En un nuevo capítulo de enfrentamientos entre mandatarios, el presidente argentino Javier Milei lanzó fuertes críticas contra su par español, Pedro Sánchez, quien anunció recientemente una propuesta para incrementar los impuestos a las personas más ricas de España. En un discurso que rápidamente generó repercusiones internacionales, Milei calificó esta medida como un acto de “envidia profunda” y parte de la “fatal arrogancia del socialismo”.
“El socialismo es una enfermedad del alma aberrante. La combinación de profunda envidia, fatal arrogancia e ignorancia en temas de economía en la frase resulta espeluznante. D..S proteja a los españoles de éste depredador de riqueza…VLLC !!!”, expresó Milei en sus redes sociales, y replicó un video con el discurso de Pedro Sánchez en el que defiende la nueva medida impositiva.
En su discurso, Sánchez adelantó que podrá en marcha “nuevas acciones destinadas a acotar privilegios desproporcionados que tienen y de la que se benefician ciertas élites de nuestro país. Y vamos a gravar fiscalmente a quienes ya tienen en el banco suficiente dinero para vivir 100 vidas. Lo haremos, insisto, no para perjudicar a los millonarios, sino para proteger a las clases medias y trabajadoras de un sistema que continúa siendo extraordinariamente injusto. Porque independientemente de lo que piensen algunos o algunas, España será un país mejor si tiene más automóviles eléctricos, por cierto, fabricados en España, más autobuses públicos y por tanto más transporte público y menos Lamborghinis”.
Sánchez defendió en varias ocasiones la necesidad de una mayor justicia fiscal. En su último anuncio, subrayó que la pandemia y la crisis económica actual han exacerbado las desigualdades, y que es fundamental que aquellos con mayores recursos contribuyan más al bienestar general. La propuesta de Sánchez busca recaudar más impuestos de las grandes fortunas para financiar programas sociales y reactivar la economía, lo que ha generado un amplio debate en su país.
Desde su perspectiva, este tipo de medidas son necesarias para mantener el equilibrio social y evitar que las desigualdades se agraven aún más. Sin embargo, figuras como Milei ven esta intervención estatal como una intromisión innecesaria y dañina en la economía. “El socialismo es una enfermedad del alma”, expresó Milei en una reciente aparición pública, reiterando su ya conocida opinión sobre el intervencionismo estatal. Para el presidente argentino, el aumento de impuestos no es solo un error económico, sino también un atentado contra la libertad individual.
La crisis diplomática entre España y Argentina alcanzó su pico en mayo pasado, cuando el gobierno español decidió retirar a su embajadora en Buenos Aires después de que Milei hablara en público durante una visita a Madrid del caso de supuesta corrupción que envuelve a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez.
La cuestión escaló cuando el dirigente libertario, durante un acto electoral de Vox en la plaza de Vistalegre, dijo que Pedro Sánchez tenía una “mujer corrupta”. Desde entonces los cruces e insultos no pararon de crecer, con calificativos de “cobardía”, entre otros improperios. Milei justificó el ataque al afirmar que el ministro de Transportes español, Óscar Puente, había insinuado que se drogaba.
La decisión de solicitar la vuelta del máximo representante diplomático en un país es una de las más fuertes en el orden de la política exterior. Desde lo simbólico, implica la manifestación una señal de protesta y un quiebre en el vínculo.
Pese a esa gestualidad, Diana Mondino buscó contener el impacto y definió al hecho como una “anécdota” en el largo historial de las relaciones entre ambos países.
Para el gobierno libertario, la disputa con Pedro Sánchez es funcional para la batalla cultural de Milei y el proyecto de expansión de su figura a nivel internacional, que instalar a partir de las giras al exterior y su participación en mitines de las agrupaciones de ultraderecha y partidos conservadores del mundo nucleados en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Por eso, no duda involucrarse en los asuntos de la política doméstica de cada país, una cuestión que suele ser evitada en el ámbito de las relaciones diplomáticas.