Al Attles, miembro del Salón de la Fama, conocido como “El destructor” por su estilo físico de juego y quien luego se convirtió en entrenador campeón y gerente general de los Golden State Warriors, falleció el martes a los 87 años, anunció el equipo el miércoles. Attles murió en su casa en East Bay, California, rodeado de su familia.
El basquetbolista inició su carrera en la NBA como una selección de quinta ronda de los entonces Philadelphia Warriors en 1960. El 2 de marzo de 1962, en Hershey, Pensilvania, anotó 17 puntos contra los New York Knicks en un juego en el que su compañero de equipo Wilt Chamberlain marcó 100 puntos. Attles bromeaba que fue quien asistió a Chamberlain en todos sus puntos, aunque en realidad solo tuvo seis asistencias en ese histórico juego. Como jugador, Attles promedió 8.9 puntos, 3.5 rebotes y 3.5 asistencias en 11 temporadas con los Warriors. El Salón de la Fama lo honró con el Premio Lifetime Achievement John W. Bunn en 2014, y en los meses previos a su ingreso al Salón de la Fama como parte de la clase de 2019, Attles se mantuvo modesto y no aceptó créditos por sus logros.
Los Warrios lanzaron un comunicado remarcando la tristeza tras la perdida del ex jugador “Alvin deja un profundo legado en el mundo del baloncesto y la comunidad de Bay Area, pero especialmente como hombre de familia y humanitario. Lamentamos su pérdida junto a su esposa, Wilhelmina, su hijo Alvin, y todos quienes lo conocieron y amaron”.
Attles actuó como entrenador-jugador de los Warriors durante su última temporada y continuó como entrenador principal hasta 1983, guiando al equipo al campeonato de la NBA en 1974-75. En esa ocasión, barrieron a los Washington Bullets, convirtiendo a Attles en el segundo entrenador afrodescendiente en ganar un título después de Bill Russell. Como entrenador de los Warriors, compiló un récord de 557-518.
Más tarde, sirvió como gerente general del equipo durante tres temporadas, regresó como asistente en 1994-95 y también trabajó en la oficina principal como vicepresidente y consultor, pasando en total más de seis décadas con la organización.
Chris Mullin, ex jugador y colega del “Destructor” escribió en sus redes: “Alvin Attles tuvo una gran influencia positiva en mí y en mi carrera, no solo al seleccionarme en 1985 y traerme a Bay Area, sino al guiarme en mi camino como jugador y como joven. Fue un querido amigo, mentor y modelo a seguir, alguien a quien admiraba enormemente y traté de emular. Marcó el estándar para todos nosotros en términos de integridad y humildad, y fue verdaderamente un campeón tanto dentro como fuera de la cancha”.
La noticia de su fallecimiento deja un vacío en la historia del baloncesto, pero su legado permanece indeleble.
