Carlos Sainz es el claro ejemplo de que la edad es solo un número. Tiene 61 años y acaba de conquistar su cuarto Dakar con la escudería Audi. Un triunfo que suma a su legendaria trayectoria al haber conquistado ya tres de estos títulos en 2010, 2018 y 2020. En el inicio de la jornada, Sainz ya salía con los deberes casi hechos tras la jornada de ayer y el infortunio de Loeb (problemas mecánicos que lo dejaron sin posibilidades). Tarea que ha finalizado hoy.
Al inicio de la jornada del viernes, Sainz contaba con una cómoda ventaja sobre el galo de más de una hora y 25 minutos. Atravesando una última etapa significativamente más corta y menos complicada que las anteriores, con 175 kilómetros de recorrido y una navegación más accesible sin obstáculos de piedras, Sainz ponía rumbo hacia la victoria.
El español enfatizó la importancia de la cautela y la experiencia previo a la etapa final, indicando que “las carreras hay que acabarlas”, una sabiduría que le ha llevado a no adelantar los festejos y asegurar que cada competencia se debe tomar con seriedad hasta cruzar la línea de meta. Su prudencia y habilidad se tradujeron en éxito, culminando así un Dakar en el que su experiencia fue definitiva para alcanzar el triunfo. Un título que engrandece su leyenda.
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El Dakar no escapa al infortunio de Sainz
Cuando el madrileño se convirtió en un asiduo de las dunas, el mal fario no dejó de acompañarle. En 2009, parecía predestinado a ganar su primer Dakar, pero el sueño se fue al traste al caer por un barranco de unos cuatro metros cuando quedaban tres días para la conclusión. En 2011, perdió todas sus opciones al destrozar la suspensión delantera por caer en un socavón. En 2013, sufrió una avería seguida de una fuga de gasolina, que llevaron a que estuviese más de 40 minutos parado y a que le remolcasen hasta meta: acabó retirándose dos días después, al decir ‘basta’ su motor.
Aún hay más. En 2014, un accidente por el que dio dos vueltas de campana dejó su coche totalmente inservible y provocó que abandonase. En 2015, más de lo mismo: chocó contra una roca y acabó volcado, retirándose. En 2016, se le averió la carcasa del cambio de forma fatal y yendo líder. Con el liderato de por medio también en 2017, otro accidente duro en un terraplén motivó que no pudiese continuar: iban cuatro abandonos consecutivos.
Tras años de mayor tregua, en los que al menos pudo completar el Dakar (eso sí, perdió más de tres horas por una avería en 2019), un nuevo accidente le apartó del evento desértico en 2023. Justo un día después de haberse adjudicado una etapa y cuando las opciones de entorchado se habían disipado, volcó sin remedio. 12 meses más tarde, ningún percance, de mayor o menor entidad, ha podido con Carlos Sainz.