Tras la caída de la actividad de 0,9% interanual en noviembre, los consultores estiman que la recesión se agudizó en diciembre y que en 2024 la contracción económica se profundizará aún más.
En perspectiva, la economía se contrajo 1,4% mensual (-0,9% interanual) en noviembre, lo que significó la mayor caída mensual desde abril. De esta manera, la actividad acumuló una baja de 1,3% en los primeros once meses de 2023.
A su vez, de acuerdo a Invecq, la recesión se agudizó en diciembre: los indicadores de alta frecuencia dan cuenta de una performance mucho peor en el último mes del año en relación a cómo venía desempeñándose cada sector hasta el momento.
Tal es el caso de las ventas minoristas, que cayeron 13,7% interanual cuando en el año cerraron 3,4% por debajo de 2022; o de la construcción, cuya actividad se contrajo 17,4% interanual en diciembre contra una caída del 7,9% en el acumulado anual.
También fue importante la diferencia en el consumo energético, que se redujo 9,7% interanual en diciembre pero creció 1,6% en todo 2023, así como la producción y el patentamiento de autos, que crecieron 13,8% y 10,2% el año pasado, pero cayeron 0,4% y 6,2% interanual en el último mes de 2023, respectivamente.
En conjunto, de acuerdo al Anticipo del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de Equilibra en diciembre el PBI cayó 5% interanual, con una caída desestacionalizada en torno al 3% frente a noviembre.
“EI EMAE sufrió el pleno impacto de la aceleración inflacionaria, cayendo casi 6% interanual en diciembre, mientras que el EMAE agropecuario (sólo Agro) siguió recuperándose trepando 7,1% interanual. De esta forma, el EMAE habría caído 1,6% en 2023, contracción que se profundiza a 2,6% tomando el PBI per cápita. Cabe destacar que, si no se hubiese desplomado la oferta agropecuaria (-20,5% por la extrema sequía), la actividad sólo se habría estancado en 2023″, detalló la consultora.
Qué se espera para 2024
Por otro lado, según el informe de Invecq en los próximos meses la economía se contraerá aún más, aunque habrá bastante heterogeneidad a nivel sectorial:
- Los sectores de peor desempeño serán aquellos cuya demanda depende principalmente del mercado interno (industria, consumo masivo, gastronomía, entre otros). Esto se debe a que, durante la corrección de precios relativos y la consecuente aceleración inflacionaria, los ingresos reales caerán fuerte; caída que se sumará al deterioro de los últimos años. En este sentido cabe destacar que, desde 2017, el ingreso de los asalariados privados (públicos) cayó 12% (20%) real, mientras que el de los informales y jubilados un notable 30% y 34%, respectivamente.
- La perspectiva para los sectores que dependen del mercado externo es mucho más favorable (agro, minería, servicios basados en el conocimiento, petróleo, gas), dada la importante devaluación (aunque habrá que monitorear el tipo de cambio real, que ya se apreció 24,4% desde el 14 de diciembre), la gradual normalización en el flujo de las importaciones, y precios de los commodities de exportación que se mantendrán elevados.
- En el caso puntual del agro, se espera que la cosecha de los principales cultivos (trigo, soja, maíz) aumente 85% en volumen, y 55% interanual en valor. Así, el sector crecería al menos 40% interanual, aportando una expansión de 3,4 puntos porcentuales al PBI.
“Con todo, la actividad caería 2% en promedio durante 2024. Tras un primer semestre contractivo, la economía repuntaría hacia la segunda mitad del año, en caso de que un eventual plan de estabilización tenga éxito; pero, si la situación empeora y la inflación se espiraliza, cabría esperar una recesión aún mayor, del orden del 4% anual”, proyectó Invecq.
Por su parte, Equilibra sostuvo: “Pese a que estimamos que el sector agropecuario treparía 35% en 2024 (aportando más de 2 puntos porcentuales. a la expansión del PBI), el EMAE sin Agro caería casi 7% (desplome similar al estimado en diciembre), aportando más de 6 puntos porcentuales a la contracción del PBI. En el agregado, prevemos una recesión de 4% para 2024″.
En tanto, desde LCG apuntaron: “Para 2024 esperamos otro año con retroceso de la actividad a partir del reacomodamiento de precios relativos (que podría llevar varias etapas a lo largo del año) que implicará un marcado deterioro de los ingresos reales. Además, con el foco del Gobierno puesto en la convergencia de las cuentas públicas el impulso fiscal será acotado”.
“La tracción podrá venir del lado de las exportaciones con la recuperación post sequía, pero difícilmente llegue a compensar todos estos efectos. En concreto esperamos una caída de la actividad en torno a 4% del PBI para este año, aunque con la actividad repuntando hacia el último trimestre del año en un escenario de un programa de estabilización exitoso”, agregaron.