En cada emisión de Los 8 Escalones (El Trece), los competidores logran dejar su huella con sus particulares ocurrencias. De cara al desafío por el departamento a estrenar, un cocinero llamado Mariano volvió al programa y demostró su capacidad para asustar a Guido Kaczka. El participante dejó sin palabras al conductor con su capacidad de parpadear a una velocidad impensable, tal como había sucedido en una emisión anterior.
“Y ahí va Mariano…”, comenzó diciendo Guido antes de notar la expresión del jugador que tanto le atemorizaba. Acto seguido, el anfitrión del ciclo exclamó: “¡No me hagas esos ojitos más, que la otra vez soñé mal!”. Su confesión hizo reír al competidor, a quien le comentó: “Es tremendo, además no lo vi en ningún otro lado”.
Por su parte, Mariano se mostró halagado ante la mención de su talento. “Yo te lo dije la vez pasada”, expresó luego de ponerle un freno a su constante parpadeo. Guido no lo pasó por alto y le hizo un fuerte reclamo: “Sí, pero me levanté a las cuatro de la mañana…”.
Tras el cómico encuentro, el jugador le tocó responder la primera consigna de la noche. “La salsa conocida como ‘Bechamel’ se prepara con tomate, queso parmesano, panceta y pimienta, ¿verdadero o falso?”, fue la pregunta que midió su conocimiento en aquella emisión. Sin dar vueltas, el muchacho le respondió que dicha afirmación era errónea y consiguió asegurarse su lugar en el segundo escalón de la competencia.
El primer encuentro había ocurrido a mediados de junio, cuando Mariano sorprendió con esta habilidad en el estudio. “Tengo un don que no lo tiene nadie”, aseguró el muchacho en ese entonces, tras presentarse como un cocinero jujeño especializado en gastronomía italiana. La curiosidad del presentador fue mayor que su miedo, por lo que no tardó en mirarlo con atención al ser enfocado ante la cámara. “Qué mambo ese, ¿y lo tenés desde chiquito el don?”, le consultó.
El concursante destacó que todo se originaba en su infancia: “Tenía cuatro, cinco años, y todas mis tías abuelas me hacían ojitos. Hasta que un día me miro en el espejo y era porque hacía esto”. Mientras movía rápidamente los párpados, Guido atinó a decir: “Uy, ¡qué rápido lo haces! Es muy impresionante”. “Viste que hay gente que mueve las orejas, otros las cejas…”, sentenció el cocinero mientras hacía diferentes expresiones ante sus compañeros en el estudio.
Sin embargo, esto no fue la única oportunidad en la que sorprendieron a Guido. En otra emisión, él quedó anonadado ante el talento de Alejandro, un artesano. “Hago veladores con forma de mascotas, pinto realista y te traje un presente…”, anunció el hombre, que portaba un regalo en sus manos. Al terminar sus palabras, el hombre aprovechó para enseñarle su último trabajo: un velador con la figura de Guido. Pero eso no era todo, ya que uno de sus brazos del animador sostenía un micrófono sobre una base de madera multicolor.
Encantado con el gesto, Kaczka señaló: “No, ¡soy yo! Mirá, te impresiona cuando te ves”. A corazón abierto, el artesano señaló que se dedica exclusivamente a realizar animales, por lo que este fue un trabajo completamente diferente. “Sos la primera persona que pinto. Yo pinto mascotas, dije ‘Hace rato quiero pintar una persona y la primera va a ser mi hija, pero justo salió lo del programa y bueno, vamos por Guido’”, aseguró, con las emociones a flor de piel, al ver el recibimiento que obtuvo su lámpara. Lejos de salir del asombro, el conductor, entre risas señaló: “Pero viste que pintarme a mí es como pintar a otro perro”.