El mercado aplaude las medidas del Gobierno, en particular el superávit financiero de enero, pero cuando aparecen conflictos como la huelga de los ferroviarios, comienzan a operar de manera defensiva.
La gestión de Mauricio Macri dejó experiencias en los inversores. Por eso las euforias son cortas. En los años de Macri, se hablaba de los “brotes verdes” que eran algo así como señales de inversiones del exterior que nunca llegaron.
Ahora se transita una etapa similar donde los inversores, con algo más de paciencia, esperan que pase el semestre para ver cómo será la política cambiaria y si las menores regulaciones se transformarán en mejor escenario para la inversión productiva. El dólar y los bonos, con sus altos y bajos, reflejaron ese sentimiento que no termina de afirmarse.
Los títulos de la deuda, en los días de euforia, tuvieron compradores que comenzaron a calcular cuánto iban a cobrar con el pago de los cupones y descartaban cualquier posibilidad de default, aunque las calificadoras de riesgo la estimaban en 60%. Cuando la paridad superó 45% y bajó la tasa de retorno, comenzaron a razonar con calma y desde el lunes se convirtieron en vendedores.
Los bonos estuvieron ofrecidos y tuvieron bajas de poco más de 1%. Los menos castigados fueron los que vencen en 2038 que lograron aumentar 0,12%. Junto al Global 2035, que ayer bajó 1,28%, son los llamados a sustituir el fervor que hay por los Bonares y Globales 2030 que perdieron hasta 2,11%. A la hora de vender no discriminaron legislaciones. Se deshicieron de los que tienen jurisdicción Nueva York y de los de ley local. El resultado fue una suba del riesgo país de 24 unidades (+1,4%) a 1.786 puntos básicos.
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La variable que contiene resurrecciones prolongadas es saber cuánto tiempo soportarán las empresas el ajuste. En su informe, Adcap Grupo Financiero advierte que “las cifras de pobreza y la caída en el índice de aprobación de Milei pueden no ser del todo preocupantes ahora, pero probablemente lo serán después de que el conflicto de precios se convierta en uno de cantidades. La recesión está empezando a afectar a la mayoría de los sectores y, en algún momento, el desempleo podría convertirse en el dato relevante a seguir en lugar de las cifras de inflación”.
Sin embargo, el conflicto gremial no fue obstáculo para que los dólares sigan retrocediendo, aunque esta vez no se dio la relación que tienen con los bonos de la deuda: cuando unos suben, los otros bajan. Esta vez bajaron bonos y los dólares.
Los dólares siguen alimentados de lo que liquidan los exportadores en el Mercado Libre de Cambios (MLC). Por eso el MEP perdió $7,8 (-0,7%) y cerró en $1.064,70. El contado con liquidación que recibe 20% de las liquidaciones del agro, bajó $15,85 (-1,4%) a $1.114,22. La oferta de divisas se detuvo cuando se llegó a esta zona. Los vendedores se resistieron a vender por debajo de esos precios que parecen marcar el piso. El dólar libre se mantuvo sin cambios en $1.115.
En la plaza mayorista, el Banco Central volvió a ser comprador por USD 118 millones. Según el informe de la consultora F2 de Andrés Reschini “el Banco Central acumula en lo que va del año un histórico saldo de USD 5.050 millones netos. Es cierto que el volumen cayó desde los USD 451 millones operados el lunes a USD 396 millones, pero aun así no deja de ser un buen número que alcanzó para abastecer a la demanda importadora y dejar un buen saldo comprador a la autoridad monetaria, bajo el alto grado de restricciones cambiarias que todavía rigen”.
Las reservas, tras las compras del Central, subieron USD 64 millones a 27.156 millones.
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Los bonos locales que ajustan por el CER tuvieron una rueda negativa. Habían subido demasiado y ahora los inversores esperan inflación descendente. También influyeron las expectativas por la próxima licitación de LECER, las letras del Tesoro que ajustan por costo de vida y tienen cupón cero.
Los bonos que están atados al dólar mayorista (dollar linked) tuvieron una rueda mixta. En los Duales, que ajustan por devaluación o inflación, cayeron todos menos el que vence en agosto que subió 2,38%.
Según Juan Martín Yanzón, jefe de mesa de ConoSur, “vimos bastante demanda en TV24 (+1,44%), llamativo porque no paró de ser ofrecido en conjunto a su primo TDA24 -el dual que vence en agosto– que venían de semanas de derrape. Hoy vimos la plaza bastante tomadora”.
El BOPREAL, el bono que se creó para pagar la deuda a los importadores, estuvo más ofrecido y su rendimiento se elevó a 20%. “El BOPREAL 25 es un bono para mirar: vence en este mandato. Muchos negocios se hicieron en este segmento”, acotó Yanzón.
La Bolsa se operó un volumen más elevado de $26.946 millones, pero las posturas siguen vendedoras. En el panel líder hubo apenas 4 leves alzas. El S&P Merval perdió 1,47%.
Los ADRs -certificados de tenencias de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron bajas generalizadas. La suba del petróleo en el mundo, en medio de tanto rojo en las pantallas, hizo que se destaque Ternium con un avance de 8,6%.
Los bonos soberanos son la incógnita de hoy al igual que los dólares. No pasó inadvertido que creció la demanda por los títulos atados al dólar. La política cambiaria es una incógnita que eleva la volatilidad del mercado.