La semana pasada Cristina Kirchner pateó el tablero peronista al publicar una carta en la que planteó la necesidad de hacer una autocrítica de fondo, discutir el rol del Estado en la gestión de los gobiernos peronistas y avanzar, sin tantas dudas, sobre un debate político que culmine en una reforma laboral y educativa.
Recibió críticas y halagos. En on y off the record, en términos estrictamente periodísticos. El peronismo se sacudió con sus definiciones y cuestionamientos. Se enfrentó con Javier Milei en las redes sociales y despertó una nueva instancia de discusión sobre su conducción política, el lugar que debería ocupar en la nueva etapa de la coalición y la conveniencia o no de su confrontación con el Presidente.
La misma línea argumental que utilizó en la carta y el duelo tuitero, será la que exponga este viernes en Merlo, municipio que gobierna Gustavo “Tano” Menéndez, uno de los intendentes más cercanos a la cúpula K, y localidad a la que ha asistido en reiteradas oportunidades para encabezar actos. Además, es una de las ciudades de la primera sección electoral donde mejor imagen tiene.
Su presentación será en la Universidad Nacional del Oeste, a las 16. Hasta allí asistirá la militancia kirchnerista que la suele acompañar en los actos y que estuvo presente en los tribunales federales de Comodoro Py el día que declaró en la causa por intento de magnicidio. Entre ellos estará Alicia Kirchner, que tenía prevista una charla en la Universidad Nacional de Lanús a las 16:30 y que fue suspendida en la noche de ayer.
En los últimos días, tras apuntar contra el rol de la CGT en el mapa político sindical y advertir que falta actualización en la representación sindical, la ex presidenta fue criticada por representantes gremiales de renombre, como el titular de UPCN, Andrés Rodríguez; el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano; el secretario general de UOCRA, Gerardo Martínez, y el líder de Suteba, Roberto Baradel. Nombres propios de peso en ese sector del peronismo.
“Las cartas de la ex presidenta no suman para nada. Llamen a una reunión del PJ y matémonos ahí adentro, no públicamente. No entiendo la crítica a la CGT. Volvemos a las peleas anteriores que llevó a este cachivache de presidente.”, sentenció Moyano, cercano al kirchnerismo pero, actualmente, con una relación distante con la ex vicepresidenta.
“Cristina Kirchner es la responsable de Alberto Fernández ya que, asumiendo su postura imperial del dedo, lo designó como candidato. Que asuma su responsabilidad. La dedocracia no es parte de la institucionalidad del peronismo”, resaltó el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez.
“La ex presidenta tiene un contexto importante de apoyo, pero no es para nada hegemónica en el peronismo. Durante sus gobiernos no hubo una política de empleo formal firme porque siguió habiendo subsidios para la gente que estaba en la informalidad. Hay un 45% de informalidad que se viene arrastrando y que se va incrementando”, fue la recriminación de Andrés Rodríguez, que forma parte de la mesa chica de la central obrera.
En el documento publicado la semana pasada, CFK apuntó al sindicalismo al decir que “el peronismo se desordenó cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales” y considerar que “sólo el 40% de los trabajadores registrados en la actividad privada está sindicalizado”. Una crítica que generó un fuerte malestar en todos los sectores de la CGT y disparó respuestas que, durante la etapa en la que el peronismo era oficialismo, se hubiesen demorado.
Los cuestionamientos de Cristina Kirchner y la reacción de un sector importante del peronismo abrieron un nuevo capítulo de la discusión interna del espacio político, que está atravesado por las diferencias, pero al que le faltan focos de debate que permitan encausar la autocrítica y le den pie a una etapa de renovación real en la dirigencia, la agenda y el discurso.
En el acto de este viernes es posible que la ex presidenta vuelva a insistir con esa línea de pensamiento, sumado a lo que ya viene planteando sobre la necesidad de que el peronismo vuelva a discutir su agenda política y social, además de modernizarla y actualizarla respecto al nuevo contexto de relaciones laborales y vínculos entre el capital inversor y el Estado.
También volverá a apuntar contra la política económica de Milei, basada en la idea de la falta de dólares para cumplir los compromisos financieros del próximo año, sumado a la postergación de la reactivación económica. Un combo que se completa con la caída masiva del consumo y una recesión que aún parece no haber tocado fondo.
El discurso de CFK, otra vez en la primera línea del peronismo, volverá a ubicarla en el centro de la escena política, un movimiento que, según sostienen en algunos sectores de la alianza, solo le sirve a Milei, que la subió al ring y la eligió como la principal contrincante de la oposición. Miradas sobre estrategia política y de comunicación que giran en el subsuelo peronista. Sin acuerdos y con rispideces.
El viernes de la semana que viene será el turno de Máximo Kirchner, que no habla en público desde que le brindó una entrevista al canal de streaming Gelatina. En ese momento se encargó de bajarle el tono a la interna que La Cámpora tiene con Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Sirvió para un par de semanas de amistades pasajeras. Después la tensión volvió a florecer.
El líder camporista encabezará un acto que se realizará en el estadio Atenas, de La Plata, ciudad que gobierna Julio Alak, ex funcionario del gobierno bonaerense e intendente cercano al grupo político de Kicillof. En el acto habrá militantes de unidades básicas del peronismo y una porción de la dirigencia K que siempre se hace presente en los actos del diputado nacional.
Kirchner no se ha expresado públicamente después de las causas en las que quedó involucrado Alberto Fernández, ni tampoco luego de que el ex ministro de Economía Martín Guzmán – un de los ex funcionarios más cuestionados en el mundo K – asegurara que la cuarentena se extendió porque fue “una bandera política que hacía más fuerte al Gobierno”. Hechos de la agenda política que alteraron los ánimos en el peronismo.
Además, el diputado debe clarificar si, finalmente, buscará la reelección en el PJ Bonaerense, en los comicios pautados para el próximo 17 de noviembre, misma fecha en la que se realizará la del PJ Nacional. Su reaparición será unos días después de que Kicillof encabece un acto político en Santa Clara del Mar, donde los organizadores – parte del grupo político del Gobernador – esperan juntar a cerca de 5000 personas y escuchar alguna apreciación del mandatario sobre el convulsionado contexto político nacional y del peronismo.
Madre e hijo se vuelcan a la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo apuesta a conservar el mayor caudal electoral posible. Es el lugar de la resistencia K y deben fortalecerlo desde el discurso y la militancia. Al mismo tiempo, sus apariciones serán un anclaje más en la línea del tiempo de la reorganización peronista, demorada y enrevesada.