24 de abril de 2019, poco antes de las 20:30 horas. El Espanyol recibía en el estadio Cornellà-El Prat al Celta de Vigo, con motivo del partido correspondiente a la trigesimocuarta jornada de la Liga 2018/19. Los jugadores salían a saludar a los asistentes al encuentro, para, después, realizar el tradicional saludo antes de que el árbitro indique el comienzo del partido. En estos momentos, Hugo Mallo, era todavía capitán del conjunto vigués (actualmente viste la camiseta del Internacional Porto Alegre brasileño), por lo que iniciaba a saludar al equipo local. En el momento en el que llega a la altura de la periquita (mascota del Espanyol), que se encuentra en la última posición, se produjo un supuesto abuso sexual, según destapó el diario AS.
Los hechos que salieron a la luz el martes, iniciaron la andadura legal hace varios años. La víctima habría denunciado lo ocurrido al día siguiente. “Cuando Hugo Mallo llegó a la altura de las mascotas, al periquito le dio mano como se hace habitualmente, pero cuando llegó a la periquita (la víctima quiere mantener el anonimato), este introdujo las manos bajo el disfraz y le hizo tocamientos en los pechos”, recoge la denuncia del 25 de abril de 2019, a las 15:23, efectuada a los Mossos d’Esquadra. “Según la declarante, le cogió los pechos con las manos y comenzó a hacer movimientos”, se añade en la denuncia a la que ha tenido acceso el diario deportivo.
Según el Código Penal de ese momento, la acción sería calificada como abuso y no como agresión sexual. El juicio oral se celebrará el próximo 11 de julio de 2024 en el Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona. El excapitán del Celta se enfrentaría a una pena de 24 meses de multa, petición en la que coinciden la Fiscalía y los abogados defensores. En virtud del artículo 181.1 del Código Penal, Mallo se podría enfrentar entre uno y tres años de prisión o a entre 18 y 24 meses de sanción económica. “El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses”, recoge el artículo del Código Penal.
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Hugo Mallo, acusado de abuso sexual por la mascota del Espanyol.#DeportePlus pic.twitter.com/BC9FZVAUz6
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Inicio de la andadura legal
La denuncia se puso al día siguiente de lo ocurrido, en 2019. Primero, fue admitida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Cornellà de Llobregat (la víctima declaró el 27 de junio de 2019 y el jugador el 10 de julio). Tras esto, la defensa del acusado pidió la archivación del caso, dando por sentado que los hechos no habían ocurrido, pero la petición se desestimó.
Así, en mayo de 2021, la Sección Novena de la Audiencia Provincial de Barcelona entendió que la víctima ponía de manifiesto hechos que podían ser considerados de delito de abuso sexual. “Aunque parece que se produce de forma rápida, dura más que el resto de los saludos efectuados con anterioridad a la mascota, por lo que sí apreciamos que algo ocurre con la mascota y el jugador, ya que la mascota se mueve, le quita la mano al jugador y se coloca tras la mascota masculina; y podemos apreciar por la posición del jugador que ha podido incurrir en dichos tocamientos”, añade la jueza.