El Congreso de la Nación retrasa el debate del Presupuesto 2025 por lo menos hasta la segunda semana de octubre. Las movilizaciones programadas para los primeros días del mes y los problemas internos en casi todos los bloques están dificultando la búsqueda de consenso por parte del oficialismo, lo que impide avanzar con el proyecto de ley.
Lentamente comenzaron las reuniones con los bloques más cercanos. El primero en ser citado a la oficina del presidente de la Cámara, Martín Menem, donde fueron recibidos por el ministro Federico Sturzenegger, fue el bloque radical. Pero no asistieron todos, solo los que responden al presidente del bloque, Rodrigo de Loredo. El cordobés, junto con varios de sus diputados, estuvo reunido el miércoles con Martín Menem y funcionarios de Economía para comenzar a delinear los apoyos y disidencias que el bloque, o al menos ese sector del bloque, tiene.
No fue el único bloque que pasó por el despacho de Menem. También lo hizo Encuentro Federal, pero en este caso la representación estuvo acotada a la presencia del diputado cordobés Oscar Agost Carreño.
En ambas reuniones, los representantes de los bloques dialoguistas coincidieron en que el debate comience la semana del 7 de octubre, pero dejaron un primer reclamo al titular de la Cámara: quieren la presencia de Luis Caputo en la comisión.
“La decisión del bloque es clara. Pueden venir todos los secretarios que el Gobierno considere pertinentes, pero si no viene Luis Caputo, nosotros no vamos a acompañar ningún dictamen”, habría expresado el diputado cordobés de Encuentro Federal como posicionamiento del bloque que conduce Miguel Ángel Pichetto.
Por parte del radicalismo, el reclamo fue similar. “Tiene que venir Caputo. No puede ser que tenga esa actividad en redes sociales y no venga al Congreso”, le dijeron al presidente de la Cámara Baja. Aunque no fueron tan tajantes como los pichettistas, los radicales también presionan por la presencia del ministro de Economía.
Caputo ya expresó que no desea ir al Congreso. Teme que un recorte en redes sociales lo persiga más tiempo del que puede manejar en un enfrentamiento con la ex vicepresidenta Cristina Kirchner. Aún recuerda su paso en la gestión anterior, cuando envió un papel a una diputada de la oposición, un episodio cuyo video todavía lo persigue.
En medio de esto, Martín Menem quiere llevar adelante un trabajo conjunto con el Senado, por lo que mantiene conversaciones con el senador presidente de la Comisión de Presupuesto, el libertario Ezequiel Atauche. En este debate no participa la titular de la Cámara Alta, Victoria Villarruel, apartada por la Casa Rosada de cualquier tipo de negociación.
Mientras tanto, los bloques dialoguistas también comienzan a cruzar llamados y organizar reuniones para avanzar en puntos comunes que puedan debatirle al oficialismo. Sin embargo, esto ocurre en un clima donde todos enfrentan problemas internos. Por el lado del radicalismo, no hay coordinación entre los diferentes sectores que conforman el bloque. Tanto es así que hubo unos primeros encuentros con el bloque Encuentro Federal en los que el pichettismo pidió al radicalismo que asistieran, pero solo se enteraron los que responden a De Loredo, lo que generó reclamos de otros sectores.
En el peronismo, intentan mantener la unidad de los 99 diputados, pero el Presupuesto incluye temas que afectan a los gobernadores, lo que podría generar diferencias entre aquellos que están alineados con sus jefes provinciales y los que no.
Por su parte, los provincianos de Innovación Federal se ven afectados por el debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas, un tema que introduce tensiones en la discusión del Presupuesto. Las provincias dependen de los vuelos de la compañía estatal, y su privatización no es un asunto cómodo para ellos.
Finalmente, Encuentro Federal atraviesa una etapa en la que coexisten el cansancio con La Libertad Avanza y la idea de ser una oposición responsable. El hecho de que solo uno de sus miembros asistiera a la reunión con Menem y Sturzenegger fue una clara señal de esa realidad.
En este contexto, el Gobierno decidió aplazar el debate por el Presupuesto 2025. El documento ya genera controversias por el nivel de recortes en partidas de educación, salud y transferencias a las provincias. El dilema de los bloques será lograr cambios favorables y evitar que el oficialismo reconduzca el Presupuesto 2023, lo que permitiría a la Casa Rosada manejar los fondos de manera discrecional.