Las jóvenes promesas del ajedrez argentino, Faustino Oro -de 10 años y mejor ajedrecista del mundo entre los menores de 11 años- y Candela Francisco -de 17, y actual campeona mundial juvenil-, no lograron superar sus expectativas en el Torneo Jóvenes Maestros, una prueba que reunió a 10 de los mejores jugadores Sub 18 del mundo, y que finalizó ayer, con el triunfo de la estrella turca, Yagiz Erdogmus, en junio cumplirá 13 años, con 6,5 puntos sobre 9 posibles. El certamen fue organizado por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según el acrónimo francés) junto a la federación local de Arabia Saudita. El pequeño Faustino, llamado por la prensa europea “el Messi del ajedrez”, ocupó el 10° lugar con 1,5 puntos, mientras que la joven Candela finalizó 9ª con 2; ambos necesitaban sumar 4 puntos para obtener una norma de maestro internacional masculino (para la homologación del título son necesarias la conquista de tres normas).
“Se trató de un gran torneo con fuertes jugadores y para mí era un gran desafío. Claro que no me gusta perder, pero me pone peor cuando además me doy cuenta que no jugué bien”, le confió a Infobae el niño argentino, que estuvo acompañado y contenido por el afecto de sus padres, Romina y Alejandro, los que hace apenas 60 días emprendieron la aventura familiar de trasladarse a España para brindarle a su único hijo la posibilidad de crecimiento en una actividad cuyas principales competencias y grandes jugadores se encuentran en Europa.
Pese al descontento por la actuación, el pequeño Faustino no perdió su humor ni la ingenuidad de sus 10 años. Consultado por lo que atravesó en estos dos meses desde que se marchó de Argentina, contó: “La estoy pasando muy bien en España. El viaje a Uzbekistán para jugar el Mundial y ahora a Arabia me permitió conocer otras cosas, cómo es la gente, cómo se visten y el idioma, porque igual que yo no hablan mucho inglés (risas). Las comidas acá son diferentes, más condimentadas, aunque hay otras parecidas como el pollo y el arroz. ¿Qué extraño? Y… ¡las milanesas y el helado!”.
En tanto, Candela, la joven nacida en Pilar y que en 2023 sumó los títulos de Campeona Continental y el Mundial Juvenil, sin perder su habitual sonrisa, aseguró: “Este torneo fue una gran bendición para mí, ya que fui seleccionada entre diez maestros y se me brindó la posibilidad de hacer alguna norma de maestro masculino. Sabía de la dureza del torneo, porque todos eran jugadores experimentados, con un ranking muy alto y que, además, están acostumbrados a jugar torneos de gran nivel. La mayor parte de la preparación la hice sola, aunque le pedí algunos consejos al maestro Sebastián Iermito”.
El torneo Jóvenes Maestros, que comenzó el pasado 24 en el hotel Ramada by Wyndham Continental, formó parte del Primer Festival Internacional de Ajedrez Yeda 2024 que repartió 15.000 euros en premios, de los cuales cuatro mil correspondieron al ganador, e incluyó, además, el torneo promocional “Copa árabe Karpov” (la obtuvo la joven Candidata a Maestra, Alserkal Rouda Essa, de los Emiratos Árabes Unidos, de 14 años) y la presentación de varias actividades culturales relacionadas con el mundo de las 64 casillas.
De esta manera, con el apoyo a esta actividad milenaria y muestras de respeto a otras culturales occidentales, la federación del país asiático, ubicado en Medio Oriente, intentó maquillar la imagen de una nación cuestionada por su tratamiento en temas políticos, sociales, religiosos, y de otros como la ausencia de derechos humanos y la discriminación de género. Además, hace siete años, el gran muftí de Arabia Saudita, Abdul Aziz bin Abdullah al ash-Sheikh había prohibido la práctica del ajedrez por tratarse de una pérdida de tiempo y de dinero; en una fetua en la que se recababa la opinión de juristas del Islam sobre lo lícito (halal) o ilícito (haram), dijo que se trataba de “una obra de Satanás”.
A la FIDE, dirigida por el ruso Arkady Dvorkovich, economista y hombre de confianza de Vladimir Putin -se desempeñó como director de la Copa del Mundo de Fútbol Rusia 2018-, no le afectaron los comentarios ni las posturas de algunos de sus jugadores que, oportunamente, se negaron a jugar en ese territorio. En cambio, prefirió mantener lazos estrechos con los saudíes y sus generosos aportes a la promoción del ajedrez.
“Nos han tratado bien y han sido muy cordiales; la única recomendación que nos hicieron fue que no luciéramos símbolos cristianos”, dijo Lorena Guecamburu, la mamá de Candela.
“Por supuesto que tienen costumbres diferentes, pero nada chocantes, nos adaptamos y nos trataron muy bien. La organización fue muy buena”, aseguró Romina Simondi, la mamá de Faustino.
En cuanto a lo deportivo, las actuaciones de Faustino Oro, representante del Círculo Torre Blanca, y Candela Francisco, del Círculo de Villa Martelli, preclasificados en la 8ª y 10ª posición, de acuerdo a la fuerza de sus Elo (sistema de medición del ranking en el ajedrez), con 2357 y 2295 puntos, respectivamente, debería analizarse bajo algunos matices.
Es que, para comprender la dificultad a la que se enfrentaron, bastará con mencionar que, de sus ocho rivales, tres de ellos tenían el título de gran maestro (la categoría más alta, una especie de cinturón negro entre los judocas) y otros cuatro, el de maestro internacional (el peldaño inferior). Sólo el español Jaime Rey, de 13 años, con el título de Maestro FIDE (igual que Faustino, pero con 15 puntos menos en el ranking), incluido a último momento por la ausencia del gran maestro iraní Bardiya Daneshvar, modificó la tabla de preclasificación, ubicándose en el 9° lugar, entre los dos ajedrecistas argentinos.
“Primero hay que comprender la diferencia de nivel con sus rivales que tenían entre 2500 y 2600 puntos de Elo, y que se trata de jóvenes con un potencial tremendo y que están en constante crecimiento” le contó a Infobae, el maestro y entrenador argentino Sebastián Iermito que desde hace un año vive en Barcelona, tras un paso previo por Italia. Y agregó: “Esos 200-300 puntos de diferencia con Faustino y Candela se sienten porque ellos tienen una competencia muy diferente a la de los nuestros en Argentina. Aquellos chicos cuentan con muy buenos entrenadores, viven del ajedrez, estudian todos los días y viajan de torneo en torneo, en los que se miden contra jugadores de élite, lo que les da un rodaje y una experiencia muy distinta. Porque, más allá de la preparación del torneo y con cada rival en particular, una vez terminada esa fase de la partida hay que jugar y ahí los otros juegan mejor, simplemente eso. Por eso les costó tanto, aunque, seguramente, esto les servirá de experiencia a los dos”.
Los grandes maestros fueron: los indios Raunak Sadhwani (18 años, Elo 2654 puntos y N°83 del ranking mundial) y Venkatesh Pranav (17 años, Elo 2611 y 4° mejor jugador del mundo Sub 18), y el ruso Volodar Murzin (17 años, Elo 2635 y 2° mejor jugador del mundo Sub 18) que jugó con bandera FIDE tras la sanción impuesta por el Comité Olímpico Internacional (COI) a los deportistas rusos y bielorrusos luego de la invasión rusa a Ucrania.
Los maestros internacionales fueron los polacos Jan Klimkowski (16 años, Elo 2531 y subcampeón mundial Sub 16) y Jakub Seeman (16 años y campeón mundial Sub 16); el turco Yagiz Erdogmus (12 años, Elo 2524 y 8° mejor jugador de Turquía) y el norteamericano Andy Woodward (14 años y N° 1 del mundo Sub 14).
“Yo creo que a los argentinos les ha pasado como al español, que el torneo les resultó durísimo, aunque los otros también sean jóvenes. Los tres hispanos eran los que tenían menos Elo y menos experiencia, con gran diferencia. Creo que han competido bien, que los tres están razonablemente satisfechos de su juego, pero no de sus resultados”, dijo a Infobae, el periodista especializado en ajedrez Federico Marín Bellón que realizó la cobertura del certamen para el diario español El Mundo.
“Creo que Cande hizo un buen torneo, jugando a su máximo todas las partidas. Tuvo chances de sumar algún punto más que en los apuros de tiempo terminó desperdiciando cuando tenía buenas posiciones. Yo como entrenador lo veo como un torneo que sirvió para ganar experiencia e ir trabajando en los errores que se cometieron. Es que, más allá del resultado, siempre es lindo medirse contra esta clase de jugadores que invitan a uno a motivarse, a rendir al máximo cada partida y que te permiten enriquecer tu juego”, aseguró Sebastián Iermito, entrenador de Candela y que tiene el título de maestro internacional.
“Pasó algo que podía pasar, el Elo también habla”, le dijo a Infobae, el maestro internacional Jorge Rosito, entrenador de Faustino desde hace tres años. Y agregó: “El fixture determinó que Fausti comenzara las primeras cuatro partidas jugando con los mejores, hasta ahí había sumado medio punto. En la quinta jugó con el tercero más fuerte, el indio Pranav (el 4° mejor jugador del mundo Sub18), la partida duró casi cinco horas e hicieron 84 jugadas. Hasta el movimiento 77 la máquina señalaba igualdad, pero bastó que en ese momento hiciera una jugada dudosa para que su rival le ganara siete jugadas después. Esto es así; en la alta competencia no te perdonan y el ajedrez es muy cruel”. Y completó: “Como entrenador debo estar a su lado principalmente en los momentos duros como este. Ya tuvimos una charla con el papá (Alejandro) y vamos a trabajar en algunas cosas puntuales. Lo importante es levantarse y seguir estudiando”.
En tanto, la familia Oro sigue atentamente cada parpadeo del niño, ocupándose de la contención en primer lugar y seleccionando junto a los expertos los siguientes pasos. Él está feliz y viviendo un mundo de ensueños. “En el Mundial de Uzbekistán tuve la oportunidad de conocer a varios de los mejores jugadores, ver jugar a Carlsen, Caruana, Nepo y Gukesh, incluso con algunos me tomé una foto”, recordó Faustino, el niño que comenzó a jugar al ajedrez durante el confinamiento en tiempos de pandemia. Sobre su próximo torneo, dijo: “En principio me invitaron a un torneo en Menorca entre el 2 y 7 de abril, tal vez antes vuelva a jugar otro certamen”.
Un tema no menor para la familia, que ahora vive en Badalona (España), es el mantenimiento del hogar y los gastos de los viajes en la carrera ajedrecística emprendida hace dos meses por el niño. Mamá Romina, contó: “Fausti es streamer de ChessKid, allí hace un show para las redes sociales; por ahora no tiene auspiciantes. Iniciamos una campaña GoFundMe para quien quiera colaborar con él, ya que si bien cuando participa en torneos le dan algún tipo de condiciones, el acompañante que vaya más su pasaje representa un gasto promedio de 1.000 euros. Ese es el motivo por el cual por ahora no puede jugar todos los torneos que le gustaría”.
El camino elegido por Fausti y Cande, como los llaman sus amigos y familiares, es complejo. Ellos, acaso, sólo son la punta del iceberg, los que sobresalen sobre otros talentos como Ilan Schnaider (12 años), Francisco y Joaquín Fiorito (de 13 y 16), Jazmín Donda (11), Agustín Duarte (12) Leandro Frutos (14), Nahiara Galeano (15), Ernestina Adam (14) y muchos más. Ganar experiencia en el ajedrez es la gran consigna, pero ya se sabe: suele ser duro y a veces hasta cruel.
Hace casi un siglo, una de las mayores figuras de esta actividad, un gigante del tablero llamado José Raúl Capablanca, había señalado: “De pocas partidas he aprendido tanto como de la mayoría de mis derrotas”. El ejemplo sigue vigente.