo que supuso un alza del 581% con respecto al resultado positivo de USD 211 millones en el mismo periodo de 2023.
Además, el superávit registrado en el segundo mes de este año casi duplicó el logrado en enero, que alcanzó los USD 797 millones.
Por otra parte, en febrero el Gobierno obtuvo un superávit financiero de $338.112 millones, mientras que el resultado primario fue positivo en $ 1.232.525 millones. Así, las cuentas fiscales acumulan dos meses consecutivos con superávit, hecho no visto desde agosto de 2019.
Desde LCG indicaron: “La base de la mejora del resultado fiscal responde enteramente al ajuste del gasto, que multiplica por más de 10 el ajuste que vienen reflejando los ingresos afectados por el contexto recesivo y por la eliminación del impuesto a las ganancias de la 4ta categoría (-38% vs -3% anual real, respectivamente)”.
“El foco del ajuste del gasto se concentró nuevamente en transferencias a las provincias y obra pública con recortes nominales del 40%, que implican bajas reales de 85% real respecto a un año atrás. El gasto en subsidios se redujo 43% anual real, y en prestaciones sociales promedió un ajuste del 30% (-38% anual real en el caso de jubilaciones y pensiones). El gasto operativo (principalmente salarios) cayó 17% anual real”, precisaron.
Hacia adelante, la consultora proyectó: “Siguen quedando dudas respecto al costo social de esta convergencia fiscal acelerada. Por el momento, la licuación sigue siendo más preponderante que la motosierra y la falta de enforcement para las reformas que el Gobierno intenta aplicar ponen dudas sobre la posibilidad de mantener el ajuste en el tiempo”.