Por qué el River del 86 fue el mejor, su paso por San Lorenzo y una anécdota con Bielsa: los recuerdos de Rubens Navarro

Rubens Navarro
Hernán Fernando Sosa, Heber Bueno Almada y Rubens Enrique Navarro, los tres uruguayos de San Lorenzo en 1983

Cuatro décadas pasaron del inicio del ciclo de Héctor Rodolfo Veira como entrenador de River. Aquel plantel millonario tuvo figuras de la talla de Enzo Francescoli, Norberto Alonso, Nery Pumpido, Roque Alfaro, Américo Gallego y el Vasco Olarticoechea, entre otros. En dos años, entre 1984 y 1986, el Bambino dirigió 116 partidos, tuvo un 66,81% de efectividad y ganó el torneo local, la Copa Libertadores y la Intercontinental en Japón.

“El día que el River de Gallardo junte en su plantel a cinco jugadores que integren la selección argentina en un mismo equipo, que sean campeones del mundo en su selección como Pumpido, Héctor Enrique, Oscar Ruggeri, el Beto Alonso y el Tolo Gallego, y gane una copa del mundo, recién ahí ese River se va a igualar con el River de 1986″, recordó Rubens Enrique Navarro, quien también integró el elenco campeón de la triple corona conducido por Veira.

El uruguayo Navarro llegó a Núñez en 1986, procedente de Deportivo Cali, donde jugó la temporada anterior. Con la camiseta riverplatense disputó 21 partidos como puntero izquierdo, antes de pasar a Olimpo de Bahía Blanca en la temporada 87. Luego, se fue un año a Cruz Azul de México, y regresó al futbol argentino para jugar en Gimnasia y Esgrima de La Plata entre 1989 y 1990. Posteriormente, se retiró en Bella Vista, club que lo vio nacer futbolísticamente.

El oriundo de Canelones tuvo un paso anterior por el fútbol argentino, ya que integró el plantel de San Lorenzo de Almagro entre 1983 y 1985, previo a viajar a Colombia. El Ciclón es el club de sus amores, donde fue cobijado por el Bambino Veira que lo fue a buscar cuando daba sus primeros pasos en el fútbol uruguayo. En San Lorenzo usaba la camiseta número 11 y lo apodaban el Colorado. Fue parte del equipo que marcó un récord en el fútbol argentino. “Hicimos 78 goles en 36 fechas, un récord absoluto. Y nos ganó el campeonato el Independiente campeón del mundo, con un mediocampo integrado por Ricardo Giusti, Claudio Marangoni, el Bocha Bochini y Jorge Burruchaga, la meca del futbol”, recuerda Navarro.

Rubens Navarro
En un River-San Lorenzo de 1986, Navarro posa junto a su compatriota Luis Malvárez

Su paso por Boedo dejó buenos recuerdos. No sólo en los hinchas azulgranas, sino también en Marcelo Bielsa, quién en el último encuentro de ambos en Montevideo, lo recordó de la mejor manera: “Usted es el colorado que jugaba con la casaca 11. Hoy, con esa zurda, vivía de rentas”, le aseguró El Loco.

En una charla íntima con Infobae, el uruguayo Navarro se mostró de acuerdo con la llegada de las sociedades anónimas al fútbol de su país. Además, pidió un reconocimiento mayor a los campeones del mundo de River, criticó la actualidad de San Lorenzo, y respaldó a Bielsa como entrenador del seleccionado charrúa.

– ¿Qué es de su vida, Rubens?

– Tengo una empresa que se llama Futbolistas del Sur que representa jugadores. Es pequeña, pero tengo buenos chicos, y los cuido mucho. Ha venido mucha gente del exterior porque las sociedades anónimas uruguayas no tienen temas impositivos, y vienen a comprar equipos.

– ¿Existen Sociedades Anónimas en el fútbol uruguayo?

– Sí. El Bayer Múnich compró al Racing de Uruguay, el Grupo City al Torquet, el Estela Group compró al Deportivo Maldonado, el Burgos de España acaba de adquirir a Juventud de las Piedras. Así y todo, hay gente mexicana en el equipo De la Luz. Además, Gustavo Mascardi se metió en el Deportivo Colonia. Uruguay es una plaza apetecible por el tema de los costos, de funcionamiento y en relación con lo que puede llegar a costar internacionalmente el futbolista uruguayo. Entonces, las inversiones son muy buenas. Y a unos cuantos le ha ido bien.

– ¿Esas inversiones que vienen del exterior fortalecen al fútbol uruguayo?

– Sí, desde el punto de vista económico para que los jugadores cobren todos los meses. Después, el fortalecimiento no existe. Porque tenes un juvenil con 16, 17 años que las sociedades anónimas se lo llevan al exterior. De ahí es donde vienen los Valverde, Rodrigo Bentancur, Torres, Brian Rodríguez y Maxi Araujo. Entonces, entre tener un club con dos tablas en las puertas sin poder ingresar, prefiero las SAD.

– ¿Por qué?

– En el fútbol en lo único que no estoy de acuerdo es con el VAR, luego bienvenido sean las SAD, que son sociedades anónimas deportivas que tienen capital, acciones y se preocupan para que estas valgan. Un club no deja de competir en estas condiciones, porque compito yo, pagas vos, y los beneficios son tuyos. Está muy claro el negocio, porque recordemos que el fútbol hoy es un negocio. Los multimillonarios hicieron que el último mundial se juegue en tierras árabes. Además, de que la Copa del Mundo no sólo la levantan los protagonistas de la pelota, sino también los que ingresaron al campo de juego. Estados Unidos organizó una Copa de América impresentable, y a Uruguay nos tocó pagar caro por culpa de la seguridad.

– ¿Fue perjudicado Uruguay con las sanciones recibidas?

– Sí, claro. Suspendieron a Uruguay por los problemas con los hinchas, pero no suspendieron a Estados Unidos por no tener seguridad en los estadios. La plata cada vez manda más. Igualmente, más allá de que vienen a invertir a Uruguay, los uruguayos somos el grano en el culo de la FIFA. No nos quiere ninguno de la FIFA. Nos suspendieron a 15 jugadores para disputar las Eliminatorias Sudamericanas. Ahora, al Dibu Martínez que salió a pelearse con la policía en Brasil, no lo suspendieron. El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol se agarró a piñazos en la tribuna y el otro día en la final de la Copa América ingresó al campo de juego a entregar medallas.

– ¿No miden a todas las selecciones con la misma vara?

– No. Nosotros no somos un país simpático a nivel selecciones. Nos quieren más en Argentina, que los uruguayos entre nosotros. Si hay un país que estoy agradecido por todo es Argentina, donde jugué ocho años. Tengo un hijo fanático de River y de Diego Maradona. Lo que no me gusta es la diferencia en cuánto a las sanciones. Luis Suarez mordió a uno y no lo dejaron ingresar a las canchas durante 20 días, faltara que lo llevaran preso.

– ¿Por qué se la agarran con Uruguay?

– Porque somos los rompe todo. Pasó Peñarol a las semifinales de la Libertadores, pero no somos negocio para nadie. Apenas vendemos 10 mil camisetas. Cuando fuimos al último mundial, la única camiseta Puma era la nuestra, el resto de los finalistas eran Adidas. En el 2010, contra Holanda nos metieron para adentro, nos asesinaron. Éramos finalistas y nos dejaron afuera. El fútbol es cada día más comercial y corruptible. Las obscenidades que pagan los árabes para llevar jugadores en un mundo donde se mueren 10 mil niños de hambre por día, y pagarle un millón de dólares a un futbolista es obsceno para mí. Pero como soy de los viejos, un dinosaurio, y estamos en un mundo de fragilidad, en el cual dos jugadores saltan, se agarran la cabeza por sí les sale sangre, nomás. Vivimos otro mundo y hay que adaptarse. Hoy tengo un jugador en la selección uruguaya y compito con los grandes empresarios. Juega en Estudiantes de La Plata, Carlos Acuña. Competir con los grandes inversionistas significa que mi ojo sigue vigente y mi economía también.

Rubens Navarro
Por estos días, Navarro tiene una empresa que representa futbolistas

– ¿Cambió mucho el fútbol de su época a hoy?

– Sí. En mi época íbamos primeros o segundos en la Libertadores y no existía la Copa Sudamericana. Hoy me dicen “están por salir campeón los brasileros”. Le respondo “Y si, si ellos jueguen con 10 equipos estos torneos y Uruguay con dos”. Ha cambiado todo, hay mucha competencia. Los empresarios pagan dinero que no se pueden pagar. Yo les digo a los directivos de los clubes uruguayos que a un niño no se le puede dar vestimenta y zapatos de fútbol que valgan cinco mil dólares.

– ¿Por qué recomienda eso?

– Porque ese niño, sin tratar de completar su cerebro, que debería estar estudiando, elige por catálogo ropa que cualquier civil la paga mucho más barata. Entonces, un chico de 14 años piensa a esa edad que ya es crack, porque viste ropa Nike, sale a la calle y es diferente; y no ganó nada. Es un vulgar chico con condiciones que dentro de diez años recién vas a ser figura. No le podés dar a un chico de 16 años cinco mil dólares, que es mucho más de lo que gana su papá en 12 horas. Es indigno. Para mí, las cosas se ganan, y hay que romperse el lomo.

– ¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

– Estuve cuatro años en Deportivo Villanueva de Canelones. A los 14 años vine a Montevideo y empecé a jugar en el amateurismo. A los 15, fui a la sexta de Peñarol, pero a esa edad éramos niños queriendo jugar con los grandes, y de esta forma, creces o creces. Desde los cuatro años jugaba al baby fútbol. Desde mi época, el futbolista uruguayo tácticamente es el mejor porque a los cuatro o cinco años ya sabe si es defensa, volante o delantero. Si juega contra la raya, en el mediocampo o del lado izquierdo siendo derecho.

– ¿En el fútbol argentino pasa algo similar?

– En Argentina tienen el baby futbol devenido en el baby futbol de salón. Para mí, en el futbol argentino juegan a dos toques y le sobra uno. Jugué ocho años, y es el más lindo del mundo. Jugué en México, Colombia, en Europa, pero el mejor fútbol es el de Argentina en cuanto al entorno, la llegada, la salida, la semana de trabajo; es divino. Y me vanaglorio cuando van uruguayos y tienen la suerte de triunfar.

– Integró el River campeón de América y del Mundo en 1986 de la mano del Bambino Veira

– Sí, no viajé a Japón porque nos quedamos tres, pero estuve en el plantel y me considero campeón del mundo. Integré el plantel de River más completo de la historia del fútbol argentino. Me duele un poco cuando creen que la era de Marcelo Gallardo que es súper exitosa es más importante que la nuestra. Pero la gente entiende que es más importante ganarle a Boca en Madrid que ser campeón del mundo, no lo entiendo.

– ¿Considera que no son tan valorados?

– Me gustaría que los que fuimos campeones del mundo y los que nacieron en el club tengan su merecido reconocimiento en River. Antonio Alzamendi debería tener el trono que tenía Maradona. Es el autor del gol campeón del mundo. Debemos tener un lugar, porque somos los únicos. Ojalá que River salga diez veces más campeón del mundo, pero no va a salir. Entonces, me duele que 25 locos que éramos, no tengamos un lugar para ver un partido en el Monumental.

– ¿Cree que se valora menos la primera Copa Libertadores ganada por River que las siguientes?

– Partamos de la base que se tiene que valorar menos porque las nuevas generaciones no saben quiénes son Sergio Goycoechea, Nery Pumpido, Juan José Borrelli o Alzamendi. Tal vez, conozcan al Beto Alonso, porque lo ven en un cargo espectacular. Él y Enzo Francescoli son los magos del fútbol de River, desde la época de Adolfo Pedernera y Pando para acá. No digo que nos den un palco, pero sí un asiento largo donde entremos todos sentados y un código QR para ir a ver al equipo. Las nuevas generaciones ven el ciclo de Gallardo de hoy que es súper exitoso, pero el único campeón del mundo somos nosotros, los del 86. Sácatelo con peine fino. La única estrella que tiene River arriba en su escudo se la dimos los del 86. Logramos la más difícil de todas. Y lo que más me duele es que no haya un reconocimiento a los campeones del mundo.

Rubens Navarro
El ex delantero, que usaba la camiseta número 11, jugó en varios equipos del fútbol argentino

– ¿Cómo lo lograron?

– El día que el River de Gallardo junte en su plantel a cinco jugadores que integren la selección argentina en un mismo equipo, que sean campeones del mundo en su selección como Pumpido, Enrique, Ruggeri, Alonso y Gallego, y gane una copa del mundo, recién ahí ese River va a igualar al River de 1986. Ahora, si llega a tener seis jugadores, va a superarlo. Caso contrario, no lo superara. Con el agregado que, de los cuatro uruguayos del equipo de 1986, salvo yo, el resto eran mundialistas: Alzamendi, Marcelo Saralegui y el Tano Gutiérrez. Es decir, el Bambino tenía ocho mundialistas de once. ¿Cuándo River va a comparar o igualar esa marca?

– Hoy Gallardo tiene a Pezzella, Armani y Acuña…

– Tres, y le falta dos más, y salir campeón del mundo; un detalle no menor.

– ¿Cómo se dio su llegada a San Lorenzo?

– Fue en 1983, antes de llegar a River. El Bambino Veira viene a Uruguay a ver a Enzo Francescoli, a quien se lo habían recomendado. Pero aparece un día después, se equivocó de día y viene a ver un partido de Bella Vista. Tuvimos una noche espectacular con Hernán Sosa y Eber Bueno. Al final, Enzo costaba 350, y nosotros tres por 105. Así que el paquete era más barato y nos fuimos a San Lorenzo. Debuté el 4 de febrero de ese año en Mar del Plata contra Platense. El club de Boedo pasaba por una mala situación institucional, pero logramos que nos pagaran los premios los martes, que se cobraba medio lejos, y el equipo empezó a ganar, ganar y ganar. Por lo menos, llenábamos el chango del supermercado, y también llenábamos la cancha.

– ¿Cuál era?

– La de Vélez Sarsfield. Nos iba tan bien que, en lugar de hacerse socios de Vélez, se hacían socios de San Lorenzo, y por ese motivo, no nos alquilaron más el José Amalfitani. Luego, pasamos a la de Huracán, la cancha más fría de la historia. Y terminamos jugando en Atlanta, en Villa Crespo. A partir de ahí, vino la debacle y nos fuimos todos. Vino José Luis Chilavert, Lucho Malvárez y otros. Se desarmó el equipo. Alcanzamos a jugar varios encuentros en el Nacional. Costó mucho la reposición, y empezamos a irnos. Me fui a Deportivo Cali. Fue una etapa muy linda en San Lorenzo y su gente es inigualable. No tiene parangón. Luego, jugué en Gimnasia y en Olimpo de Bahía Blanca.

– ¿Cómo se hizo hincha de San Lorenzo?

– Dios me dio la oportunidad de niño de ser hincha de San Lorenzo cuando fui a las cruzadas infantiles en Boedo y me hice hincha de Los Matadores y Los Carasucias. Además, tuve la suerte de jugar en San Lorenzo y conocí al Bambino Veira, al Nano Arean, a Victorio Nicolás Cocco, a Carlos Butiche, el Mono Irusta, Toscano Rendo. Cuando llegué a San Lorenzo, veía a todos estos jugadores y estaba en Disneylandia. Le mando un saludo a la peña Cuervo Charrúa y a todos los hinchas de San Lorenzo.

– ¿Es otro el San Lorenzo de hoy al de su época?

– Hoy, San Lorenzo está pagando la ineficiencia de malas conducciones. Hay cosas que vivimos en nuestra época que hoy no las compartiríamos. Y no podemos pedir que San Lorenzo tenga una buena campaña cuando han pasado 54 profesionales, de los cuales dos jugadores (los hermanos Oscar y Ángel Romero) tuvieron cocineros y peluqueros particulares, y viajaban con sus dietistas.

– ¿Eso en su época en San Lorenzo no pasaba?

– No, eso no pasaba. Nosotros no lo toleraríamos. Apenas cobrábamos un sueldo y nos alcanzaba para llenar el changuito del supermercado, pero dejamos todo por San Lorenzo. Se fue perdiendo la mística, y los jugadores duran poco. El otro día leí críticas a Adam Bareiro porque se fue por plata a River. El fútbol es por plata. Otra cosa que no me gusta es cuando critican a Blas Giunta porque besó el escudo de Boca Juniors. Blas no se fue bien del club como tampoco me fui bien yo. Cuando quise volver a San Lorenzo, Fernando Miele no quiso. Pero mientras vestimos la casaca azulgrana, dejamos todo en la cancha. Qué le podes decir a Giunta que se fue a Boca si cada partido lo jugó al máximo. Es increíble que se acuerden del equipo del 83.

– ¿Qué balance hace de su paso por la selección uruguaya?

– Estoy conforme de haberme puesto la celeste, por lo menos un ratito. Yo estuve en la preselección del Sudamericano 77 y para el Mundial de Túnez. Después, en la previa del mundialito que jugué un par de partidos, y un mes antes fue convocado Julio Cesar Morante que venía de ser campeón en el Austria de Viena y me tuve que quedar afuera. Jugué con Lucho Malvárez, Rubén Paz, Hugo de León, Ernest Moreira, Venancio Ramos, jugadores extraordinarios.

– ¿Está de acuerdo con el proceso que lleva adelante Marcelo Bielsa en la selección de Uruguay?

– Tengo una anécdota con Bielsa, no me olvidó más. Fue una cosa increíble. Fui a ver un partido y estaba él. Tenemos un amigo en común que nos presentó: “Él es Rubens Navarro, jugó en San Lorenzo”. Y Marcelo me dijo: “Usted es el colorado que jugaba con la casaca 11. Hoy, con esa zurda, vivía de rentas”. Fue buenísimo. Me gusta su estilo como entrenador, porque un día convocó a cinco wines que es lo nuestro, con jugadores de raya. Ahí dije: “Uruguay va a atacar, no importa contra quién, y me encanta la propuesta Bielsa”. Después, que el periodismo esté despotricando porque Marcelo no le da bola a nadie, es parte del juego. Porque él no sabe quiénes son los periodistas y no está para eso, sino para saber quiénes son los jugadores. Arriesga mucho y tenemos uno de los mejores mediocampos con Valverde, Bentancur y Manuel Ugarte. Tenemos zagueros jóvenes, puntas por afuera, y el único que no tiene reemplazo es Darwin Núñez. Son las reglas de juego. Pierde a Luis Suarez y a Edinson Cavani, pero está trabajando muy bien Bielsa y estoy muy contento.