España sigue empeñada en hacer historia. No contentas con levantar su primer Mundial el pasado verano, las campeonas del mundo continúan rompiendo barreras, acabando con una especialmente simbólica este viernes: ningún combinado femenino del país se había clasificado para disputar unos Juegos Olímpicos, en lo que al fútbol respecta, hasta ahora. Una ausencia que ha quedado paliada por fin. El deporte rey podrá tener a las chicas como inmejorables representantes en París 2024, tras hacer exactamente lo que se necesitaba para estar en la gran cita: ganar a Países Bajos (3-0) y clasificarse para la final de la Nations League.
Quién sabe si el próximo miércoles 28 no asistiremos a otro hito de las vigentes reinas planetarias, que podrían convertirse en las primeras ganadoras de esta competición europea. Con el añadido de hacerlo en casa, ante un público que ya ha vibrado con el juego de la selección en semifinales. A las de Montse Tomé les costó un rato trasladar su dominio del partido al marcador. En cuanto lo hicieron, a pocos minutos para el descanso, el objetivo de acceder al evento deportivo por excelencia pareció más que sellado.
Si hubo una protagonista clara de la ofensiva española en la primera mitad, esa fue Salma Paralluelo. Una lástima que la jugadora del Barça se fuese de La Cartuja sin el premio del gol: nadie lo buscó más que ella en las filas locales. Le llovieron las ocasiones, pero le faltó el acierto. Hubo un buen rato en el que la definición no sonrió para nada a las nuestras. El dominio era prácticamente inapelable, con mucha pelota y sin demasiados problemas al otro lado del campo. Sin embargo, no había manera de quitarle las telarañas a la portería neerlandesa.
Tuvo que ser Jenni Hermoso quien tomase cartas en el asunto. En una llegada en carrera vertiginosa, Irene Paredes la vio como nadie y le suministró la bola para que protagonizase una internada de jugona total: cambio de pie y posterior golpeo para abrir la lata. Había costado, pero la superioridad era un dicho y también un hecho. Si esto fue en el 41, los Juegos se vieron muy cercanos en el horizonte en el 45, gracias a Aitana. La mejor jugadora del mundo aprovechó a la perfección un centro de Mariona Caldentey: lo enganchó y el 2-0 fue una realidad.
Contención antes del tercer gol
Quienes tenían que mover ficha para agitar el árbol y luchar por darle la vuelta al asunto eran las visitantes. Tras el tiempo de descanso, lo intentaron, aunque sin éxito. Cuando tocó defender, España también lo hizo. Tanto con sus centrales como vía Cata Coll en la portería. Hubo que aplicarse más atrás, por si las cosas se ponían peliagudas. Reto más que superado.
Al rato, España volvió a ponerse a atacar en serio. El choque, porque las fuerzas se habían igualado más de lo que reflejaba el electrónico, se lo demandaba. El premio se lo encontró Ona Batlle, que empezó y finalizó la jugada con la que el resultado quedó inamovible. A la hora de la verdad, a Países Bajos le faltó la pegada de la que sí pudieron echar mano las defensoras del título mundialista.
Este grupo de futbolistas lo ha vuelto a hacer. Empeñadas en reivindicarse, vuelven a llegar más lejos que ninguna de sus predecesoras. Si les parece poco lo extraordinario de ser olímpicas, podrán subir aún más la apuesta dentro de unos días, cuando Francia, precisamente la anfitriona este verano, será el último escollo para levantar esta Liga de Naciones.