A un mes de que comenzara el segundo juicio por el crimen de Candela Sol Rodríguez, la nena de 11 años que fue secuestrada y asesinada en agosto de 2011, el ex jefe narco Miguel Ángel “Mameluco” Villalba fue llamado a declarar ante los jueces luego de haber sido acusado de presuntamente haber instigado el secuestro de la menor de edad. “Hace 13 años que llevo esta mochila”, remarcó el imputado al negar haber tenido algún tipo de vinculación con el caso.
En una nueva audiencia realizada ante el Tribunal Oral Criminal N°6 de Morón, representado por los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Mariana Maldonado y Cristian Toto, el ex narcocriminal que operaba en el partido de San Martín pidió explicaciones sobre el motivo por el que fue señalado como el autor intelectual del crimen.
“No entiendo lo que están haciendo conmigo, buscando que yo tenga un vínculo con alguna de las personas que están acá: no lo tengo y no lo quisiera tener tampoco”, esclareció el acusado tras haber reconocido que sí había tenido problemas con Héctor Horacio “Topo” Moreira, otro de los imputados que serán juzgados en esta segunda instancia. No obstante, desmintió haber tenido contacto con el tercer acusado, el carpintero Néstor Ramón Altamirano, y el padre de la víctima, Alfredo Rodríguez.
De acuerdo a las declaraciones recopiladas por Primer Plano Online, Villalba fue insistente a la hora de pedir respuestas por parte de la Justicia al cuestionar: “¿Por qué estoy en esta causa?”. A pesar de que no obtuvo contestaciones, ni preguntas por parte de los jueces, la fiscalía y la defensa, el condenado a una pena de 27 años en prisión por narcotráfico sostuvo que la hipótesis de que su imputación fue formulada por el poder que tuvo en el área hace tiempo atrás.
“Hace 13 años que llevo esta mochila”, señaló Mameluco al hacer referencia a que su nombre fue sumado a la investigación desde sus inicios, cuando los investigadores plantearon la posibilidad de que el crimen hubiera sido producto de un ajuste de cuentas. Pese a su pasado, apuntó que es “un preso común, con una custodia terrible que no puedo moverme ni al baño solo”, y remarcó que “siempre me puse a disposición de la Justicia desde el primer día”.
A lo largo de su relato, el ex jefe narco argumentó que sería incapaz de instigar a un secuestro al recordar: “Lo hice público, estoy en contra del secuestro porque fui secuestrado dos veces”. De la misma manera que aseguró odiar a “cualquier persona que esté en ese delito”, el acusado empatizó con los familiares de Candela al manifestar: “Quiero que este hecho termine de una vez por todas, que entiendan mi dolor. Juro por la vida de mis hijos que me duele”.
Asimismo, lamentó que la madre de la menor, Carola Labrador, hubiera renunciado a la querella luego de denunciar que a lo largo del proceso los fiscales intentaron ensuciar a su familia con presuntas responsabilidades sobre los hechos. “Creo que le hubiera dado paz a ella y a la criatura. Todos los que somos padres tenemos derecho a sentir, querer y llorar por nuestros hijos”, afirmó.
Por otro lado, en la audiencia también fue llamado a declarar Marcelo Guanes, el comisario retirado de la Policía Federal e integrante de la comitiva que trabajó en el análisis del cruce de llamadas del caso, quien destacó un movimiento extraño que detectaron al haberse conectado 1.400 líneas telefónicas a un mismo teléfono. Si bien indicó que creían que podría haberse tratado de un error de sistema, el ingeniero Alejandro Vélez corroboró el dato durante su exposición virtual desde Colombia.
A pesar de que todavía no se dieron a conocer las fechas de las futuras audiencias, aún resta escuchar los relatos que ofrecerán el resto de los imputados en la causa: el ex policía Sergio Fabián Chazarreta, Héctor Horacio “Topo” Moreira -señalado como el presunto buchón de la Policía-, y el carpintero Néstor Ramón Altamirano. Hasta el momento, los tres fueron acusados de haber participado del delito de privación ilegal de la libertad coactiva seguida de la muerte de Candela.
Previo a este segundo juicio, en agosto de 2017 fueron condenados a prisión perpetua Hugo Bermúdez y Leonardo Jara por el mismo delito. En la misma instancia, Fabián Gómez fue sentenciado a cuatro años de cárcel por haberse comprobado su rol como partícipe secundario de la privación ilegal de la libertad de la menor de edad.