El juzgado nacional en lo Penal Económico N°2, a cargo del Pablo Yadarola, ordenó 27 medidas de allanamientos en todo el país que permitieron desarticular a una banda de narcotráfico que ingresaba drogas y estupefacientes ilegales al territorio nacional y las distribuía en múltiples provincias.
A través de una investigación conjunta con la Dirección Nacional de Aduanas-AFIP y la Policía Federal Argentina (PFA), el operativo dejó como resultado un total de 24 detenidos, 5 de los cuales ya se encontraban presos con antecedentes por narcotráfico. De manera similar a lo que ocurre con la crisis de Rosario, varios de los jerarcas dirigían la organización desde la cárcel.
El caso comenzó a fines del año pasado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. La punta del hilo se encontró tras el arribo de un vuelo desde Bélgica, cuando agentes especializados de la Aduana realizó un procedimiento habitual a una pareja de argentinos. Al hacerles las preguntas de rutina y notar nerviosismo en ambos, los inspectores revisaron el equipaje en forma exhaustiva y descubrieron 15 kg de MDMA de un valor estimado de USD 675.000 ocultos en dobles fondos de ambas valijas.
Tras el hallazgo, la Aduana dio aviso a la Justicia e intervino el juez Pablo Yadarola, que inmediatamente dispuso la realización de tareas investigativas.
Siguiendo instrucciones del Ministerio de Seguridad de la Nación, el Departamento Operaciones Federales -dependiente de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA- participó de la investigación y tomó información de los celulares de los detenidos en el aeropuerto. Al efectuar las escuchas telefónicas, se destapó una olla mucho mayor de lo que se había creído inicialmente.
Las tareas involucraron el trazado de una línea cronológica de los movimientos de los pasajeros previo a que abandonaran la República Argentina, incluyendo una triangulación de transferencias bancarias.
Ante esta pista, la principal hipótesis apuntó a la existencia de una organización narcocriminal con ramificaciones en nuestro país y se advirtió la oportunidad de poder asestarle un golpe determinante a la banda.
Tras cinco meses de investigación, el juez ordenó allanamientos en Santa Fe, Río Gallegos y Ciudad de Buenos Aires, que resultaron en las detenciones de 18 hombres y 6 mujeres. El procedimiento secuestró cocaína, marihuana, armas, más de 10 vehículos y dinero en efectivo.
Los allanamientos luego incluyeron a dos cárceles federales, desde donde se daban órdenes para la logística del contrabando internacional de estupefacientes y la venta local.
La investigación encontró que integrantes de alto rango de la banda ya estaban encarcelados y, desde diferentes unidades penitenciarias, daban órdenes para la logística del contrabando internacional de estupefacientes y la venta local.
Además, de los más de 60 celulares secuestrados en los allanamientos, nada menos que 42 fueron incautados en pabellones del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza y la Cárcel de Devoto.
En las últimas horas se dio a conocer otro procedimiento de magnitud. Joel Abel Zacarías, hijo del capo narco Delfín David Zacarías -condenado a 16 años por narcotráfico y 6 años por lavado de dinero-, fue detenido ayer en allanamientos que llevó a cabo la Delegación Inteligencia Criminal Zona Bajo Paraná de la Prefectura Naval.
Tras una investigación que impulsa la Fiscalía Federal 2 de Rosario con la colaboración de la Procunar, está sindicado como el presunto proveedor de droga de una organización que opera al menudeo desde marzo del año pasado en Granadero Baigorria, en la ciudad de Santa Fe y en las localidades vecinas de Suardi, San Guillermo y Villa Trinidad.
Del procedimiento, que incluyó allanamientos simultáneos, se detuvo a 11 personas. El mega operativo, que contó con más de 200 agentes, incluyendo Fuerzas Especiales, 50 móviles y canes, logró quebrar la logística vinculada al “Clan del Rey de la Cocaína”, según se anunció oficialmente.