Desde el inicio de la gestión, el Gobierno de Javier Milei se propuso reducir drásticamente el déficit fiscal, logrando superávit desde enero 2024. Eso implicó una transformación en la forma en que el Estado se financia, y cimentó la base para la reducción de la inflación y el aumento de la liquidez de los bancos.
Así, comenzó a observarse el cambio de paradigma de pasar del financiamiento al Estado con ahorro privado (crowding-out) que fue creciente desde 2002 hasta noviembre 2023 -con una breve período de desaceleración entre julio 2017 y mayo 2018-, y llegar al extremo durante la presidencia de Alberto Fernández y el efecto inercial en los dos primeros meses del gobierno siguiente, a otro que llevó a forzar el “despertar” de los bancos de ocuparse y preocuparse por asumir su rol base de ofrecer préstamos a empresas y familias.
De ahí que no sorprende el resurgimiento de la oferta de créditos hipotecarios (para la vivienda), prendarios (automotores y motos), a las pymes (adelantos en cuenta corriente y descuento de documentos) y personales (líneas directas y a través del uso de tarjetas de compra y de crédito), desde fines de abril y principios de mayo último, en un contexto de clara disminución de las tasas de interés, y aumento de los depósitos privados en términos reales.
En mayo, pese a la disminución de la tasa de referencia del mercado desde la mitad del mes a 40% nominal anual, el total de los depósitos bancarios del sector privado creció en promedio del período 8,2 por ciento
Según el Informe Monetario Diario del Banco Central, en mayo, pese a la disminución de la tasa de referencia del mercado desde la mitad del mes a 40% nominal anual, el total de los depósitos bancarios del sector privado creció en promedio del período 8,2%, varios puntos porcentuales por arriba de la tasa de inflación que el consenso del mercado estimó en torno a 5 por ciento.
Ese movimiento, junto a la ausencia de nuevas necesidades de financiamiento de la Administración Central de gobierno, determinaron que los préstamos en pesos al sector privado presentaron en mayo una expansión promedio mensual de 11,5%, lo que implicó un aumento a precios constantes de 6,1% respecto al mes previo.
“En mayo el saldo promedio mensual de préstamos en pesos al sector privado aumentó aproximadamente $2,2 billones, lo que implicó un crecimiento mensual de 4,5% sin estacionalidad a precios constantes, el mayor crecimiento mensual desde abril de 2020. En términos interanuales, los préstamos en pesos al sector privado registraron una contracción real de 35,3% (3,1 p.p. menor que en abril) y ascendieron a 4,1% del PBI, con una leve suba en el margen”, destaca el Informe Monetario Mensual de mayo del BCRA.
Los préstamos en pesos al sector privado presentaron en mayo una expansión promedio mensual de 11,5%, lo que implicó un aumento a precios constantes de 6,1% respecto al mes previo (BCRA)
Según la serie del ente monetario, entre enero de 2002 y diciembre de 2017, cuando el Jefe de Gabinete del Gobierno de Mauricio Macri decide intervenir formalmente el Banco Central, la relación promedio del total de los préstamos al sector privado con el total de depósitos de particulares representó 73,2%; y desde entonces cae casi sostenidamente hasta un mínimo de 39% a comienzos de 2023; y se sostiene en ese paupérrimo rango hasta marzo último -el punto menor de la serie fue en enero 2024 con 36,3%-, en paralelo con la notable estampida de los pasivos remunerados del BCRA.
Ese movimiento de creciente “desbancarización” comenzó lentamente a revertir a partir de la comentada reducción de la tasa de interés de política monetaria, a la que se agregaron la desregulación de las tasas de interés de los depósitos a plazo fijo y el sistema de incentivos para fomentar el financiamiento a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), porque comenzaron a trasladarse a las tasas de interés de los préstamos, las que desde ese momento presentan una tendencia acentuadamente declinante.
¨Se empiezan a ver los resultados de la política de reemplazo del financiamiento que antes se dirigía al sector público y ahora busca al sector privado de la economía” dijo Guillermo Barbero, socio de First Capital Group.
Según la serie oficial, desde abril intensificó con la iniciativa de algunas entidades financieras de ofrecer préstamos hipotecarios denominados en UVA, y de las concesionarias de automotores de impulsar acuerdos con bancos para recrear el segmento de créditos prendarios para reactivar el mercado automotor y de motos.
Hace 5 meses el 84% de la población pensaba que íbamos a ir a una hiperinflación y ahora la mayoría de los bancos están dando préstamos hipotecarios a 20 y 30 años (Caputo)
La tasa de los créditos hipotecarios cayó desde poco más de 100% nominal anual entre noviembre 2023 y febrero 2024 al rango de 90% anual en los dos meses siguientes y a menos de 40% en mayo.
“Hace 5 meses el 84% de la población pensaba que íbamos a ir a una hiperinflación y ahora la mayoría de los bancos están dando préstamos hipotecarios a 20 y 30 años”, dijo el ministro Luis Caputo en su disertación el último miércoles en Latam Economic Forum: “Dónde estamos, hacia dónde vamos”, sobre las reformas que Argentina necesita para consolidar la recuperación económica.
En tanto, en el caso de los créditos prendarios pasó en ese período de poco más de 77% anual a 38% en la actualidad.
En ambos segmentos del mercado, los efectos sobre el saldo total de créditos fueron más significativos del lado de las nuevas consultas y gestión inicial que desde el monto del total otorgado, al punto que tanto los hipotecarios como los prendarios mantuvieron mínimas proporciones: 0,10% y 0,21% del PBI, respectivamente, en comparación con 4,15% PBI del agregado privado en moneda nacional –uno de los más bajos del planeta (puesto 167 vs 173)-.
Por el contrario, en mayo se registró un repunte significativo, siempre en un escenario todavía de escasa magnitud, en el otorgamiento de líneas de créditos a pequeñas y medianas empresas a través de Adelanto de fondos en cuenta corriente: subió de 0,56% del PBI en noviembre a 0,65% en mayo, en respuesta a la disminución de la tasa promedio nominal de más de 88% anual en abril y 134% en noviembre, a 48% anual en mayo.
También cobraron dinamismo las líneas personales para consumo, y el financiamiento de compras con tarjeta de crédito.
En el primer caso se elevó desde un mínimo equivalente a 0,5% del PBI en marzo último a 0,59% del PBI dos meses después, en respuesta a la baja de la tasa de interés nominal promedio que pasó en ese tramo de 126% anual a poco más de 69% anual.
Y en el segundo, el monto total financiado por las entidades bancarias subió desde un piso de 1,27% del PBI a 1,31% del PBI, y la tasa de interés cayó de 127,4% anual a 90 por ciento.
En todos los casos, el nivel crédito privado en pesos persiste muy por debajo del nivel que dejó el gobierno anterior, en un equivalente a 5,59% del PBI en el agregado.
Sin embargo, en la medida en que el Gobierno no se aparte de la política de déficit fiscal cero, y el Banco Central continúe con el proceso de saneamiento de la hoja de balance, se estima que el crédito privado continuará recuperándose y apuntalando la incipiente reactivación de la economía real, comenzando por los bienes durables, como automotores, motos, vivienda, y a artefactos para el hogar.