En los últimos cinco meses se produjo una merma de entre el 38% y el 42% en la cantidad de chilenos y brasileños que llegan a la Argentina para hacer sus compras. El fenómeno se debe a una serie de cambios que se produjeron en la economía local en los últimos meses, principalmente desde la llegada del nuevo Gobierno.
La fluctuante economía argentina impacta de lleno en los bolsillos de los consumidores locales, pero también incide en el poder de compra que los habitantes de los países vecinos tienen en nuestro país. El año pasado, por ejemplo, el Gobierno nacional decidió otorgar a los extranjeros el beneficio de un tipo de cambio diferencial, lo que les permitió acceder a nuestros productos a valores mucho más bajos que los que encuentran en sus mercados. Eso condujo a que decenas de miles de turistas internacionales -principalmente de países vecinos- viajaran en masa a hacer sus compras en el país. Las ciudades fronterizas fueron testigos de ese movimiento.
De esta manera, el turismo receptivo recuperó registros similares a los prepandémicos a partir de marzo del 2023 y se mantuvo en niveles similares o mayores de actividad en 10 de los últimos 11 meses. “Las últimas cifras dan cuenta de una cantidad de viajeros 4% superior a la que se verificó antes de la pandemia”, explica un informe del Ieral, (Fundación Mediterránea).
El estudio, elaborado por Marcelo Capello y Marcos Cohen Arazi, sostiene que en los primeros dos meses de 2024, el turismo emisivo alcanzó los 2,16 millones de turistas (un 86% del observado en enero-febrero de 2019, con 2,51 millones de turistas), mientras el turismo receptivo resultó de 1,66 millones de turistas en igual periodo, alcanzando un 103% de los niveles prepandemia (1,61 millones de turistas).
De esta manera, el déficit de la balanza turística (en viajeros) en enero – febrero de 2024 ha sido de alrededor de medio millón de turistas, resultando en el menor registro de la década, si se exceptúa el 2021, en el que los flujos de turismo fueron exiguos fruto de la pandemia.
Por qué llegan menos extranjeros
Un factor que se considera fundamental para determinar el atractivo que tiene el país para recibir turistas internacionales está dado por la capacidad adquisitiva que tengan los salarios. Mientras mayor sea la capacidad adquisitiva de los salarios de los no residentes, en términos de consumo de bienes y servicios en Argentina, mayor será la probabilidad de recibir visitantes internacionales.
Del mismo modo, la capacidad adquisitiva de los salarios argentinos determinará la probabilidad de tener mayor o menor salida de residentes para realizar turismo en el exterior. Esta capacidad adquisitiva resulta de la conjunción entre la evolución de salarios y precios de los países (emisor/receptor), los niveles de tipo de cambio, los impuestos, entre otros.
“Para analizar la evolución de la capacidad adquisitiva de los turistas extranjeros, se considera a modo de ejemplo la situación de chilenos y brasileños, que representaron el 37% de los visitantes durante 2023. Se analizó la evolución de salarios de dichos países, medidos en moneda dura. Con esta información, se procedió a ver la capacidad adquisitiva de esos salarios en términos de consumo de bienes y servicios en Argentina, suponiendo conversión a valor de “dólar blue”. Si bien algunos consumos podrían haberse realizado a cotización oficial, en genera,l en el periodo analizado es de esperar que hayan predominado operaciones a través de mercados informales, dada la alta brecha cambiaria que se verificó”, aclararon los especialistas del Ieral.
De acuerdo al estudio, el primer elemento que salta a la vista es que, durante 2023, un año de importante generación de divisas por turismo receptivo, la capacidad adquisitiva fue alimentada por una importante brecha cambiaria que generó que el poder de compra de los visitantes internacionales fuera elevado. Los chilenos pudieron comprar, en promedio, 12% más que en el promedio de los últimos 5 años, y los brasileños pudieron comprar 16% más que el promedio.
En segundo lugar, se destaca que la capacidad de compra oscila, con rasgos comunes que se deben a la política macroeconómica argentina, pero también con diferencias que provienen del diferente ritmo de devaluación, de crecimiento de salarios y precios en los otros países.
Claro que hoy la situación es otra. La fuerte devaluación, el notable acortamiento de la brecha cambiaria y la creciente inflación provocaron que nuestro país se hiciera menos atractivo para los extranjeros. Los chilenos perdieron 42% de su capacidad de compra desde diciembre hasta la actualidad, mientras que los brasileños perdieron 38%. “Esta situación no impacta de manera inmediata en los flujos de turismo, pero ciertamente tendrá efectos a mediano plazo sobre el nivel de actividad”, aseguran Capello y Arazi.
Déficit de dólares
Históricamente, el turismo receptivo ha sido generador de divisas, que se conforman con los gastos que realizan los viajeros internacionales en el país. El flujo total de ingresos del turismo receptivo se ha mantenido cerca de los USD 5.000 millones durante la última década, exceptuando 2020 y 2021, que fueron años de restricciones a los viajes.
“En 2023, los ingresos generados por el turismo receptivo alcanzaron los USD 5.442 millones y fueron superiores a los de 2019, siendo el segundo mejor registro en dos décadas”, detalla el informe.
“En el caso del turismo emisivo, la salida de divisas ha oscilado de manera más errática, respondiendo de manera más elástica a los cambios de precios relativos que favorecieron el turismo en el exterior. En 2023, los viajes de residentes al exterior explicaron una salida de USD 7.258 millones. El saldo, si bien fue negativo, se encuentra entre los más bajos de la década”, agrega.
En los primeros dos meses de 2024, las cifras de operaciones en el mercado de cambios reflejan también cambios de tendencia importantes. Con la disminución notable de la brecha cambiaria, los ingresos por turismo liquidados a través del mercado de cambios se multiplicaron por 3 respecto de igual periodo de 2023, mientras que los egresos (ahora encarecidos por un tipo de cambio mayor, pero además con impuestos a los consumos en el exterior) se redujeron cerca de 23%.