Tras un extenso proceso judicial para determinar quiénes fueron los responsables del crimen de Reynaldo Flehr, el arquitecto asesinado en Córdoba en diciembre de 2021, este viernes la Justicia de la provincia comunicó su veredicto y dictó la prisión perpetua para cuatro de los cinco acusados por el caso, incluyendo a la hija y al yerno de la víctima. El restante recibió una condena menor.
La resolución fue compartida por las autoridades judiciales pasadas las 14.40. La leyó Juan Manuel Ugarte, el presidente de la Cámara 8ª del Crimen, quien enunció su conclusión frente a los jurados técnicos y populares que participaron del juicio.
En este contexto, el magistrado expresó que Irina Flehr, la hija de Reynaldo, fue sentenciada a prisión perpetua junto a Leandro Moscarello, su novio en ese entonces. Ambos fueron hallados culpables por ser “partícipes necesarios del homicidio”.
La misma pena recayó sobre Samuel Moscarello y David Silvestre, quienes efectuaron la ejecución del arquitecto: a ellos los encontraron como responsables como “coautores del homicidio”.
Solo uno de los cinco acusados por el hecho no recibió la condena máxima. Se trata del chofer David Suárez, que cumplirá con 13 años de cárcel como partícipe secundario. Se trata de una pena menor a la que había pedido la fiscalía, la cual solicitó 15 años.
El caso, que comenzó por el brutal asesinato ocurrido el 29 de diciembre de 2021 en el barrio Los Boulevares, tenía a los cinco individuos acusados del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, calificado por el vínculo, por codicia, por el número de participantes y por alevosía.
El crimen
El crimen de Flehr ocurrió en la casa del barrio Los Boulevares de la capital cordobesa. La noche del 28 de diciembre de 2021, el arquitecto llegó a su propiedad a bordo de su auto marca Honda. Faltaban minutos para el día siguiente y no entró el coche al garaje. Las cámaras de seguridad lo mostraron solo entrando a su vivienda.
Minutos después se desataría la locura en el interior de la propiedad que estaba a la venta: al arquitecto, sus asesinos lo sentaron en una silla en el comedor de su casa, lo ataron de pies y manos con precintos y le dieron dos tiros con un arma calibre .22, a quemarropa, en la cabeza y el cuello. Mientras eso ocurría, la televisión funcionaba a todo volumen.
Al día siguiente, la hermana de Flehr decidió ir hasta su casa porque no le respondía los llamados. Así se descubrió el crimen. Siempre se pensó que el homicidio fue en el marco de un robo. Incluso, la hija y el yerno abonaron esa línea de investigación vinculada a un hecho de inseguridad.
Es que en la casa de la víctima todo estaba desordenado y una de las aberturas había sido violentada: pero no se encontraron faltantes. Es más, su computadora, el celular, la billetera y hasta la tablet fueron encontrados en el interior de la vivienda. Otro dato que llamó la atención de los investigadores: no lo torturaron ni lo golpearon antes de ejecutarlo.
Por aquellos días no se descartó ninguna hipótesis, el móvil económico fue la línea más fuerte aún tras las detenciones de la hija y el yerno de la víctima.
Incluso, la fiscal Palacios no descartó la posibilidad, en el transcurso de la investigación, de agravar aún más la calificación legal que le imputaba a la hija de la víctima.
“Tenemos los elementos de pruebas suficientes y la convicción para llegar a la decisión de detener a estas personas”, remarcó la funcionaria en medio de la investigación. Y enfatizó: “Es la única hija. La única heredera de muchos bienes”.
Flehr era viudo y vivía solo, aunque estaba en pareja. Arquitecto de profesión, se dedicaba a la venta en corralones y ferreterías; y tenía varias propiedades.