Tras la sanción de las leyes Bases y Paquete Fiscal, el presidente Javier Milei dijo que ya alcanzó su objetivo de reducir el déficit a cero y que, lo que sigue es el cambio de régimen monetario. Con muy pocos detalles, el mandatario adelantó que ese nuevo esquema implica detener el crecimiento de la base monetaria, aunque no aclaró los términos en los que se fijará ese objetivo. Algún detalle más fue revelado por el vocero presidencial, Manuel Adorni, aunque siguen habiendo varias incógnitas que según precisaron semanas atrás el Ministerio de Economía y el Banco Central ese nuevo esquema se va a presentar al Fondo Monetario Internacional.
“Hemos logrado consolidar el déficit cero, por lo tanto, la consolidación fiscal está en marcha. Ya pasó la etapa del déficit cero, ahora vamos a la etapa de emisión cero, ahora se viene el cambio de régimen monetario”, dijo Milei en declaraciones televisivas esta mañana.
“Apuntamos a que lo que se denomina la base monetaria amplia no varíe más. Está cerrado el grifo fiscal, hemos eliminado fuertemente los pasivos remunerados, adentro de las cuentas del Banco Central hay un ajuste de 9 puntos del PBI. Y la idea es que la base monetaria amplia y la simple se parezcan cada día más, hasta que terminan de desaparecer los remunerados”, agregó el mandatario.
“Apuntamos a que lo que se denomina la base monetaria amplia no varíe más” (Milei)
Consultado al respecto durante conferencia de prensa, mientras tanto, Adorni también dio una respuesta general.
“El Presidente de la Nación ya lo ha dicho, nuestro régimen monetario va a ser en algún momento el de la liberalización total de la elección de la moneda donde cada uno pueda efectivamente elegir en qué moneda quiera comerciar, transaccionar, comprar, vender y manejarse en lo cotidiano”, dijo el vocero.
“Eso seguramente verá acompañado, cosa que también lo ha dicho el Presidente Milei, ya hace bastante con una reforma del sistema financiero y será en tal caso una nueva etapa para la Argentina. Si te referís a si vamos a optar por alguna moneda, no, eso no va a pasar (…) entendemos por supuesto que los argentinos cada uno ya tenemos una elección hecha, pero eso lo vamos a dejar al criterio de cada uno”, concluyó.
Pero más allá de carencia de definiciones que se dieron hasta ahora, la política que está llevando a cabo el ministro de Economía, Luis Caputo, da algunas pistas respecto a en qué dirección va. Y esto es en parte porque, tras la última revisión del programa conjunto acordado con el FMI, Economía anunció que a fines de este mes presentaría al organismo un “marco de programación monetaria”.
“El BCRA continuará conduciendo la política monetaria de manera flexible, prudente y pragmática. A partir del avance logrado en la recuperación de las herramientas de política monetaria y el control de los factores de creación de dinero, se ha previsto dentro del Acuerdo la presentación al FMI de un marco de programación monetaria a fin de junio de 2024. El fin de ese marco es contribuir a reducir aún más la incertidumbre al brindar más información sobre el comportamiento proyectado de las variables monetarias consistente con la continuidad del proceso de estabilización macroeconómica”, rezaba un comunicado conjunto entre Economía.
Según pudo saber Infobae, Economía y el Central ya presentaron este marco de programación a los técnicos del Fondo. El contenido se hará público una vez consensuado.
“Nuestro régimen monetario va a ser en algún momento el de la liberalización total de la elección de la moneda donde cada uno pueda efectivamente elegir en qué moneda quiera comerciar, transaccionar, comprar, vender y manejarse en lo cotidiano” (Adorni)
Pero, ¿qué es un régimen monetario? A grandes rasgos, se entiende que es un sistema que guía de las decisiones de política monetaria -tasa, cantidad de dinero, regulación del sistema financiero, entre otros- con el objetivo de alcanzar la estabilidad de precios. Preservar el valor de la moneda o bajar la inflación, para decirlo de otras maneras.
Tipos de regímenes monetarios
Regímenes monetarios hay decenas, y pequeños detalles pueden volver muy distintos a dos esquemas muy similares. Pero a grandes rasgos, y sobre todo en países emergentes que buscan dejar atrás la inestabilidad monetaria -inflación- existe consenso respecto a que en medio de la serie de reglas que rigen a un régimen monetario es clave la existencia de un “ancla nominal” que permita influir en el nivel de precios, estabilizar las expectativas de inflación y limitar la discrecionalidad del banco central.
Resumiendo mucho, en el mundo existen hoy por hoy cuatro tipos de anclas nominales que tienden a bautizar por sus características a los distintos regímenes monetarios. Esos regímenes suelen perseguir metas de tipo de cambio, metas monetarias cuantitativas, metas de inflación o definir un ancla nominal “implícita”.
Metas de tipo de cambio, en algún nivel, utiliza al día de hoy Caputo con su “crawling peg” que imprime un régimen de avance del 2% mensual al dólar oficial (junto con su “ancla fiscal”, claro). Las metas monetarias cuantitativas también son conocidas por los argentinos, ya que fueron empleadas durante el último tramo del Gobierno de Mauricio Macri acuerdo con el Fondo mediante cuando Guido Sandleris condujo una política de emisión monetaria cero, apenas ajustada por factores estacionales.
Las metas de inflación también se aplicaron en el pasado cercano, justo antes de Sandleris y del breve paso de Caputo por el BCRA en la era de Macri: fue Federico Sturzenegger -inminente ministro de Milei- el que hizo de la tasa de interés su herramienta y de metas explícitas de inflación en períodos dados el eje de su régimen monetario. El cuarto, el “ancla implícita” consiste en fijar un objetivo cuantitativo de inflación y alcanzarlo con las herramientas que sean necesarias. Hacer lo que sea necesario, un método propio de la Reserva Federal de los EEUU y de bancos centrales con gran credibilidad, no tan común en países más atribulados.
Negociaciones con el Fondo
Ninguna de esas opciones fue definida por Caputo o Milei hasta el momento. Sin embargo los dichos del presidente, aunque algo generales, fueron explícitos en mencionar a los agregados monetarios –“base monetaria amplia”- como eje, o sea un régimen de metas monetarias cuantitativas. Fijar esa medida de la cantidad de dinero parece ser la clave, aunque los parámetros para hacerlo no fueron detallados (¿fija desde cuando?; ¿fija en términos reales -ajustados por inflación- o nominales]?; ¿con ajustes estacionales por variaciones habituales en base a la demanda de dinero?; etc.).
““No habrá ninguna devaluación(…) El crawl de 2% se mantiene también” (Caputo)
Pero nada de esto está claro. En los hechos, hasta el momento y en base a las discusiones que hace públicas el FMI a través de sus documentos, el régimen monetario por venir fue definido como “de competencia de monedas” o “régimen que incluya la competencia de monedas”, en el que el ancla nominal no queda clara, según se desprende del Staff Report del Fondo tras la octava revisión del programa acordado con la Argentina.
Sin definir el ancla nominal a utilizar y con ello, sin determinar el tipo de régimen, el Fondo da con todo varias pistas de la forma en que se va a llevar adelante la política monetaria.
“Mientras se desarrollan los pilares clave, la eventual competencia de monedas dentro del régimen podría hacer que se asemeje al sistema de flotación administrada prevaleciente en Perú y Uruguay hoy en día. La estabilidad de precios seguirá siendo un objetivo primordial del banco central, en un contexto donde los individuos sean libres de ahorrar y transaccionar en las divisas de su elección”, detallaba el staff report.
“El banco central tendría prohibido proporcionar financiamiento al gobierno y continuaría absteniéndose de cualquier transferencia de utilidades al Tesoro. Mantendría sus funciones de prestamista de última instancia para instituciones financieras elegibles (solventes), continuaría esterilizando las compras de divisas, y con el tiempo gestionaría la liquidez a través de operaciones de mercado abierto con valores gubernamentales”, detalló describiendo un proceso ya en marcha: la migración de la liquidez bancaria desde los pasivos del Banco Central (Leliq, primero, luego pases pasivos) a títulos del Tesoro (las Lecap que coloca el fisco). En ese mercado, en el de deuda del Tesoro en pesos, es que el Banco Central debería administrar la cantidad de dinero que circula en la calle.
El fin de la tasa real negativa -la “licuadora”, que mantuvo los rendimientos en pesos bien por debajo del ritmo de avance del nivel general de precios- ya fue anunciada y también es otra de las claves explicitadas en el staff report.
Aunque muchas de esas definiciones están seriamente en duda. Sobre todo en lo cambiario, donde las expresiones de deseo del FMI respecto a la relajación gradual de los controles de cambio y eliminación del tipo de cambio exportador (dólar blend) que ya fueron relativizadas por funcionarios, incluso el propio Caputo, que anunció que queda crawling peg al 2% mensual para rato. “No habrá ninguna devaluación” y el “crawl de 2% se mantiene también”, había dicho. Otro ancla nominal que acompañaría al régimen.