“La boleta anterior de patente fue de 80.000 pesos, ayer descargué la nueva y es de $228.000. Eso hay que multiplicarlo por cinco, que es la cantidad de cuotas anuales de patente que se paga en la provincia de Buenos Aires. Es un aumento del 285%. No tengo un auto suntuoso, sino un Toyota Corolla Cross 2023, un auto clase media. Aunque pagar este monto de patente es para millonarios”. La frase corresponde a un pequeño empresario, que tiene una PyME en la zona Oeste del Gran Buenos Aires, en la que da empleo a una docena de trabajadores, pero representa una situación que afecta a todos los propietarios de automóviles en su misma condición.
Es la consecuencia de la nueva Ley Impositiva sancionada por el gobierno de Axel Kicillof a fines de diciembre, y que no sólo afecta a los automotores, sino también al impuesto inmobiliario, al menos en impacto directo a los contribuyentes.
La nueva escala del impuesto automotor, establece que un tope de 140% de aumento para los vehículo automotores valuados hasta $6.510.000. Esto representa un 29% del total del parque automotor bonaerense que paga patente, y que consta de casi 534.000 unidades circulantes. Sin embargo, para la mayor proporción del parque automotor de la provincia de Buenos Aires, que es el que tiene una valuación que va desde los $6.510.001 hasta los $18.000.000, y que alcanza al 61% del parque de automóviles, la suba tiene un tope del 200%.
Finalmente, para los que superan ese valor, se determinó que ese límite de aumentos quede liberado completamente. Si bien el porcentaje es el menor respecto al total de vehículos patentados en la jurisdicción provincial, el 10%, el valor de $18.000.000 alcanza vehículos de alcance masivo, ya que los autos 0km más accesibles del mercado argentino hoy alcanzan o superan ese monto. Aunque todavía falta que se publiquen las listas de precios de marzo de todas las marcas, prácticamente no hay ningún modelo por debajo de los 20 millones de pesos.
Sin embargo, esa cuenta no arroja el mismo resultado para el contribuyente, porque hasta el año pasado existía la bonificación del 20% para aquellos que se estuvieran adheridos al pago con boleta digital y pagaran en término. Eso ya no corre, por lo tanto, el incremento para quienes “hicieron bien los deberes” en 2023, es superior entre un 75 y un 90%. Se calcula que el aumento promedio para el 61% de los contribuyentes que pagan patente está en el orden del 288%.
Pero el problema no es sólo para los bonaerenses particulares, también afecta seriamente a las pequeñas empresas que viven de la compra y venta de automóviles. Las agencias que sólo trabajan con autos usados, no suelen sufrir ese impacto porque los autos que venden suelen estar en consignación, por lo tanto el que paga es el dueño de ese vehículo. Las concesionarias oficiales tampoco lo sufren demasiado, porque aunque toman usados como parte de pago, muchas operaciones se hacen con financiación, pero además, el precio con el que se compran los usados a los clientes es considerablemente más bajo que el valor de mercado.
“Intentamos que la rotación de autos usados no supere los 30 días, entonces como mucho podés quedarte enganchado con una patente. A nosotros no nos afecta tanto”, dijo el gerente de un concesionario oficial a Infobae. Cuando los modelos son de alto valor de reventa, salen rápido y se los puede tomar a buen precio, pero cuando el usado que intentan poner como parte de pago de un auto nuevo, es un modelo de menor “salida”, la única opción es tomarlo muy bajo de modo de no perder con el usado.
Como dato vale la estadística de Kavak, una de las principales operadoras del mercado de autos usados, que tiene una rotación promedio de 30 a 40 días para los autos que compran a particulares, y una rotación de hasta 40 días para los que están en consignación.
Sin embargo el problema más importante lo tienen las agencias que están en el medio de los dos extremos. “Para una agencia de autos que vende usados y 0 km multimarcas, esto es terrible. Las ventas de los autos nuevos están reactivándose lentamente, pero la de usados nada. Y la mayoría de las operaciones de autos nuevos se hacen contra entrega de los usados. Así que entre los autos que nos traen para llevarse uno nuevo y los usados que ya teníamos, tenemos un capital parado, sin rotación, que con los nuevos valores de patentes, representa pura pérdida”, se quejó un empresario del sector de compra y venta, alarmado por los valores de patentes que empezó a distribuir ARBA (Agencia de Recaudación Buenos Aires) en los últimos días. “Si un auto está en la concesionaria más de dos meses, el pago de patentes nos quita el 50% de la ganancia”, explicó.
“Es una situación crítica, porque como se venden menos autos usados de lo habitual, las operaciones se hacen con un precio de compra de un usado considerablemente por debajo del valor de mercado, y eso perjudica al cliente y a la agencia, porque muchos no aceptan ese precio que le ofrecemos por su usado e intentan venderlo como particulares. Ahí se posterga una operación, que muchas veces se cae directamente. Pero no hay otra opción porque tener parado un auto mucho tiempo implica muchos costos asociados como el de la patente, que ahora son extremadamente altos. Los márgenes de ganancia se vienen achicando hace cuatro años, pero con un impuestazo así, se reducen a lo mínimo, y el sueldo a los empleados de la empresa se los tenemos que actualizar de todos modos. Nos termina afectando a todos”, concluyó.