Sus nuevos hábitos y por qué decidió retirarse antes de que lo “jubilen”: los días de Riverito, que hoy cumple 92 años

Luis Roberto González Rivero cumple este lunes 13 de mayo 92 años
Luis Roberto González Rivero cumple este lunes 13 de mayo 92 años

Luis Roberto González Rivero es mucho más que el hombre de los números, es ¡Riverito! Empezó de abajo y tuvo su primera oportunidad a los 15 años reemplazando a un presentador de una orquesta que no concurrió a un show. Con algo de azar, el destino tenía preparada una jugada especial para el hombre nacido en Buenos Aires en 1932 que, este lunes 13 de mayo, cumple 92 años.

A fuerza de trabajo y simpatía, González Rivero se convirtió en un icono de la radio y la televisión. En 1961, al regreso de su luna de miel en Brasil, decidió emular una idea que lo atrapó: un programa para cantar los números de la quiniela. Con el tiempo se ganó el cariño del público: su estilo y un acento irrepetible al deletrear cada dígito favorecido en los clásicos sorteos diarios de la lotería, lo volvieron un ser inconfundible. Así, con su impronta y dedicación, Riverito se mantuvo vigente durante siete décadas, cantando los números que cambiaron la vida de miles de argentinos.

En diálogo con Teleshow, el hombre que se popularizó por su forma de pronunciar el “ooooooochooooo”, habló con sus 92 años recién cumplidos. “Sobrellevar esta edad es bravo, pero hago una vida fácil. No estoy haciendo nada en los medios porque ya hice lo que tenía que hacer. Actualmente, vivo acompañado por una persona que cumple tareas, pero estoy en contacto permanente con mi hijo y con toda la familia. No tengo preocupaciones: sigo en el barrio de Palermo y salgo poco. Veo mucha televisión, muchos programas de actualidad, porque siempre quiero estar informado. También escucho radio, aunque menos”, describió.

También habló de la situación actual del país: “Está todo complicado, pero por suerte gozo de buena salud y estoy jubilado. No tengo problemas ni inquietudes desde el punto de vista económico, ahora estoy disfrutando los años que me quedan”.

Hace cinco años, sin embargo, Riverito atravesó una situación que lo golpeó muy duro: la muerte de su esposa, la también locutora Elda Moreno (su nombre artístico era Hilda Moreno). El deceso de su compañera, con quien compartió más de 30 años, le produjo un gran vacío y tuvo que lidiar contra la tristeza. “Pude salir adelante, gracias al amor de mi hijo y el apoyo de mi familia. Cuesta mucho, pero se puede”, señaló en una entrevista tiempo después de lo sucedido.

Su marca registrada

En la charla con Teleshow, Riverito y también recordó cómo fue que popularizó su frase de cabecera, cada vez que tenía que anunciar algún número terminado en 8. “Quería tener algunos números que se identificaran para dar una sensación de salir de lo común. En ese sentido, algunos tuvieron aceptación y otros no tanta: así como el ‘ochooo’, el otro que pronunciaba más notablemente era el ‘seis, seis’, pero la gente se quedó más con ‘ochooo’”, explicó.

“Afortunadas noches, amigos”, “A cruzar los dedos”, “¿Acertó? Tómeselo con soda o con agua mineral… (y luego el nombre de una reconocida marca embotelladora)”, son algunas de las frases que quedaron en la memoria de los oyentes que todos los días sintonizaban con entusiasmo cada edición de La Danza de la Fortuna, ciclo que llegó a tener hasta cuatro ediciones diarias en el dial y una en la medianoche de la televisión.

Afiche de La Danza de la Fortuna, el clásico programa que entre otras emisoras se emitió por Radio del Plata (AM1030) (Foto: radioenpapel)
Afiche de La Danza de la Fortuna, el clásico programa que entre otras emisoras se emitió por Radio del Plata (AM1030) (Foto: radioenpapel)

La trayectoria artística de Luis Roberto González Rivero es una historia de éxito y amistad que dejó una marca imborrable en la televisión y la radio. Durante la década del 80, Riverito fue el compañero de Juan Carlos Altavista en el programa “Super Mingo”, en Canal 11. Esta dupla no solo marcó un hito en la pantalla chica, sino que también forjó una profunda amistad que trascendió el plano laboral.

Altavista y Riverito formaron una sociedad que brindaba entretenimiento, emoción y sensibilidad a la audiencia. Desde el mediodía hasta las 17 horas, su programa radial deleitaba a una gran audiencia, que encontraba en ellos una fuente confiable de información, diversión y reflexión. En cada emisión, contaban con la presencia de importantes columnistas que enriquecían el contenido del programa.

Recordando esos momentos, es fácil visualizar a Juan Carlos Altavista, con su característico sombrero, junto a su guionista Roberto Peregrino Salcedo y a Riverito, el “comandante” de las acciones, en los estudios de Radio El Mundo. Esta imagen evoca una época dorada de la radio argentina, donde la complicidad entre los conductores y la calidad de los contenidos eran los pilares del éxito.

Riverito rememora con emoción el inicio de su amistad con Minguito. Se conocieron en un momento crucial de su carrera, mientras participaba en varios ciclos informativos en la radio y se desempeñaba como locutor comercial. A partir de su colaboración en el programa de Altavista, surgió un vínculo que perduraría de por vida. Esta amistad trascendió el ámbito laboral y se extendió también al plano familiar, manteniendo contactos estrechos con la esposa e hijos del humorista.

Hoy, Riverito es recordado con cariño por todos los argentinos y se ha convertido en una leyenda de los medios de comunicación. A pesar del paso de los años, no perdió la esencia de sus humildes comienzos. Descendiente de una familia de inmigrantes de escasos recursos, inició su carrera en 1947 y se convirtió en uno de los locutores más influyentes y respetados de la historia de la radio y la televisión argentina.