Carlos Barraza hace cerca de 30 años que trabaja en la sección consular de la Embajada argentina en Caracas. Es venezolano y, al igual que antes su padre, era un empleado local apreciado y valorado por todos los que ejercieron alguna función en ese destino. Anoche, fue sacado de su casa de manera brutal por agentes de la temible policía política de la dictadura de Nicolás Maduro, el SEBIN, y desde ese momento nada se sabe de él. La situación generó enorme sorpresa y alarma tanto en la Cancillería argentina como en la diplomacia de Brasil, que actualmente representa nuestros intereses ante el régimen chavista.
Todo empezó con el argumento del robo que Infobae contó la semana. Desapareció una abultada cifra en bolívares -unos 90 mil dólares- de la cuenta que tenía la embajada en Caracas y que eran utilizados para los gastos de funcionamiento de la Embajada, el Consulado y la residencia del embajador, donde hoy por hoy están refugiados seis militantes de la corriente de María Corina Machado que tienen orden de captura y que si pisan fuera del lugar serán arrestados.
Con ese argumento, de acuerdo a lo que pudo reconstruir Infobae de fuentes que conocen el caso, con la excusa de la investigación por el dinero que faltó del Banco Nacional de Venezuela, agentes del SEBIN detuvieron a una empleada local, que luego fue liberada a las horas, pero también a Barraza, de quien nada se sabe y que, de acuerdo a las gestiones discretas que vienen haciendo la diplomacia argentina y brasileña, tampoco figura con orden de detención formal en fiscalías de Caracas.
“Puede estar en una cárcel de Caracas, puede estar en el Helicoide. No sabemos nada”, reveló una fuente diplomática al tanto del episodio que preocupa no sólo a la Argentina sino también a Brasil, que asumió el 1° de agosto la representación de los intereses nacionales debido a que la dictadura de Maduro decidió unilateralmente romper relaciones con el gobierno de Javier Milei, después que el presidente expresó su rechazo al fraude a gran escala cometido en las últimas elecciones.
En el marco de ese choque diplomático, la dictadura de Maduro y Diosdado Cabello ordenó la expulsión en tres días de todos los diplomáticos argentinos. Como ocurrió en la guerra de Malvinas, en 1982 en Londres, el gobierno brasileño aceptó representar los intereses argentinos y extender su inmunidad y protección. Es que en la residencia del Embajador, están seis perseguidos políticos que tienen orden de detención por el simple hecho de ser opositores y expresar sus ideas políticas.
La detención sin las garantías de orden por autoridad judicial competente, ni representación legal como negar información sobre su lugar de detención representa una confirmación más de las graves violaciones a los derechos humanos que ocurren en Venezuela y que se profundizaron a partir de la derrota aplastante en las últimas elecciones presidenciales, que siguen negando a pesar del reclamo de la comunidad internacional.
El caso Barraza
De acuerdo con la información que llegó a Infobae desde Caracas, Barraza fue detenido en el marco de la investigación por el robo de los 90 mil dólares. La semana pasada este medio había informado que la desaparición de esa suma de dinero había resultado sospechosa. La versión que brindaron los informantes es que se pudo haber originado en un “hackeo” y no descartaron que hubiera intervenido agentes de la dictadura chavista, incluso elementos inorgánicos.