Guillermo Pendino, directivo de Telefe: “Son momentos desafiantes, pero la tele está más viva que nunca”

“¿Cuántos años de productor?”. Guillermo Pendino repite la pregunta y se toma un tiempo para pensar. Y para sentir. Entonces responde: “Prácticamente toda la vida. Profesionalmente, trabajo desde mis 16 años. Tengo 54; o sea que serían… 38. Pero empezó mucho antes”.

—¿Por qué?

—Por el amor a la tele. Desde muy chiquito.

Guillermo era un niño, y ya sabía lo que amaba y lo que quería. Aun cuando no comprendía del todo de qué se trataba, ni entendía cómo hacerlo.

Tenía 10 años cuando muy cerca de su casa de Villa Urquiza se sorprendió al ver un camión de exteriores de Canal 9. Con la intrepidez propia de su edad, averiguó qué hacía allí: Julieta Magaña grababa una sección de su programa infantil.

De a poquito, se fue metiendo. Encontró que ese mundo mágico de luces y cables, de bullicio en los cortes y de silencio en el aire, de técnicos y figuras televisivas, lo fascinaba. Y siguió consultando. “Agarré a un asistente de cámara y le pregunté: ‘¿Cómo hacés para que la gente se acerque a vos?’. ¡Claro! Era el zoom. Y me lo explicó. Después el director me habló sobre cómo funcionaba el switcher (panel que permite seleccionar las cámaras). Y empecé a convertirme un poco en la mascota de todos”.

El tiempo transcurrió. Ya adolescente, Pendino ingresó a ATC como “aprendiz”, sin cobrar un solo peso (o austral, por aquella época). En el 87 entró al viejo Canal 11 como asistente de producción, ya a cambio de un sueldo. “Tenía 17 años y quería aprender todo el tiempo. Me gustaba mirar, ver en qué podía ayudar. Escribía a máquina las rutinas, porque no había computadoras. Y estaba atento a la oportunidad: no me molestaba quedarme horas esperando que alguien me pidiera comprarle un café”, recuerda.

Hoy, casi cuatro décadas después, Guillermo Pendino es uno de los directivos de mayor peso en la industria, como VP (Vice President) de Contenidos y Programación de Telefe y de Chilevisión.

Por estos días, celebra los 80 meses de liderazgo consecutivo en el rating y el Martín Fierro de Oro a Telefe Noticias. Los regresos a la pantalla de Susana Giménez y Cris Morena con su Margarita. También el éxito de las transmisiones de fútbol, con los partidos de la Selección y de la Libertadores. A la par, se entusiasma con el regreso de la ficción a Telefe y acerca su mirada sobre la realidad de la industria.

De todo eso, y de mucho más, hablará con Infobae.

—¿Cuál es el programa en el que soñaste trabajar y sucedió?

—Más que un programa, un canal. En los 90 Telefe ya era un boom y tuve la varita mágica de un día ser llamado por Gustavo Yankelevich y Cris Morena: necesitaban incorporar un productor a Jugate Conmigo. Telefe es una identidad, es la casa de los contenidos. Y es la marca que consiguió entrar a la casa de las familias. En ese momento yo tenía 22 años, era prácticamente un participante del staff de Jugate.

Guillermo Pendino
Guillermo Pendino junto a Cris Morena

—¿Es verdad que Cris casi se te ahoga?

—Es verdad que casi… Sí, fue mi primera gran idea como productor. En Jugate participaban colegios, y uno ganaba un viaje alrededor del mundo. Era un premio espectacular, nunca visto. Los chicos elegían adónde ir, y me acuerdo que dijeron la Polinesia. En las reuniones de producción que hacíamos con Cris, ella nos incentivaba a buscar ideas novedosas. Bueno, teníamos que festejar ese premio, y que no fuera la típica fiesta de los papelitos. Yo había visto en una revista que en Ibiza se había hecho la fiesta de la espuma y pensé que era una buena idea. Contratamos a la empresa de la espuma. Yo estaba en el control, y por las cámaras se veía bárbaro: “¡Más espuma, más espuma!”, les decía. Hasta que en un momento veo que Cris sale entre toda la espuma, con todos los pelos pegados. Casi se ahoga. Estuvimos sacando espuma hasta las 3 de la mañana…

—¿Se quedó contenta cuando vio lo bien que daba en cámara, o te insultó durante unos días?

—Estoy acá. Pasé la prueba de fuego.

—Después vino Chiquititas. Y luego Verano del 98: ¿es verdad que era tu perra la que aparecía en la tira?

—Era mi perra: Haití, una golden. Jose (Marcela Kloosterboer) tenía que tener un perro. Y como era toda una historia de río y verano, debíamos buscar uno que se adaptara al calor y al agua. “Cris, no contratemos perros. Tengamos nuestro propio perro”, le dije. “Bueno, si vos te lo quedás, yo te lo regalo”, me respondió. Lo fui a elegir, pero no sabía cómo hacer. Había nueve cachorros que estaban corriendo y entonces me senté en el piso. La primera que vino fue Haití, que me dio besos. Y se quedó conmigo: Cris me la regaló. Todos los días nos íbamos a trabajar con Haití, juntos, y después volvíamos a casa.

—Quiero que hablemos un poco de la industria. ¿Cómo la estás viendo?

—La veo bien. Estamos en momentos desafiantes pero de mucho trabajo, y donde la tele está más viva que nunca. El futuro pasa por apostar a los contenidos que sean 360. Tenemos que empezar a mirar para los costados.

—¿Le sumó al canal ampliar todo lo que tiene que ver con el streaming?

—Por supuesto. Ese es el crecimiento hacia donde vamos. Hoy, el 38% del público de Telefe son menores de 34 años. Es mucho: esa composición de gente joven en la tele abierta no sucede en muchos países del mundo.

—Y ese porcentaje de gente joven, tracciona: debe ayudar con las marcas.

—Sí, tracciona. Pero lo que también tracciona son los buenos contenidos, que se piensan en función de todo un ecosistema de las plataformas. Nosotros analizamos los contenidos, los ponemos en el centro, y vemos cómo podemos alimentar nuestro ecosistema de pantallas.

Guillermo Pendino
Guillermo Pendino es uno de los directivos de mayor peso en la industria

—¿Cómo convenciste a Susana de volver a la tele semanal? Pero primero quiero saber cómo la convenciste de tener un stream paralelo, con Nacho Elizalde: gran hallazgo.

—Es fabuloso. Susana es una artista. Pero yo no la convencí: la convencimos todos. Trabajamos muy muy fuertemente con Darío Turovelzky y Fede Levrino.

—El triunvirato.

—Exactamente. Y Luis Cella, que está produciendo también el programa junto a Fede y Susana, es una persona que todo el tiempo quiere ir por más.

—¿Susana es receptiva?

—Muy, muy. Se pone a conversar con nosotros: nos escucha y tira ideas. Las reuniones son muy divertidas porque ella es muy divertida. Y está bárbara.

—¿Dónde se reúnen?

—Generalmente, en su casa.

—¿Y con qué te recibe Susana en una reunión?

—Nos hace comer: nos prepara scones. O cuando viajamos afuera, a la Mary, nos prepara comidas y nos recibe. Es muy buena anfitriona.

—¿Te pidió algo zarpado para este año? ¿”Los quiero a Trump y a Kamala Harris”?

—No, no. Zarpado, no. Siempre buscamos ideas. Y Susana no va con el dedo diciendo: “Quiero a fulano”, o una cosa, u otra. Siempre buscamos tener innovación, lo llamativo, lo que llame la atención. Este año arrancamos con 200 millones de pesos en juegos para la gente.

—Y el estudio, que es una locura.

—El estudio es divino. Y ella está espléndida, está increíble. Fabulosa.

—Pero, ¿cómo la convencieron?

—Ella tenía muchas ganas de volver. Extrañaba al público y a Telefe. Y quería estar en la pantalla. Entonces, encontramos la forma de hacerlo posible, y ella se puso a disposición. No hay que convencerla a Susana. Susana es parte de la familia, es el ADN de Telefe.

Telefe Noticias ganó el Oro.

—Merecidísimo. Un gran trabajo de Roberto Mayo en la Dirección de Noticias y de todo el equipo, de las caras de la edición central, de Rodolfo Barili y Cristina Pérez. Muy feliz por ese logro.

Guillermo Pendino
A horas del debut de Bake Off famosos, Guillermo Pendino confirma la vuelta de la ficción con una tira diaria al prime time de Telefe para el 2025

—El día de la entrega de los Martín Fierro, Darío Turovelzky dijo que el año que viene Telefe vuelve a la ficción.

—Correcto. Estamos trabajando junto a Underground-Telemundo en el desarrollo de una idea, que se llama El extraño de pelo largo. Estamos trabajando en eso.

—Contame todo…

—No te puedo contar mucho más que el desarrollo, y está bueno.

—¿Unitario?

—No, tira. Es una comedia. Queremos apostar fuerte. Sebastián (Ortega) es brillante, con una creatividad increíble. Siempre apunta a la memoria emotiva de la gente, que va a estar muy presente en la historia. Es una historia bellísima. Ojalá que pronto podamos contar un poco más.

—Hay un reclamo constante de los actores por la falta de ficción en la televisión. Pero no sé si se en Argentina se está haciendo tan poca ficción, aunque en la pantalla abierta escasea.

—Claro. Me parece que hay que separar: qué se produce para plataformas y qué se produce para tele abierta. Es un momento desafiante donde en la industria, y entre todos, debemos buscar un camino para poder hacer más ficción. Como se hacía antes, que había una cantidad de horas de ficción mucho más elevada. Debemos encontrar la forma de poder trabajar para que haya ficción argentina en la tele abierta.

—No escapará a lo que se vive con los presupuestos en general: es muy caro hacer ficción.

—Es más caro que hacer otro tipo de contenido, sí. Estoy convencido de que, juntos, vamos a encontrarle la vuelta para poder empezar a girar otra vez la ruedita de la ficción en la tele. En eso estamos trabajando.

—Bueno, pusieron a Margarita.

—Es un contenido espectacular, de esos que estamos acostumbrados a ver de Cris. Nos parecía una apuesta fuerte pero muy válida para las 21:15, y que la familia pueda sentarse adelante de la tele.

—¿Se puede venir la segunda de Margarita?

—Absolutamente. Cris y su equipo ya están trabajando en el desarrollo de la segunda temporada.

—Sostenés que la tele está más viva que nunca.

—Total.

—Porque muchos dicen que la tele se está muriendo. Y de repente aparece un contenido como Gran Hermano, que le da que hablar a todos los medios. Y el rating acompaña.

—Y no solamente está el rating, sino también las otras plataformas. Nosotros pensamos los contenidos como centrales para todo un ecosistema, donde están los propios y los de los otros competidores. Gran Hermano tuvo un share del 65%, y en la final llegó al 80%. Son números muy locos. Pero ya veníamos con experiencias donde la familia se juntaba y traíamos un público que en ese momento no estaba en la tele. Nos pasó en la pandemia con MasterChef Celebrity. Pero Gran Hermano fue una explosión al juntar a todo tipo de público en cualquier plataforma, y todo retroalimentado. Eso fue increíble.

Tatiana Schapiro - Guillermo Pendino
Guillermo Pendino junto a Tatiana Schapiro en Infobae (Candela Teicheira) (Candela Teicheira/)

—De Gran Hermano surgieron muchos talentos. Después, cada uno tiene que poder sostenerse en el medio. ¿Te dan muchos dolores de cabeza los participantes de los realities?

—No más de lo normal, digamos. Nosotros queremos que todos tengan una oportunidad en el medio y que cada uno pueda desarrollarse. Pero como vos decís: algunos pueden llegar, otros pueden no llegar tanto…

—¿Ya están con los casting para diciembre?

—Estamos. Ya están los castings abiertos.

—Qué conductor salió con Santiago del Moro.

—¡Espectacular! Es una potencia.

—Tenés un Dream Team de conductores en la pantalla. No te voy a pedir nombres, pero alguno debe ser más mimoso que otro…

—Pero es que… en toda familia siempre hay uno que es un poquito más demandante que otro. Pero está muy bueno destacar que todos, todos, todos se ponen sus programas al hombro. Y eso es invalorable: el compromiso después traspasa la pantalla.

—Se viene Bake Off.

—Sí, mañana. Ya vi algunos capítulos editados y es increíble. Me divertí mucho.

—¿Hay gente que te sorprendió?

—Sí, sí. Que yo no sabía ni que podía hacer un huevo frito. Van apareciendo unos cocineros y unos pasteleros increíbles.

—Y Wanda Nara, que retoma la conducción en el canal.

—Wanda es parte de la familia. Y se siente muy cómoda al interactuar con los famosos.

—¿Es laburante?

—Muy muy profesional.

—En este 360 que mencionabas con los contenidos, también estás a cargo del streaming. ¿Te gusta cruzar a la gente o sentís que están quienes son propios de las plataformas y otros más de la pantalla?

—Por supuesto que hay gente más afín a una cosa u otra, pero está bueno ir probando un poco. El año que viene Telefe cumple 35 años y ya estamos empezando a trabajar en ideas disruptivas para jugar un poco con los dos mundos.

—No me vas a dar nombres, ¿pero hay gente con la que no volverías a trabajar?

—No sé si no volvería a trabajar…

—Pero, ¿qué te hace enojar?

—Hay algo que me hace enojar, o que me molesta: la impuntualidad. A lo mejor es un TOC. ¿Viste que llegué como 15 minutos antes? La impuntualidad es algo que me pone… Me llama la atención.

—¿Y los divismos de las figuras?

—Los vamos transitando. Forman parte de nuestro mundo.

—¿Qué es lo más loco que te pidieron?

—Trabajé muchos años en Brasil. Fui por primera vez a hacer la versión brasileña de Floricienta, que se llamó Floribella.

—Tuvo un problemita la protagonista, Juliana Silveira.

—Ella no me pidió nada, solo que no la pise nunca más… Estábamos festejando el éxito de Floribella, me vino a saludar, tropezamos y nos caímos, con la mala suerte de que yo me caí arriba de su tobillo. Y se lo quebré. A las dos semanas empezábamos a grabar la segunda temporada, así que tuvimos que adaptar los libros para que empezara con un bota yeso…

—¡Hermoso! Pero me decías que en Floribella te pidieron algo.

—Sí. Y fue un también un desafío de autoconocimiento, de adaptarme a otra cultura. Cada país tiene su forma de trabajar y producir. Cuando llegué, yo tenía bajo el brazo todas mis carpetitas de cómo producíamos en Argentina. Pero ellos tenían un sistema de producción que era completamente la antítesis de lo que hacíamos en Argentina. Y me pedían cosas: “Yo grabo dos escenas por día, y grabo una semana así, dos semanas no”. “¿Pero en qué momento se graba esto?”, les decía. ¡Me volvía loco!

—¿Qué ves en otra pantalla que decís: “¡Cómo no la tengo yo!”?

—Hay algunos formatos de entretenimiento que decimos: “¿Por qué no le pusimos el foco?”. Hay muy buenos contenidos. No es que lo mío es lo mejor.

—¿Qué te hace reír?

—El humor sano.

—¿Susana te hace reír?

—Mucho. El sketch fue espectacular. Creo que la gente agradece ese humor porque es familiar. Y porque falta humor en la tele y en las plataformas. El humor es una asignatura pendiente.

—Tenés conductores y conductoras que son un lujo. No quiero dejar de nombrarte a la China Ansa, que cuando ganó el Martín Fierro se puso contento todo el equipo de Telefe.

—Es que es un solcito. La China tiene mucho futuro. Es muy fresca, muy divertida. Es auténtica y trabajadora por demás. Imagínate que tiene una beba chiquita…

—Pero ustedes le dieron una gran oportunidad. ¿Hay algo en esto de potenciar a los propios no?

—Es el semillero: tenés que identificar dentro de tu propio staff quiénes están para dar un pasito más.

—¿Qué no me voy a encontrar nunca en la pantalla de Telefe?

—Un contenido que no te permita sentarte con tu familia a verlo. O que te provoque un malestar al verlo. Eso no es lo que buscamos.

—Cuando mirás para atrás, ¿con qué programa decís: “¡Cómo hice esto!”?

—Hay un programa que me ayudó mucho a aprender. Duró 20 días en el aire, en Azul Televisión.

—Bueno, no todos son éxitos.

—No. Es una frase hecha esa de aprender de los fracasos. Pero es verdad: aprendés lo que no hay que hacer.

—Sí. Pero esa noche, te la regalo…

—¡Olvidate! El sufrimiento.

—¿Podés pasar un día sin mirar el rating?

—No. Es la respuesta más rápida. No, no se puede. Y pensé que me ibas a decir si podía pasar más de un minuto sin mirar el rating. No sé cuánto llevamos… pero no estoy mirando el rating en este momento.

—¿Nunca te hizo mal?

—Sí, por supuesto. Por supuesto.

—¿Y qué haces al respecto?

—Trato de… es casi terapéutico.

—¿Los estrenos causan angustia?

—Más que angustia, es cosquilleo. Ansiedad. Me provoca la ansiedad. Un poco.

—¿Y se sigue disfrutando?

—Sí. El día que no lo disfrute más…

—¿Lo seguís eligiendo?

—Total. Es mi vida.

—Cuando algo no sale como vos querés, ¿quién es el que te sostiene?

—Mi marido, a la distancia.

—Que aparte, no es del palo.

—Nada que ver. Es brasilero y odontólogo. O sea: nada, pero nada que ver.

—Hablaste de tu marido y te emocionaste.

—Hace nueve años que estamos juntos y vamos a cumplir seis de casados. Pobre hombre: le llegó un torbellino porque vivíamos en Brasil, toda una cosa maravillosa. Y recibimos un llamado del señor Turovelzky: “¿Vendrían a Argentina?”. Al principio él se instaló un tiempo, pero después vino la pandemia, se complicó muchísimo que pudiera viajar, ir y venir a atender a sus pacientes. Porque él tiene una clínica con varios consultorios.

—Lo que deben ser esos reencuentros, Guillermo.

—Son lindos. Tenemos una regla: no pueden pasar más de dos o tres semanas sin vernos, porque es demasiado. Estamos casados, no de novios.

—¿Qué soñás, Guille?

—Sueño con poder hacer más ficción. Sueño con cada vez llegar a más familias que puedan divertirse y entretenerse con lo que les ofrecemos. Sueño con poder estar cada vez más feliz y más unido a mi marido, que amo. Y formar la familia que formamos.

—¿Qué le decís a ese nene de 10 años que quedó maravillado al ver ese camión de exteriores?

—Le diría que siga teniendo la curiosidad y la pasión que tenía en esos años por estar en un canal de televisión. Mirá, muchos años después, cuando Tomás Yankelevich me convoca para ocupar la Gerencia de Producción de Telefe, me presentan a los diferentes de equipos. Y en Asistentes de Dirección estaba el Tano Selmo, ese asistente de cámara que me vio por primera vez y que me tuvo paciencia, porque lo llené de preguntas. Fue quien me abrió las puertas. Y con el tiempo nos reencontramos. Cuando lo cuento, me emociono…