Bajo la consigna que “se juega donde se vive”, las instituciones de la ciudad de El Alto, en Bolivia, trabajan para que el Estadio Municipal, donde habitualmente hace de local el Always Ready a 4.090 metros de altitud sobre el nivel del mar, reciba la aprobación internacional para que el equipo del altiplano no tenga que mudar su localía en la Copa Libertadores venidera.
Recientemente una comisión de la Conmebol visitó la zona para hacer la verificación del cumplimiento de los requisitos para los partidos internacionales, en el que es considerado el estadio “más alto del mundo”. “Sería algo histórico que se pueda jugar aquí”, expresó Eva Copa, la alcaldesa de El Alto, en declaraciones brindadas a la agencia internacional EFE.
El escenario, con un capacidad para 25.000 personas, está en al norte de La Paz, muy cerca de la cordillera de los Andes y durante los últimos cinco años se convirtió el fortín del Millonario, que regresó en 2019 a la División Profesional boliviana luego de 24 temporadas en categorías inferiores. En caso de que la entidad sudamericana apruebe las condiciones del escenario, el Always Ready jugará por “primera vez” en casa y ante su hinchada el próximo 20 de febrero ante el Sporting Cristal de Perú, por la segunda ronda de la Copa Libertadores que antecede a la fase de grupos.
“Estamos con mucha fe, con mucha ilusión y esperemos que (los delegados de la Conmebol) valoren todo el esfuerzo que está haciendo El Alto”, subrayó el presidente del club, Andrés Costa. El equipo alteño participó en tres ocasiones la competición internacional (2021, 2022 y 2023) y una vez en la Sudamericana (2020), pero siempre utilizó el Estadio Hernando Siles a 3.650 metros sobre el nivel del mar, en La Paz.
En los exteriores del recinto, decenas de obreros trabajan en las obras de infraestructura complementarias como el alcantarillado, colocado de losas en las calles y aceras, iluminación de vías y la habilitación de las áreas del parqueo. Pese a que el escenario se inauguró en 2017, se debió trabajar para que esté a plenitud, ya que inicialmente no tenía iluminación y el césped era artificial.
La alcaldesa explicó que se invirtieron 12 millones de bolivianos (1,7 millones de dólares) para la instalación de las luces para el campo, una pantalla gigante, el sistema de sonido, las mejoras en los vestuarios, los bancos de suplentes y el túnel de acceso a la cancha.
Por su parte, el titular de la institución indicó que hace un par de semanas el club se hizo cargo del cambio del césped sintético por uno natural, un requisito obligatorio para habilitar el campo de juego para un campeonato internacional. El máximo dirigente del Always Ready precisó que el césped es el que tenía el equipo en su centro de entrenamiento cerca del lago Titicaca y apto para las condiciones del ambiente en El Alto y aseguró que estará en “buenas condiciones” para el debut.
En tanto, la funcionaria explicó que “no era factible” que el Always Ready jugara sus partidos de local en las copas internacionales en Estadio Hernando Siles en La Paz, en lugar de El Alto. Las veces que así fue, los dirigentes del equipo no consiguieron captar la atención de la hinchada alteña para que se trasladará hasta la ciudad, en desplazamientos que requerían más de una hora de viaje, por lo que las tribunas no se llenaban. En este sentido, Costa dijo que el equipo “se hace muy fuerte” en El Alto por el apoyo de su gente desde las gradas que están muy cerca al campo debido a la dimensión de la cancha, que se asemeja en esto al mítico estadio brasileño Maracaná, a lo que se suma la altitud, bajo esas condiciones es “cuando el equipo local juega bien”.
El presidente prometió que si los futbolistas juegan en el estadio de ‘Villa Ingenio’, van a “mantener” los valores que coinciden con los ciudadanos alteños como la lucha y el no darse por vencido, además de mostrar una mística futbolística ofensiva. El estadio es considerado el “más alto del mundo” en el que se juega fútbol de primera división, únicamente superado por el Daniel Alcides Carrión (4.378 metros sobre el nivel del mar), en Perú, en el que caben 12.000 espectadores y en el que jugó el Unión Minas, entre 1986 y 2001, cuando estaba en la máxima categoría de ese país.