A casi una semana de que su renuncia fuera oficializada en el Boletín Oficial, Guillermo Ferraro, el ex ministro de Infraestructura que duró poco más de dos meses en el cargo de Javier Milei realizó declaraciones sobre los motivos de su salida del Gobierno. “Perdió sentido tener esa cartera frente a una mayor gravedad de la crisis, la estrechez fiscal y sin poder financiar obra pública”, afirmó uno de los funcionarios que primero habían sido designados por La Libertad Avanza.
“Nosotros empezamos con una hipótesis de continuar las obras públicas que estaban en ejecución y continuar con el financiamiento internacional que ya estaban aprobado. En esas condiciones el Ministerio de Infraestructura tenía un sentido. Cuando se cae el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus el ministro de Economía [Luis Caputo] y el Presidente tomaron la decisión de recortar todos los fondos para obras y todo el financiamiento internacional, con lo cual estábamos conversando en ese momento que no tenía mucho sentido la cartera. También se habían caído dos anexos de la Ley de mi puño y letra: la modificación de la Ley de Concesiones que incorporaba también la metodología chilena de iniciativa privada y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones”, afirmó Ferraro en declaraciones a Radio Con Vos.
El pasado 25 de enero había trascendido que el Presidente había echado a Ferraro por una supuesta filtración a la prensa de información reservada de una reunión de Gabinete en la Casa Rosada en plena tensión con los gobernadores por el debate de la ley ómnibus en el Congreso. “Los voy a dejar sin un peso”, es la frase que se le atribuyó a Milei como una amenaza a los mandatarios provinciales.
“Ese día de la reunión de Gabinete no se trató de nada confidencial. Se habló de un enojo del Presidente que fue administrado con alguna mal intención por alguna parte del equipo más cercano que hizo trascender a la prensa esa situación. Al día siguiente el jefe de Gabinete [Nicolás Posse] vino a mi casa a pedirme disculpas pero ya el daño estaba ocasionado. La situación fue más grave que la que se estimaba: empezamos con una hipótesis de continuar las obras públicas que estaban en ejecución y continuar con el financiamiento internacional que ya estaba aprobado. En esas condiciones el Ministerio de Infraestructura tenía un sentido…”, detalló Ferraro.
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