Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) se encuentra en el Ecuador desde este martes para entablar conversaciones con las autoridades sobre los desafíos económicos que enfrenta el país, según informó el Ministerio de Finanzas. El propósito de esta reunión es respaldar los esfuerzos del gobierno para abordar sus dificultades económicas.
El equipo del FMI que participa en esta misión está conformado por personal técnico del organismo internacional. Aunque el comunicado emitido por el Ministerio de Finanzas no especifica si estas reuniones marcan el inicio de las negociaciones para un nuevo programa de préstamos con el FMI, la directora de comunicación del FMI, Julie Kozack, confirmó en marzo que el gobierno liderado por Daniel Noboa ha solicitado formalmente dar inicio a las negociaciones para obtener un nuevo préstamo del organismo.
Según declaraciones realizadas, el mes pasado, por Rodrigo Valdés, director para el hemisferio occidental del FMI, se esperaba que las negociaciones “den inicio en los próximos días”. La posibilidad de un nuevo programa crediticio por parte del FMI ha contribuido a reducir el riesgo país de Ecuador, un indicador que evalúa las probabilidades de un país caer en incumplimiento con su deuda externa.
El gobierno de Ecuador, liderado por Daniel Noboa, ha comunicado su intención de iniciar negociaciones para un nuevo acuerdo de financiamiento con el FMI con el fin de acceder a créditos por al menos USD 3.000 millones. Se prevé que este acuerdo se concrete en los próximos dos o tres meses y busca abordar los problemas estructurales que afectan la economía ecuatoriana.
En la actualidad, se están llevando a cabo conversaciones para establecer un programa de crédito del tipo Servicio Ampliado (SAF) con el FMI. Este programa está dirigido a naciones que enfrentan desafíos significativos en su balanza de pagos a mediano plazo debido a deficiencias estructurales. Dentro de las posibles acciones contempladas en este acuerdo se incluyen la disminución de subsidios, el control del gasto público y la postergación de proyectos no esenciales en infraestructura, entre otras medidas.
En el pasado Ecuador ha suscrito 22 acuerdos con el FMI, sin embargo, la mayoría no se han cumplido en su totalidad. Hay problemas estructurales que persisten en la economía ecuatoriana y este nuevo acuerdo, según el gobierno, busca abordarlos a través de reformas económicas y fiscales sustanciales. El Gobierno tiene la expectativa de que este reciente acuerdo contribuya a estabilizar la economía ecuatoriana y a establecer los cimientos para un crecimiento sostenible a largo plazo. Los recursos obtenidos mediante este nuevo acuerdo podrían ser utilizados parcialmente para pagar vencimientos pendientes de deudas anteriores con el FMI, lo que implicaría un cambio de deuda vieja por nueva.
El acuerdo que está en negociación con el FMI enfrenta varios desafíos. Uno de los principales obstáculos es el aumento en las tasas de interés establecido por la Reserva Federal de Estados Unidos en 2023, lo que ha generado un incremento en los costos de financiamiento a nivel global. Para Ecuador, esto implica que las tasas de interés que deberá abonar al FMI en el marco del nuevo acuerdo serán superiores en comparación con el convenio previo firmado en 2020.
En el acuerdo anterior con el FMI, la tasa de interés de los Derechos Especiales de Giro (DEG), utilizada como referencia para calcular los intereses sobre préstamos del FMI, era del 0,5%, mientras que ahora se sitúa en un 4%. Esta subida en las tasas incrementará los costos financieros para Ecuador, que están en el segundo lugar regional en cuanto a deuda con el FMI, después de Argentina.
Además, desde marzo del año 2023, el FMI ha establecido nuevos límites para los montos máximos a los cuales pueden acceder los países mediante programas SAF. Ecuador ya había accedido a una suma excepcional en el acuerdo anterior, lo cual podría restringir su acceso a nuevos fondos en esta ocasión.
La implementación de estas acciones estaría sujeta a que Ecuador presente una carta oficial al FMI comprometiéndose a seguir las políticas económicas y financieras acordadas. A pesar del descenso en el riesgo país, Ecuador continúa teniendo el cuarto riesgo país más elevado en América Latina.
