“El único que me llamó fue River, fue Marcelo (Gallardo). Ningun otro club preguntó del fútbol argentino. A quién no lo ilusiona la chance… Vine a un club copero, estoy feliz y voy a tratar de dar lo mejor”.
A los 32 años, Marcos Acuña decidió volver al fútbol argentino luego de su campaña europea y con cuatro estrellas con la selección argentina en el botinero, incluyendo la del Mundial de Qatar 2022. Y este sábado jugará su primer Superclásico frente a Boca Juniors. En La Bombonera, ante un rival al que podría haber defendido, sino lo hubiese rechazado cuando era un niño.
Es que, cuando sus sueños de futbolista eran justamente eso, sueños, el Huevo realizó un periplo por varios clubes de Capital Federal y Gran Buenos Aires en busca de una chance. Boca Juniors, el mismísimo River Plate, Quilmes, Tigre y San Lorenzo, entre otras instituciones, lo evaluaron, pero no lo incorporaron a su cantera. Cuenta la historia que incluso el lateral volante llegó a pedirle a su mamá, Sara del Prado, que ya no gastara más plata en él. No obstante, no bajaron los brazos. Y llegó la oportunidad en Ferro Carril Oeste, su plataforma de despegue hacia la gloria.
En cuanto al presente, el zurdo ya se transformó en pieza clave de la estructura en ablande diseñada por Marcelo Gallardo. De hecho, repartió asistencias en la victoria ante Atlético Tucumán y el empate contra Colo Colo por la Libertadores. Pero ahora podrá probarse en el contexto de un Superclásico, junto a sus compañeros mundialistas (Germán Pezzella y Franco Armani). Detrás suyo, en el living de la casa familiar en Zapala, Neuquén, se jugará otro Súper, poco conocido, pero no por eso menos intenso.
El Huevo, por agradecimiento e historia personal, quedó identificado con Ferro (su esposa Julia Silva trabajó en el club y es fanática) y también supo tender lazos con Racing por su exitoso paso por Avellaneda. Pero su familia está dividida entre Boca y River. El diario La Mañana de Neuquén reveló en 2018, antes de la Superfinal de Libertadores que se resolvió en favor del Millonario en Madrid, que mamá Sara es hincha de Boca. Y que sus hermanos Fabiana y Walter -quien también fue futbolista a nivel local, como volante central o N° 8- son de River y disfrutan del desembarco del Acuña más famoso en Núñez.
En dicha entrevista, firmada por el periodista Fabricio Abatte, Sara y Fabiana posaron con las casacas de los dos clubes en una casa de deportes. Y la madre del futbolista arriesgó una frase que hoy toma otro cariz: “Sería un sueño ver a mi hijo con la camiseta de Boca”.
La realidad ofrece hoy otro panorama. Porque fue River (con Gallardo al teléfono) el que llamó a Acuña, quien se sintió halagado y hoy pasea su pegada con la banda roja cruzada sobre el pecho. Un puñado de partidos le alcanzó para ser ovacionado en el Monumental, como sucedió ante el Decano, por la Liga Profesional. Y este sábado pujará por dejar su nombre grabado en la historia del Superclásico, para alegría de los hinchas de River; en especial, de Fabiana y Walter.