Linda Peretz celebró la restitución del gas en La Casa del Teatro: “Era muy triste sentir frío”

Casa del Teatro
La felicidad de Linda Peretz (Fotos: gentileza)

Está exultante de felicidad. Y no es para menos: después de un año, logró que La Casa del Teatro volviera a contar con el servicio de gas que le habían cortado. Desde que asumió la presidencia de la institución en el año 2016, Linda Peretz le dedicó su vida a tratar de buscar lo mejor para los actores mayores sin recursos que se hospedan allí. Y por eso, en medio del que fue el invierno más crudo de la última década, no dudó en salir a pedir y hasta rogar que alguien los ayudara a dejar de pasar frío. Hasta que, finalmente, logró su cometido. Y lo celebró el último viernes con una raviolada, en la que hubo brindis, música y baile.

“Tengo que decir que soy una mujer de suerte. Porque trabajo mucho, pero cuando pido cosas para que este lugar se eleve y se enriquezca, siempre aparece un alma bondadosa. Yo convoco siempre a los periodistas, a los actores y a los empresarios. Y me gusta nombrar a todos los benefactores porque para mí es muy importante. Mirtha Legrand, por ejemplo, es la presidenta honoraria de la casa y nos protege muchísimo. Pero bueno, en agosto del año pasado, nos encontramos con que había una fuga de gas en la vereda por la que nos cortaron el servicio. Entonces yo llamé al señor Metrogas, que por supuesto sé que no es un señor, para pedirle que lo restablezca. Pero para eso, necesitábamos hacer unas refacciones en la propiedad y no contábamos con los recursos”, explica Peretz en diálogo con Infobae.

Así las cosas, el hogar tuvo que arreglárselas con calefactores y hornallas eléctricas, que además de generar altos gastos no llegaban a cubrir las necesidades del lugar. “Esta es una residencia de adultos mayores y tiene que tener la comodidad que necesitan personas de esa edad. Yo me siento responsable por ellos, los siento mis hermanos. Y estaba desesperada. Porque es muy triste sentir frío. La cosa es que Luis Ventura, presidente de Aptra, se hizo eco de la situación y dijo que se iba a hacer cargo de la obra. Y él consiguió la colaboración de Diego Marchionni, dueño de la empresa constructora DGM Pinto, que se encargó de los arreglos que hacían falta para reconectar el gas”, cuenta Linda.

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La actriz organizó una raviolada con residentes e invitó a Luis Ventura, presidente de Aptra, y el constructor Diego Marchionni

Sin poder contener la sonrisa al ver que abrían la llave de la cocina y salía al gas, Peretz decidió organizar un almuerzo especial. “También nos donaron la comida. Oralí nos mandó los ravioles, a los que le sumamos una carnecita estofada con vino y champagne para celebrar junto a los pensionados. Vinieron a cantar algunos artistas. E hicimos una fiesta a la que se sumaron algunos amigos en honor a la vida. Porque, cuando en la calle hacen 4 o 5 grados, no hay nada más lindo que entrar a un hogar como este y sentir que el ambiente está agradable. Antes, para poder estar acá tenías que ponerte un pullover, un echarpe, un tapado… Yo sentía que estábamos muy empobrecidos. Y muy tristes, porque el frío te entristece”, señala la actriz.

Y aclara: “Yo soy consciente de que hay mucha gente que no tiene calefacción. Que hay gente que se muere de hambre y de frío. Soy consciente de que la Argentina tiene millones de personas pobres, que viven en la indigencia. También soy consciente de que hay muchos hospitales llenos de gente enferma y con necesidades. Todo eso yo lo sé. Pero yo lucho por lo que me tocó luchar, que es por los actores que me necesitan”.

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Peretz junto a Pablo Alarcón, que estuvo como invitado, y Jorge Martínez, uno de los residentes

Entre otros artistas, La Casa del Teatro albergó a figuras como Joe Rígoli, María Graña, Laura Bove, Colomba y Ricardo Bauleo. Hoy, entre sus 32 residentes, están Jorge Martínez y Peggy Sol, entre otros. Y el gran problema de Linda es conseguir recursos para la mantención del hogar cada mes. “Tenemos 10 millones de pesos de déficit. Es duro pensar que, en algún momento, este hospedaje pueda desaparecer por falta de recursos. Yo siempre fui actriz, no administradora. Esta es la primera vez que me siento detrás de escritorio para conducir algo. Y logré que los residentes tuvieran buenas comidas, con carne, pollo y verduras, y hasta un postre aunque sea barato. Pero no estoy tranquila si pienso que les falta algo”, confiesa Peretz.

Y explica que Héctor Caballero, representante de la Corporación América que preside Eduardo Eurnekian, se acercó por pedido de la conductora de La Noche de Mirtha para ofrecerle una colaboración. “Me dijo: ‘Linda, ¿qué necesitás? Te van a dar 2 millones de pesos’. Pero yo le expliqué que no nos alcanzaba con eso. Así que nos donaron 24 millones, divididos en 12 meses. De manera que vamos a recibir 2 millones de pesos por mes”, relata.

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Linda y Ventura destacaron la colaboración de la empresa DGM Pinto que realizó las refacciones en el inmueble

Fundada en 1938 por la soprano Regina Pacini, esposa de Marcelo Torcuato de Alvear, la Casa del Teatro fue creada con la finalidad de brindarle alojamiento y apoyo económico a los artistas jubilados. “Este es un hogar como cualquier otro. Es una residencia con muchos empleados, que le da a sus huéspedes una habitación, un baño limpio, un desayuno que se puede tomar en el cuarto, el almuerzo y la cena que se ofrecen en el comedor y una merienda para la cual contamos con medialunas que nos manda la gente de Costumbres Argentinas”, explica la actriz.

Y aclara cuáles son los requisitos que tiene que tener una persona para poder pedir alojamiento en ese lugar. “Hay una lista de espera. Pero tienen que ser artistas desde 65 años hasta 80. Porque esto no es un geriátrico, de manera que no hay asistencia para quienes no puedan valerse por sus propios medios. Y no tienen que tener propiedades. Lo único que se acepta es que reciban una jubilación. Y, para que no sientan que están viviendo gratis, pagan la cuota de una cooperadora que es más bien simbólica”, detalla.

¿Cómo se financia la institución? “Este lugar funciona como una asociación mutual sin fines de lucro. Por un acuerdo que hizo Luis Brandoni en el año 1985 durante el gobierno de Raúl Alfonsín, se firmó un decreto mediante el cual recibimos la ayuda de la Intendencia de Buenos Aires, ahora el Gobierno de la Ciudad, que equivale a dos sueldos de un Jefe de comuna. Pero por supuesto que con eso no alcanza. Tenemos un ingreso que viene por el alquiler de tres pisos de oficinas con el Instituto del Teatro. También la concesión del Teatro Regina, que hoy está dirigido por el empresario Ariel Perrotti. Y lo que entra por el localcito de al lado. Pero todo es insuficiente. Así que siempre tenemos que estar buscando colaboraciones. Es por eso que yo pido que nos den un subsidio. O que se junten diez empresarios teatrales y que cada uno nos done un millón de pesos por mes. Con eso estaríamos cubiertos”, señala Linda.

A los 82 años, Peretz parece incansable. Y, aunque reconoce que por momentos se siente desbordada, asegura que mientras el cuerpo se lo permita no está dispuesta a bajar los brazos. “Creo que el Universo o Dios, como quieran llamarlo, me puso acá para algo. Yo tengo una misión en este lugar. Y por eso, cada mañana cuando me levanto lo primero que hago es agradecer. Porque trabajando acá me di cuenta de que el ego no sirve para nada. Y que todo lo que uno da, vuelve. Así que, de alguna manera, se podría decir que esto lo hago interesadamente para que me vuelva en satisfacción”, concluye.

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