Una pareja de policías de la Ciudad fue hallada baleada este miércoles en el interior de su casa del partido bonaerense de Merlo. El hombre murió mientras que la mujer fue trasladada a un hospital, gravemente herida. Se sospecha que se trató de un intento de femicidio seguido de suicidio.
El caso se conoció en horas del mediodía de este lunes. Luego de una alerta al 911, efectivos de la subcomisaría del barrio Matera se dirigieron hasta la propiedad ubicada sobre la calle Terrero, donde convivían Julio Ezequiel Torres, de 36 años, y Eliana Y., quien cursa un embarazo.
Al ingresar, los agentes se toparon con una escena dantesca: Torres estaba tendido en el suelo, sin reacción y con su arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros, debajo de su cuerpo. Por otro lado, la mujer yacía inconsciente y tenía el rostro ensangrentado: había recibido un balazo en la frente.
Minutos después, personal médico constató el fallecimiento del hombre, a la vez que trasladó de urgencia a la mujer al Hospital Héroes de Malvinas. Posteriormente, la derivaron al Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires. Según informaron fuentes del caso a Infobae, la policía embarazada fue ingresada con vida y alojada en el área de cuidados intensivos. Su estado es reservado.
De acuerdo a lo que pudo saber este medio, un familiar de los policías relató que Torres se había quitado la vida después de haberle disparado a su novia. Los primeros testimonios del entorno familiar recabados en el expediente indican que “ambos tenían problemas de pareja y discutían con frecuencia”.
En la causa interviene la Unidad Funcional de Instrucción N°5 del departamento judicial de Morón, a cargo del fiscal Claudio Oviedo.
Torres era numerario de la comisaría de la Comuna 1A de la fuerza porteña. La mujer, por su parte, se desempeña en el área de Investigaciones Comunales 3, aunque por estos días se encontraba de licencia médica debido a su embarazo.
Violencia sin fin
El hecho de violencia de género ocurrió tres días después de otro escalofriante caso en Merlo. El domingo pasado, Matías Alejandro Guiñazú (43) asesinó a puñaladas a su pareja, Soledad Ibáñez (42), e intentó suicidarse.
Aquel crimen se descubrió luego de que vecinos llamaran al 911 tras escuchar una fuerte discusión, gritos y pedidos de auxilio provenientes desde el interior de una casa ubicada sobre José Martí al 500. Una vez allí, los policías que acudieron a la emergencia observaron por una ventana a la víctima y al femicida envueltos en sangre dentro de una habitación.
Guiñazú tenía un cuchillo y amenazaba con quitarse la vida. Los oficiales trataron de disuadirlo. “¡Largá el cuchillo! ¡Dale!”, le pidieron varias veces, ante lo cual el autor del crimen les repetía: “Matame, es lo que yo quiero (…) Mátenme. Un tiro en la cabeza, por favor. Con un buen tiro en la cabeza”.
Finalmente, tras ser reducido, Guiñazú fue trasladado al Hospital Héroes de Malvinas, donde quedó internado a causa de varias heridas de arma blanca que se autoprodujo. La víctima, en tanto, ya había fallecido: presentaba al menos 25 puñaladas en su cuerpo.
“No fuiste lo suficientemente hombre para aceptar lo que ella te dijo que no. Le sacaste la vida a ella, que no se merecía ese final. Te voy a extrañar siempre, Sol. Siempre te voy a llevar en mi corazón”, escribió por su parte un allegado de la víctima.