En línea con la frontal crítica que hizo el sábado a la política económica y social del gobierno de Javier Milei al inaugurar el microestadio “Presidente Néstor Carlos Kirchner” en Quilmes, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) sentó en un posteo en la red social X (antes Twitter) una posición claramente negativa respecto del proyecto de “Ley de Bases” que se tratará en la Cámara de Diputados de la Nación.
En particular, y en línea con la parte de su discurso quilmeño referida al sector energético, CFK criticó los aspectos del proyecto del Ejecutivo vinculados a la declaración de emergencia en materia de energía y a la rescisión o modificación de contratos celebrados antes del 10 de diciembre del año pasado. Esto es, antes del inicio de la actual gestión presidencial.
“Mañana se va a tratar en la Cámara de Diputados de la Nación la autodenominada ‘Ley de Bases’, cuyo Título III sobre ‘contratos y acuerdos transaccionales’ autoriza al Poder Ejecutivo, ‘por razones de emergencia’, a rescindir o modificar los contratos de obra pública que hayan sido celebrados con anterioridad al 10 de diciembre del 2023″, dice un pasaje del posteo de la dos veces presidente y una vez (hasta hace poco más de cuatro meses) vicepresidente.
CFK objeta la exclusión del régimen establecido en el proyecto oficial “de los contratos suscritos en virtud de los procesos de privatización autorizados por la ley N°23.696 y…(adivina qué también) … aquellos contratos que se hayan suscripto en el marco de regímenes de promoción de actividades, programas de estímulo a las inversiones o a la producción”.
Facultades
De este modo, argumenta, la norma a discutir en el Congreso “faculta al presidente a dejar sin efecto 2.308 obras públicas paralizadas en todo el país, de las cuales 119 son universidades nacionales, pero le prohíbe revisar los contratos dolarizados de generación de energía renovable, térmica e hídrica, causa principal del aumento astronómico en las tarifas eléctricas, como demostramos ayer en nuestra charla en Quilmes”.
Extrañamente, aunque en Quilmes criticó severamente el “anarco-capitalismo” que incluso rebautizó “anarco-colonialismo”, Cristina escribió en su posteo: “No es una buena decisión atarle las manos al presidente en una cuestión tan delicada y que impacta tan negativamente en todas las actividades de la vida cotidiana: industriales, comerciales, clubes de barrio, universidades, y sobre todo en los bolsillos exhaustos de los argentinos”.
Además de no ser una buena decisión, la expresidente argumenta que es » incoherente con la declaración de emergencia en materia de energía establecida en el artículo primero de la referida ley”. Y concluye preguntándose: “¿O la declaración de emergencia solo va a ser para justificar el tarifazo?”.
El sábado, Cristina había elogiado la masividad y transversalidad política y social de la marcha del martes pasado “en defensa de la Universidad Pública” e incluso usado el argumento de la calidad de la educación universitaria argentina al remarcar que 59% de los empleados de Mercado Libre, la empresa más grande de la Argentina, son graduados de universidades públicas y que también lo son 71% de los empleados de Globant, otra empresa “tecnológica” de la Argentina.
“No es una buena decisión atarle las manos al presidente en una cuestión tan delicada y que impacta tan negativamente en todas las actividades de la vida cotidiana”
Pero el tema al que más palabras y tiempo dedicó en Quilmes fue al energético, probablemente a sabiendas del impacto que tienen y tendrán en todas las clases sociales los fuertes aumentos de tarifas en los servicios de agua potable, energía eléctrica y provisión de gas, a nivel residencial, comercial e industrial.
Cristina vs Chirillo
Cristina cargó todos los problemas del sector energético al sistema de regulación y a la dolarización de tarifas instituidos en los 90s, durante la convertibilidad, y a las decisiones de los gobiernos de Mauricio Macri y Javier Milei.
Sin embargo, incurrió en groseros errores, como argumentar que la tarifa eléctrica es más cara en Neuquén, porque la energía va y viene entre esa provincia y el Área Metropolitana de Buenos Aires, encareciéndose inútilmente por el costo de transporte.
“No confunda a la gente”, la corrigió horas después el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, que le recordó que el precio mayorista de la energía es igual para todas las provincias del país y que las diferencias responden al “valor agregado” por las distribuidoras locales, bajo jurisdicción provincial.
Chirillo le recordó a CFK que durante los 90s el precio mayorista de la electricidad había bajado de 43 a 25 dólares el megawatt/hora (Mw/h) y que el gobierno que ella había integrado hasta diciembre pasado como vice de Alberto Fernández había concluído su gestión con un costo de generación a USD 85 Mw/h, casi el doble. “No podemos permitir -le recriminó el funcionario, cuyo posteo fue reproducido por el presidente Milei- que los responsables de dejar al sistema eléctrico desfinanciado, desinvertido y al borde del colapso hablen tan livianamente”.
Desde hoy, Diputados tratará, en una sesión que se anticipa maratónica y que podría extenderse hasta altas horas del martes e incluso el miércoles por la mañana, dos proyectos de ley que el Ejecutivo clave del programa de gobierno: la ley de Bases y el paquete fiscal, que tuvieron dictamen de comisiones y tendrían, a priori, respaldo parlamentario suficiente para conseguir la media sanción.