En 2017, un grupo de vecinos quiso poner manos a la obra para recuperar las vías del tren de la línea Urquiza que había dejado de pasar por entre las estaciones de Rubén Darío a Zárate y de Fátima a Santa Coloma. Hicieron un hueco en sus vidas laborales para darse el tiempo de darle rienda suelta a la pasión que los une: el tren.
La red de este ferrocarril se extiende por las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y llegó a tener un pequeño tramo en la provincia de Santa Fe. Pero, desde 2011 algunas localidades dejaron de recibirlo y para evitar el deterioro y robo de los elementos que componen las vías, un grupo de vecinos optó por conservar el patrimonio ferroviario e histórico de las viejas estaciones del ramal y fundaron la asociación sin fines de lucro “Amigos del Ferrocarril Urquiza”.
Entre los trabajos que desempeña la asociación, desde Rubén Darío, pasando por Pilar, hasta Zarate, destacan las tareas generales de patrullaje, pisada, despeje y desmalezado con motosierra y otras herramientas en muchos sectores de la traza donde crecen pastos altos y se ocupan de mantener a salvo los sectores que cuando llueve se ven afectados por el agua.
“Nadie nos obliga a hacerlo, es por amor al tren”, cuenta Ariel Rogel, kinesiólogo, osteópata y fisiatra de profesión, y apasionado del ferrocarril que desde 2020 integra la cuadrilla “Los amigos de la Santyriel del Urquiza” de la asociación. “Personalmente, creo que el tren de pasajeros ya no volverá. ¡Ojalá me equivoque! Sé que había un proyecto para el regreso del tren de carga, pero lo veo difícil”, considera.
Hasta 2011, el servicio de transporte de pasajeros recorría desde Estación Federico Lacroze hacia la Estación Posadas en la provincia de Misiones.
Por amor al tren
Según cuenta Ariel, la gran preocupación que tiene el grupo es el hurto de durmientes de las vías y, como pueden, se las ingenian para reponerlo o reemplazar por palos de palmeras a las maderas que luego encuentran en venta o que son usadas para construir muebles.
Con esos objetivos de cuidado nació la asociación y poco después el grupo que integra. “La idea de crear esta cuadrilla surge de Santiago Serrano. Más tarde, se sumaron dos hermanos Gastón y Lucas Alcover, que son mecánicos y yo llegué en 2020. Por ahora, somos cuatro miembros que dedicamos tiempo a hobby, por pasión al ferrocarril. Lo que intentamos es luchar para que no se pierda lo poco que queda en manos del vandalismo. Hay sectores del terreno tomados y el ferrocarril cada vez tiene menos trazas”, dice.
Las tareas de cuidado las realizan cada vez que pueden porque “es muy costoso salir, ya que una zorra tiene un valor importante, el mantenimiento de los materiales rodantes es bastante caro porque cuentan con muchos materiales de acero y cosas que nosotros no podemos conseguir y el Estado tampoco nos ayuda mucho. Muy pocas veces nos dieron algunas cosas, pero el 90% de los gastos salen de nuestro bolsillo. A eso se suma los gastos para el combustible, las herramientas de todo tipo y es un desafío cada vez que salimos, porque una de las tareas que realizamos es tratar de mantener despejada las vías, sobre todo en el verano, cuando más crece la maleza de los árboles”, detalla. Una vez cortada la maleza, limpian en profundidad, eso incluye sacar la basura “que muchas veces tira la gente”.
Hace un tiempo, el inicio del recorrido lo iniciaban en la ex estación de Pilar donde “actualmente vive una familia”, cuenta. “Es una estación importante, grande, con muchos galpones. Cada tanto va otra cuadrilla que se ocupa de custodiar esta zona”. Actualmente, salen a hacer la limpieza desde la Estación Fátima.
“Esa es la única estación que hoy está conservada, la tiene el municipio. Es muy linda, tiene una plataforma giratoria que se usaba para dar vuelta la locomotora. En esa zona que se llama de empalme -porque un poco más adelante está el desvío hacia Rojas-, estaba La Federica, que dejó de funcionar el año 93. Esa locomotora iba hacia la zona de Rojas, Andrés de Giles y terminaba en Cuatro de Febrero. En esa zona está la zorra La Federica, que está integrada por otra cuadrilla que se encarga de mantener desde Fátima hasta Rojas”, explica y lamenta que “pudieron avanzar poco ya que desde ahí hasta la Ruta 6 faltan, al menos, 800 metros de rieles. En la estaciones Pavón y Escalada viven familias; y a la de Zárate no podemos llegar porque pasando la ruta 9, del lado norte, ya no quedan rieles ni durmientes”.
Ariel cuenta que su cuadrilla tiene la zorra más grande y eso hace que sean los que más salgan a realizar las tareas de mantenimiento.
“Hasta el momento somos cuatro los miembros del grupo, los hermanos que son mecánicos aportan un montón al equipo. Obviamente se puede sumar quien quiera. Sólo deben contactarnos por Instagram diciendo que quieren sumarse y será bienvenido, no es un grupo cerrado”, invita a que les escriban al Instagram @los_amigos_de_la_santyriel.
Tras la invitación, confía: “Cuesta mucho todo lo que hacemos. Por ejemplo, el pasado viernes no pudimos llegar a Zárate porque el verano es muy difícil, además contamos detrás de la zorra con una plataforma que corta la maleza en un largo de 50 km de ida, y 50 km de vuelta, no se hace en un día. Está bien que, repito, todo esto es por amor al ferrocarril y que nos obliga nadie. A eso sumale que a veces nos lastimábamos o golpeamos, por ejemplo, y los gastos que tenemos no nos los paga nadie, pero es una pasión que tenemos con mis amigos y siempre disfrutamos mucho cada salida. También, hacemos alguna comida en la que era una vieja usina, un lugar que recuperamos, y que se ubica cerca del Paraje la Lata, esa es nuestra parada obligada. Al lugar lo bautizamos ‘Banderita’”.
Al final, pide. “Si alguien nos quiere ayudar puede ser con ropa, herramientas, materiales, cosas que tengan; si quieren dinero, obviamente. Pero sobre todo, manos. Cuando hay que reponer algo necesitamos ayuda porque en caso de tener que reponerlos, los rieles son muy pesados y es muy difícil. Imagínate que 1 metro de riel de ese tipo pesa cerca de 60 kilos y las tiras tienen 6 metros. Son casi 300 kilos en una tira y no es fácil levantar un tres o cuatro personas”.
Los días de salida de este grupo son los viernes. “Un grupo sale los sábados, otros los martes, nos vamos cruzando. Por ahora somos tres cuadrillas: la nuestra, La Urquicera y la Federica. Nuestro tramo es desde la estación Fátima hacia la colectora de la ruta 9; ahí damos la vuelta (cuando se puede llegar): serán unos 100 kilómetros y de vuelta. ¡Es una locura lo que hacemos, pero nos gusta”, finaliza.