Entre los cinco grandes del fútbol argentino, San Lorenzo es al que peor le está yendo. Los números dicen mucho: 24° en la clasificación de la Liga Profesional entre 28 equipos y la misma posición en la tabla anual, que lo dejan en una posición incómoda en relación con en el descenso.
Pero en un contexto general del crisis, el Ciclón también pena por situaciones que resultan innecesarias, autogeneradas: todavía mastica la bronca por el insólito penal errado por Francisco Fydriszewski en la última jugada ante Godoy Cruz, durante el duelo de este último sábado en el Malvinas Argentinas de Mendoza. Pareció que el jugador sobró la situación y la picó desde los doce pasos; incluso, el impacto llevó tan poco impulso que le dio tiempo al arquero Franco Petroli -que ya estaba desparramado en el área chica-, a reincorporarse y atrapar la pelota con sus manos.
Cargado de frustración, el fastidio quedó patentado en las palabras del DT Leandro Romagnoli, tras el minipartido que se disputó ayer en tierra cuyana para completar el 1-1 del encuentro suspendido ante los mendocinos hace 140 días, debido a incidentes en las tribunas. “Jugué 20 años y está designado un jugador. Era y es Iker. Pero en la cancha decidieron ellos. Y uno no está en la cabeza de los jugadores y si sé que la va a picar le digo ‘no lo hagas’. Son decisiones”, analizó. Asimismo, el entrenador puso énfasis en el escenario general en el que se encuentra el club azulgrana: “Hay que entender la situación en la que estamos y el club en el que estamos. Hay que remarcar esto y la situación que nos jugamos. No hay análisis”.
Sintiéndose responsable principal, finalmente este domingo llegaron las disculpas de Fydriszewski.“Quiero pedir disculpas a los hinchas y a mis compañeros. Sé que la forma en la que ejecuté el penal fue imprudente y perjudiqué al equipo. Trabajaré el doble para revertir la situación”, escribió el delantero en una historia de Instagram.
La decisión del Polaco desde los doce pasos no solo generó bronca en el entrenador, sino también entre sus propios compañeros. En la vuelta de página, el próximo domingo San Lorenzo recibirá a Barracas Central y allí se verá el pulso de los hincas en el Nuevo Gasómetro. Sucede que, al falta de 11 fechas para la conclusión del certamen, el Ciclón quedó ocho puntos por arriba de Tigre, el equipo que está perdiendo la categoría por la tabla anual.
¡INCREÍBLE LO DE FYDRISZEWSKI! ¡EL JUGADOR DEL CICLÓN LA PINCHÓ EN LA ÚLTIMA DEL PARTIDO Y PETROLI SE LO ATAJÓ!
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— SportsCenter (@SC_ESPN) October 12, 2024
La jugada que desató la bronca
¿Cómo arrancó todo? El Perrito Barrios, uno de los ingresados (hubo cambios como si el partido durara 90 minutos), cayó en el área luego de un imperceptible toque de Santiago Martínez. Penal, según el enfoque de Jorge Baliño. El VAR, evidentemente, avaló la decisión. El moderno encargado es Iker Muniain, el vasco que quería disfrutar del folclore del fútbol argentino, pero el Ciclón acaba de comprar un número 9, Francisco Fydriszewski, el Polaco. Surgido en Newell’s, jugó en el ascenso, un fugaz paso por España, Chile, Ecuador. Pateaba y se acababa el partido. San Lorenzo hacía cuentas con entusiasmo: se trataba de salir del pozo.
Eran tres puntos que San Lorenzo, de capa caída en la tesorería y en las dos tablas, necesitaba como el agua. También, lidiando con algunos problemas internos que aparecen y se esfuman. Y vuelven a aparecer. El goleador pensó en ganarse a los hinchas con la clase de los que saben: cuando el apremio aprieta, tirar magia. ¿Por qué no? Pero fue una decisión demasiado arriesgada, ya que en el intento de picar el penal (como tantos otros a lo largo de la historia, aplaudidos, idolatrados), le pegó mal, forzado, sin fuerza y el arquero Petroli volvió sobre sus pies y capturó el balón.
Allí es cuando los jugadores de Godoy Cruz increparon a Fydriszewski y los futbolistas de San Lorenzo lo defendieron y lo miraron de reojo con actitud desafiante. Todo al mismo tiempo. Matías Reali, de anterior paso por Independiente Rivadavia, fue el más exaltado. Y el Polaco, que hace un puñado de semanas que se viste de azulgrana, quedó en el ojo de la tormenta. ¿Era necesario patearlo así? ¿Conoce verdaderamente el contexto de San Lorenzo? Con esas preguntas se fue el Ciclón de Mendoza.