En medio de una campaña pobre en la Liga Profesional y eliminado de la Copa Libertadores a manos de Atlético Mineiro, San Lorenzo vive horas agitadas. Y el cierre del mercado de pases no le ofrece un remanso. Es que, con los arqueros Facundo Altamirano y Chila Gómez sin lograr asentarse, los fanáticos se ilusionaron con el regreso de Augusto Batalla, figura del Ciclón en las mejores épocas del ciclo de Ruben Insua. Sin embargo, aunque hubo charlas, el arquero que pertenece a River Plate se marchó a préstamo al Rayo Vallecano, no sin antes soltar algunos dardos a la dirigencia de Boedo.
“Hace 10 días surgió lo de San Lorenzo y escuché porque me interesaba. Yo me comuniqué con ellos, hablé con Marcelo (Moretti) -presidente de la institución- pero ningún dirigente habló con mi representante ni con River, entonces tenía que tomar la decisión porque el mercado se termina y había un club muy interesado, que trabajó en mí durante mucho tiempo y uno tiene que ser agradecido”, soltó el portero, que la última temporada pasó por la Liga de España.
“Cada vez que me llamen voy a tener el teléfono abierto, porque fue el lugar que más me marcó en mi vida, donde fui más feliz, pero uno como jugador necesita que sea recíproco. El mercado pasado me llamaban todo el tiempo antes de las elecciones pero después recién el 29 de diciembre, cuando salió lo mío con Granada, parece que están esperando a que salga algo para llamarme. Hablé con Moretti, me preguntó si quería volver y le dije que sí, que por favor hablaran con mi representante, pero no lo hicieron”, amplió en una entrevista con TyC Sports. Y remató: “No voy a calificar a nadie, sí siento que ayudó mi apellido cuando las cosas no estaban saliendo como ellos esperaban y eso me duele un poco. Sentí que usaron mi apellido y después no se movieron… Era claro el panorama y duele un poco”.
Pues bien, tras el revuelo por las declaraciones del guardameta, de 28 años, en las últimas horas se filtró el documento con la oferta que San Lorenzo le hizo llegar a River. Está fechado el lunes 19 de agosto, firmado por Moretti, y en el mismo la Comisión Directiva del Cuervo ofrece “1.500.000 dólares por la compra de los derechos económicos del jugador”. Y la forma de pago detallada indicaba que se daría con “USD 1.000.000 pagadero con crédito pendiente por la transferencia del jugador de fútbol profesional Adam Fernando Bareiro Gamarra, mediante la devolución de cinco cheques endosables por valor de 200.000 dólares” y “500.000 dólares pagadero en 12 cuotas consecutivas, de enero a diciembre de 2025″.
Sin embargo, el ofrecimiento no apagó la polémica. Primero, porque, según pudo saber Infobae, el mismo llegó a Núñez “a través de un tercero” y no por las vías habitualmente formales. Luego, porque arribó horas después de que el futbolista y el club acordaran con el Rayo Vallecano. Además, el texto del documento cuenta con un par de errores llamativos.
Por ejemplo, remarca que las 12 cuotas de la oferta quedarían “garantizadas con los derechos de televisación a percibir por la Superliga Profesional del Fútbol Argentino”. Y el certamen de élite dejó de llamarse Superliga en 2020. Luego, al pie de la nota, aparece la dirección de la sede del club de Avenida de Mayo 1373, que ya no funciona como tal y mudó sus actividades a la estructura en la sede de Avenida La Plata hace siete años.
Julio Lopardo, flamante titular del Consejo de Fútbol azulgrana, refutó los dichos de Batalla, también en diálogo con TyC. “Me llama la atención la decisión que tomó, justo después de que quedamos eliminados de la Libertadores. Si seguíamos no se si se hubiera ido a España. Posiblemente sus tiempos no sean los nuestros, pero no es que San Lorenzo no hizo nada para traerlo. Cuando un jugador declara que ama al club, que quiere volver, pero siempre pasa algo con la dirigencia, es una forma de hacer política. Yo no sé si Batalla quiere ser arquero o presidente de San Lorenzo”, devolvió.
No es la primera controversia que atraviesa San Lorenzo en la presente ventana de transferencias. La compra del delantero Matías Reali generó que Independiente Rivadavia acusara al Ciclón de “estafa”. El conjunto de Boedo acordó el pago de 1.800.000 dólares por la ficha del futbolista, pero luego Daniel Vila, presidente de la Lepra, denunció que “San Lorenzo tenía que pagar una parte al contado y una parte por una transferencia. El lunes fuimos al banco a ver si había sido acreditada la transferencia. De hecho no estaba. Tampoco estuvo el martes. Cuando el vicepresidente se hizo presente en el banco personalmente, habló con el gerente y le dijo que la transferencia no solamente no estaba acreditada, sino que la cuenta desde la que se había hecho esa presunta transferencia era una cuenta inexistente”.
La entidad porteña alegó que el problema se dio porque “la cuenta indicada por el club vendedor para recibir el dinero no se encontraba operativa por cuestiones ajenas a nuestra institución”, hecho que elevó aún más la temperatura. Finalmente, la puja se destrabó con el pago de una multa de 200.000 dólares al elenco mendocino que encareció el costo de la adquisición.