La investigación del femicidio de Florencia Soledad Comas, la joven hipoacúsica de 27 años que fue encontrada asesinada el pasado viernes en San Nicolás, dio un giro luego de que el tercer detenido por el caso confesara ser el autor del crimen. Se trata de Jonatan Gabriel Latapie, de 37 años y también hipoacúsico, quien mantenía una relación sentimental con la víctima.
La clave para identificarlo fueron dos vídeos que mostraban a Comas con un hombre -que resultó ser Latapie- cerca de las 8:48 de la mañana del día de su desaparición, el 12 de septiembre. En las imágenes, se les ve juntos y posteriormente entrando a una propiedad en la calle Belgrano. El análisis de las filmaciones y de los teléfonos celulares, más los aportes realizados por una intérprete, condujeron a los investigadores de la DDI local de la Policía Bonaerense hacia el sospechoso.
A Latapie lo hallaron en una casa donde trabaja y cuida en ausencia de su propietario. Durante su arresto, “se quebró y confesó todo” ante la presencia de una traductora, según las fuentes consultadas por Infobae. En la vivienda, la Policía también encontró un Peugeot 3008, cuyo modelo fue identificado por testigos que vieron el auto cerca de donde se encontró el cuerpo.
De esa manera, se convirtió en el tercer detenido del caso, después de Pablo Siboldi, quien se entregó a la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°3 de San Nicolás, defendiendo su inocencia; y a Walter Roberto Solís, quien inicialmente fue considerado el principal sospechoso del femicidio y fue capturado por la Policía en Rosario.
El cadáver de la joven fue hallado por un trabajador en un camino de tierra que conduce a una planta de tratamiento de residuos en San Nicolás. Estaba atado y envuelto en una sábana. En una conferencia de prensa, los fiscales del caso, Verónica Marcantonio y Julio Tanús, confirmaron que “la causal de la muerte fue asfixia mecánica”, sin determinar si el femicidio fue intencional o accidental.
Es que el cuerpo tenía “marcas rojas en el pecho, como si le hubieran hecho presión”, y en principio se sospechaba que esas marcas podían haber sido producto de maniobras de reanimación.
“En una primera hipótesis, se creía que la víctima, Solís y Latapie habían estado juntos en una fiesta, y en esa ocasión los sospechosos la habrían lastimado accidentalmente, para luego intentar reanimarla”, contaron las fuentes a este medio.
Sin embargo, la reconstrucción de los hechos ahora es diferente: “A partir de la confesión de Latapie se estableció que éste era amante de la víctima, que ella lo quería dejar y que él no lo aceptaba. En ese contexto, él la invitó y, en medio de una discusión, la apretó del pecho (lo cual explicaría las marcas en el cuerpo de Comas) contra la pared y la empezó a asfixiar, tapándole la boca y la nariz”.
La confesión de Latapie de momento no modifica el panorama para el nicoleño Solís, ex empleado de una empresa de instalaciones eléctricas: pese a este giro, seguirá preso, imputado por homicidio agravado por violencia de género y alevosía.
El primer indicio que llevó a su detención lo aportó su ex novia, al reconocer la sábana rosa con la que fue envuelto el cuerpo de Florencia. La testigo, además, admitió el gusto de su ex pareja por el sadomasoquismo y el sexo violento, características y gustos del acusado que lo vinculan al crimen.
Los testimonios recabados en la comunidad hipoacúsica también revelaron patrones de conducta violenta por parte de Solís. “Varias mujeres declararon que habían tenido relaciones sexuales con él y que habían sido abusadas, incluso filmadas. Ahora se investiga qué hacía el sospechoso con ese material fílmico, si lo vendía, si lo compartía en algún sitio, si lo utilizaba para extorsiones”, comentaron los informantes.
Lo que sí puede variar en la causa en las próximas horas es la situación de Siboldi, quien por su parte afirmó a las autoridades conocía a los involucrados -incluso se determinó que es socio de Solís- y que había tenido relaciones sexuales con la víctima, pero aseguró que no tuvo nada que ver con el crimen. De hecho, ante la Policía “entregó el celular y pidió que abran las antenas para demostrar que no estuvo en San Nicolás ese día”.
“Lo más probable es que quede en libertad”, anticiparon los voceros judiciales.